La recuperación de la economía debería darse durante el año que inicia. Esa es la gran apuesta del Gobierno luego de los campanazos de alerta dados por Standard and Poor’s durante el 2017 con la reducción de la nota crediticia.
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Tras el difícil cierre del año pasado, la apuesta está en que durante este se logre consolidar una expansión del PIB del 2,7%, y esperar, que como está previsto, el cuarto trimestre del año anterior, que será reportado el 15 de febrero próximo, registre un crecimiento del 2,5%, con lo cual se cerraría el 2017 con un incremento del 1,8%.
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Según el Gobierno Nacional, a pesar del entorno complejo que se vivió, la economía irá entregando mejores resultados trimestre tras trimestre, de ahí, que la esperanza sea que el 2018 entregue un alivio en esa materia.
Pero para consolidar esa recuperación, será necesario que otros indicadores macroeconómicos a los que el Ejecutivo les presta atención, entreguen los resultados esperados. El primero de ellos, es la cuenta corriente, la cual deberá concluir diciembre de este año en el 3,2%; vale destacar que este ha sido uno de los factores que mejor acople ha tenido a la coyuntura y ha jugado del lado del Gobierno, al punto que dejó de ser una de las preocupaciones centrales del Banco de la República. El segundo ítem es el déficit fiscal, debe concluir el año que inicia en el 3,1% para que con esto se les envíe un mensaje de tranquilidad y confianza, tanto a los inversionistas internacionales, como a las agencias calificadoras, pues en este indicador, los resultados no han sido tan exitosos.
Del mismo modo, la economía podrá arrojar mejores cifras en la medida en que los sectores que durante 2017 estuvieron en deuda tengan un mejor desempeño.
Es así como gran parte de la recuperación del PIB estará marcada por la evolución y la mejoría que tenga la industria manufacturera, esta fue uno de los lunares que tuvo el 2017, y tras las reducciones de tasas de interés del Banco de la República se espera que su comportamiento sea destacado.
Sin embargo, la gran apuesta del crecimiento está depositada en la ejecución de los programas de infraestructura de cuarta generación. Se prevé que los cierres financieros permitan el inicio de las obras que garanticen el aumento de la competitividad nacional, otro de los frentes que preocupan al Gobierno dado el rezago que presenta Colombia en esa materia en comparación con otras economías de la región.
Así mismo, asegurar que la inflación ya está bajo control es primordial durante este año. A pesar de que bajó desde casi el 9% en agosto del 2016 a alrededor del 4% en 2017, es crucial que el Gobierno logre cumplir el objetivo del 3,3% trazado para este año. Más aún, si se tiene en cuenta que desde la junta del Emisor es poco más lo que se puede hace, los codirectores ya han manifestado que las tasas de interés se encuentran cerca del nivel de neutralidad, por lo cual el mercado no espera que bajen más allá del 4,5%.
Las necesidades de asegurar mejores indicadores se verán mermadas por la incertidumbre del proceso electoral que se vivirá durante este año. El nuevo Gobierno, llegará con los debates de si se requiere otra reforma tributaria, y de una pensional, que expertos aseguran es urgente.
