Dijo un sabio, en las relaciones hay que ser más flexibles que en los negocios: ¿acaso en ellos el último precio no es el penúltimo? En las relaciones de pareja hay que ser tan realistas como se trata de ser en los presupuestos. ¿Acaso en ellos no hay rubros para imprevistos, pérdidas, atenciones y depreciación del equipo? En las relaciones hay que poner esa misma pasión que las personas vuelcan en sus negocios o sus aficiones. ¿No se invierten horas y horas de esfuerzos, dedicación y entrega? ¿No se gastan allí horas extras? En las relaciones hay que ser tan apasionados y creativos como en una empresa, o se corre el riesgo de fracasar. ¿Por qué, entonces, tanta rutina que mata el amor? ¿Por qué una desgana que asfixia y cansa? Inicias un negocio y va creciendo, inicias una relación y va menguando. ¿De quién depende? Sólo de ti.
Cuando a una empresa o al amor les entró el virus de la inercia, es torpe y desgastante seguir tirando como si el tiempo hiciera magia. El tiempo solo empeorará las cosas y será como un tumor que crece sin control. Si aún quedan rescoldos en la hoguera del amor, hay que alimentar el fuego y avivar lo que está muriendo. La falla es que las parejas solo buscan ayuda cuando lo que era una grieta es hoy un gran barranco. De todos modos, hay salidas si de verdad hacen un alto en el camino, llegan a buenos acuerdos y se fijan la meta de recuperar lo perdido y renovar su relación del mismo modo que reforman su casa, o se le hace Overhaulin a un auto. Si el amor ya murió hay que tener el coraje de tomar otro rumbo por el bien de todos, incluidos los hijos.
Se necesita atrevimiento para soltar el ancla y dejar que la nave tome un nuevo derrotero. No es fácil cerrar un ciclo y tener el valor de reconocer que el amor murió, o que un lugar ya no es el nuestro. La vida te envía señales de cambio y, si no las lees, el Universo te obligará a cambiar con inmenso dolor. Pide a Dios luz y fuerza, y podrás liberarte sin que te frenen el pesar, la costumbre, la presión social, el qué dirán o los miedos. Sobre todo, el miedo; es el que más te bloquea y tu fuerza para vencerlo es una firme confianza. Los sabios dicen que hay que seguir lo que nos dicta el corazón si estamos en la frecuencia del amor. La vida tiene estaciones y, si el árbol no suelta las hojas en invierno, ¿cómo podrá reverdecer en primavera? Ten osadía, ten fe y da el paso ya mismo, porque mientras más aplaces cerrar un ciclo, más se sufre y más difícil será cambiar y renovarte.
Hay similitudes entre los negocios y el amor, y también hay nexos porque con malas prioridades los negocios se convierten en el cementerio del amor. Es imposible que un adicto al poder o el poseer sea una buena pareja. Su ego lo presiona a estar obsesionado con lo aparente y sufre de ceguera para ver que en el amor es un analfabeto. ¡Qué falla, calificación 9 en inteligencia financiera, y 3 o 0 en inteligencia emocional!
Gonzalo Gallo González
Escritor - Conferencista
charleschaplin@oasisgonzalogallo.com
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Amor y negocios
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Gonzalo Gallo González
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