Pese a que el 2017 no ha sido un año fácil, con temas geopolíticos y económicos que enrarecen el ambiente, la realidad es que los inversionistas están muy animados y han movido dinero a manos llenas.
En la medida en que tienen más disposición a poner sus recursos en todo tipo de activos, su percepción frente a países emergentes ha mejorado.
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Esto se refleja en que los indicadores de riesgo país han tenido reducciones considerables, y el de Colombia está en niveles históricamente bajos.
Por ejemplo, los Credit Default Swaps (CDS), una especie de prima que pagan los inversionistas que compran los bonos de un país para cubrirse en caso de impago, está cerca de los 100 puntos, el punto más bajo de la historia, y el Embi+ del país ha caído significativamente en los últimos dos años, y acorta distancia con los mínimos del 2014.
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Mientras que el primer indicador incluye a una muestra mucho más amplia de países, el segundo mide la percepción sobre 19 mercados emergentes.
En ambos casos, entre más bajo sea el número quiere decir que los inversionistas piden una menor compensación a la hora de comprar títulos soberanos, y generalmente el punto de referencia son los bonos del Tesoro de Estados Unidos, considerados los más seguros del mundo.
Volviendo a los números, el CDS de Colombia está en 109,5 puntos, el punto más bajo desde que se tienen registros, según datos de Bloomberg. Este dato es menor que el de Brasil, Argentina o Costa Rica, pero supera al de Chile, México, Perú y Panamá.
Junto a Colombia, otros países emergentes que están en mínimos históricos son Brasil, Argentina, Panamá, Costa Rica y Bulgaria.
Entre tanto, el Embi+ que recoge el desempeño de los emergentes ha caído 7,16 por ciento en lo que va del 2017 y está en 337 puntos.
El de Colombia está en 176, con lo cual completa dos años de disminución (solo en 2017 ha caído 22,4 por ciento), y sigue acercándose a los mínimos que logró en el 2014, cuando su mejor punto llegó a rondar los 140 puntos.
Si bien el tema es muy positivo y los inversionistas han dado muestras de mantener el interés por el mercado colombiano, la realidad es que no es el único.
Y no solo no se aparta de la manada de los emergentes, sino que a la mayoría les ha ido mejor.
Por ejemplo, Panamá, Perú y Uruguay han tenido caídas de más de 35 por ciento, y el de Brasil supera el 28 por ciento.
“Desde principios de año, el riesgo país de todos los emergentes ha mejorado. Y aunque siempre hay un discurso de credibilidad con respecto a Colombia, la realidad es que no ha acortado su diferencia con los demás países”, explica Felipe Campos, gerente de Estrategia e Investigaciones en Alianza Valores-Fiduciaria.
¿QUÉ HA PASADO?
Lo que queda claro con los datos es que Colombia ha sido uno de tantos países que se han visto beneficiados por el hecho de que los inversionistas tengan un gran apetito por tomar riesgo, en aras de generar mejores rendimientos.
Esta situación es resultado de varias condiciones en los mercados internacionales.
Campos explica que los principales jalonadores han sido la liquidez a nivel global, la mejora en los precios de las materias primas, el repunte de las acciones de Estados Unidos y “el apetito por riesgo, que se ha acentuado desde el 2016 y se ve en inversiones que van desde el bitcoin hasta las acciones tecnológicas”.
Por su parte, Camilo Silva Jaramillo, gerente de la firma de análisis independiente Valora Inversiones, dice que el menor nerviosismo de los inversionistas frente a los mercados emergentes se ha traducido en una menor volatilidad de los mercados, pues no solo las bolsas y las monedas han estado mucho más tranquilas que en otras épocas, sino que además los flujos de inversión siguen.
En el caso de Colombia, los extranjeros tienen más de 65 billones de pesos en deuda pública (el 25,6 por ciento del total), y en el último año este valor ha aumentado 24 por ciento.
Además, los fondos del exterior (incluyendo los ADR), son los mayores compradores netos de acciones, con más de 2 billones de pesos hasta octubre.
LA TAREA PENDIENTE
Sin embargo, esto no quita que los inversionistas tienen algo de prevención con respecto a Colombia.
Munir Jalil, economista jefe del Citi para Colombia y Venezuela, explica que los administradores de portafolios en el exterior “ven que el país todavía tiene desequilibrios externos y fiscales. Para los inversionistas ha sido mejor invertir en México, en Argentina y en Perú, pues en otros países de la región han tenido más retornos”.
Para no ir más lejos, las acciones colombianas están entre las de menor valorización este año frente a sus pares en Latinoamérica. El índice Colcap de la Bolsa de Colombia ha subido 7 por ciento, mientras que en los demás las ganancias superan el 15 por ciento.
A esto, Campos de Alianza añade que en medio del optimismo por el repunte en los precios del petróleo, la reducción de las tasas de interés, de la inflación y una mejora en la economía, afuera hay escepticismo y por lo pronto, Colombia se ve con un signo de interrogación grande. “Las elecciones generan un poco de ruido, y se esperaría que con el nuevo gobierno haya un sinceramiento de los números en el tema fiscal”, dice.
Este tema ha sido mencionado también por las calificadoras, que si bien comenzaron el año poniéndole tarjeta amarilla a Colombia (al deteriorarle la perspectiva), finalmente le mantuvieron la nota al país, con lo que se mantiene un escalón por encima del mínimo de grado de inversión.
Fitch señaló hace algunas semanas que confía en que sea quien sea el nuevo presidente no habrá cambios en políticas macroeconómicas, aunque los grandes retos vendrán por el lado del ajuste de las finanzas públicas y la implementación de los acuerdos de paz.
A su vez, Standard and Poor’s dijo que la temporada electoral que ya comenzó en varios países de la región podría causar demoras en los planes de inversión.
Luisa Gómez Rodríguez
Subeditora de Portafolio