Las buenas cifras del manejo de la inflación que viene mostrando el país en el último año empezaron a sentir un lunar en su balance: el precio de los alimentos.
Una primera señal de alerta la lanzó el Banco de la República el pasado 29 de junio, cuando decidió dejar inalterada la tasa de interés en 4,25%, y uno de sus argumentos fue que existen algunos riesgos que podrían presionar la inflación al alza.
(Lea: Inflación anual se ubicó en 3,20%)
MENOS OPTIMISTAS
“Uno de ellos es un repunte en el precio de los alimentos que afecte las expectativas y demore la convergencia de la inflación al 3%”, aseguró el Emisor, argumento que fue reiterado por la misma entidad en las minutas de la reunión de la junta directiva, en las que se detalló que, junto con las subidas de los combustibles y una nueva tendencia de la depreciación del peso, el alza en el precio de los alimentos se mantiene como riesgo latente.
(Lea: Vivienda y transporte jalonaron la inflación)
Juan José Echavarría, gerente del banco central, aseguró: “A pesar de que todavía no tenemos información para decir que la inflación de alimentos será muy alta y de que no se ve un choque climático, los pronósticos son un poco menos optimistas, ya que a principios de año hablábamos de que el dato estaría en 1%”.
El centro de estudios económicos Anif fue más allá e indicó que, en sus cuentas, es muy probable el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de este grupo mantendrá una tendencia alcista en lo que resta del año.
(Lea: Dato de inflación frenaría más recortes en la tasa de interés)
En su informe ‘Inflación de junio y su tardanza en convergencia’, el director de Anif, Sergio Clavijo, afirmó: “Seguramente dicha tendencia alcista en la inflación de alimentos continuará durante el segundo semestre del año, siendo posible que cierre en 4% al finalizar el 2018”.
A pesar de lo anterior, agregó, esto no llegaría a comprometer la meta cercana al 3% para la inflación total, adoptada por el Banrepública, para lo cual Echavarría se mantuvo firme en que es probable que el IPC del año cierre en un rango de 3,2% y 3,3%.
PERSISTEN LOS RIESGOS
Ahora, este desempeño –que de todas formas es mucho mejor al del 2017, cuando el IPC total fue de 4,09%– dependerá de cómo se ‘comporten’ los riesgos externos e internos que están rondando la economía nacional. Por un lado está el fenómeno del Niño, que según el grupo de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá es casi un hecho, aunque, agregaron, “sería de intensidad baja, lo cual implica un mínimo impacto sobre los precios de los alimentos”. Diferente piensan los analistas de Casa de Bolsa, para quienes los alimentos “es el componente de la inflación que más presiones alcistas presentará durante los próximos meses”.
A su turno, Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), indicó que aún falta mucho trecho del año, pero hay tres factores de los que se debe estar pendientes.
“En principio, habrá que esperar qué pasa con algunas cosechas y ciclos de producción (sobre todo de los animales), y ver qué sucede entre noviembre y diciembre, época en la que algunos productos tienen mayor demanda”, indicó.
Segundo, es clave estar pendientes del clima, ya que “es impredecible, tanto para lluvias como sequías”, pero hay un tercer factor y son los paros que puedan llegar en el segundo semestre. “Esto, pues llega un nuevo gobierno y sabemos lo difícil que es vivir con las carreteras bloqueadas, conocemos la experiencia y el impacto negativo que esto le puede traer a la economía; se trata de un tema al que le debemos prestar mucho cuidado y atención”, señaló.
Y concluyó diciendo que a pesar de que aún no hay por qué preocuparse de más, las defensas nunca deben reducirse, ya que los riesgos previamente dichos podrían aumentar a partir del próximo 7 de agosto.
APUNTES DE LAS MINUTAS
Además del caso de la inflación, la junta directiva del Banco de la República revisó de nuevo al alza la proyección del precio del petróleo, dejándola en US$69. Esto “continuaría impulsando la recuperación de los términos de intercambio de Colombia y los efectos positivos sobre el ingreso nacional”, dijo el Emisor. Además, aseguró que sus proyecciones sugieren, además, que el déficit externo como porcentaje del PIB se continuaría corrigiendo este año.
En cuanto a la actividad económica del segundo trimestre afirmaron que se ha comportado mejor de lo que pronostica el escenario central del equipo técnico del banco. Esto llevó a que algunos codirectores proyectaran un crecimiento del PIB aún más cercano al 3% (para el Gobierno sería de 2,7%).