El producto interno bruto (PIB) de un país no es el único componente con el que se puede determinar la riqueza de una nación. De acuerdo con el informe ‘La riqueza cambiante de las naciones 2018’ emitido por el Banco Mundial, otros indicadores ayudan a evaluar el progreso económico de las naciones y su sostenibilidad.
(Lea: ¿Cuáles son los mitos del dinero?)
Para la realización del informe se hizo seguimiento de la riqueza de 141 países entre 1995 y 2014 combinando cuatro factores:
- Capital natural (como bosques y minerales)
- Capital humano (ingresos a lo largo de la vida de una persona)
- Capital producido (edificios, infraestructura, etc.)
- Activos extranjeros netos.
(Lea: ¿Cuánto dinero recibiría cada colombiano si se pudiera repartir la riqueza del país?)
Una de las principales conclusiones del informe señala que, en términos generales, el capital humano fue el componente más importante de la riqueza.
“Fortaleciendo y promoviendo el capital natural y humano, los países del mundo pueden fomentar la riqueza y fortalecerse. El Grupo Banco Mundial está acelerando sus esfuerzos para ayudar a los países a invertir más y con mayor eficiencia en su población”, afirmó el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim.
“No puede haber desarrollo sostenido y confiable si no tenemos en cuenta el capital humano como el componente más importante de la riqueza de las naciones”, enfatizó Kim.
Fue precisamente en este reciente estudio en el que se incluyen por primera vez estimaciones del capital humano, medido como el valor de los ingresos de una persona en lo que le resta de vida laboral, teniendo en cuenta la salud y la educación.
Su estudio permitió revelar que las mujeres representan menos del 40% del capital humano mundial, debido a que perciben menos ingresos a lo largo de sus vidas. En ese orden de ideas, una mayor igualdad de género redundaría en un incremento del capital humano cercano al 18%.
Si bien el capital humano tiene preponderancia en la creación y sostenibilidad de la riqueza de un país, una característica común en los países de ingreso bajo es que el capital natural representó casi la mitad de su riqueza.
Durante las últimas dos décadas más de 20 países de ingreso bajo, donde en 1995 el capital natural era el componente predominante de la riqueza general, pasaron a ser de ingreso mediano, gracias en buena parte a la inversión de las ganancias derivadas del capital natural en sectores como el de infraestructura, la educación y la salud, que incrementan el capital humano.
Sin embargo, afirma el Banco, hacerse rico no implica solamente liquidar capital natural para generar otros activos para invertir en capital humano y en capital producido.
“El capital natural por persona de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) es tres veces más elevado que el de los países de ingreso bajo, aun cuando en los primeros la proporción de capital natural en relación con la riqueza total es apenas el 3%”, señala en informe.
Esta sería una señal de alerta, pues de acuerdo con Karin Kemper, directora superior del departamento de prácticas mundiales de medio ambiente y recursos naturales del Banco Mundial, el crecimiento será a corto plazo si se basa en el agotamiento del capital natural como los bosques y los recursos pesqueros. “Lo que hemos demostrado en nuestra investigación es que el valor del capital natural por persona tiende a aumentar con los ingresos. Esto contradice la concepción tradicional de que el desarrollo implica necesariamente el agotamiento de los recursos naturales”, afirmó Kemper.
El Banco Mundial estima que el valor de los activos de capital natural se duplicó a nivel mundial entre 1995 y 2014, como resultado, entre otras cosas, del incremento en los precios de los productos básicos y de las reservas económicamente probadas.
En el informe se llegó a la conclusión de que la riqueza mundial creció aproximadamente un 66%. (de 690 billones de dólares a 1.143 billones de dólares, en dólares estadounidenses constantes de 2014 a precios de mercado). Sin embargo, de la mano del crecimiento de la riqueza vino el crecimiento de la desigualdad. En los países de ingreso alto de la Ocde, la riqueza per cápita fue 52 veces mayor que la de los países de ingreso bajo.
La riqueza de los países se calcula a partir de datos de acceso público extraídos de fuentes reconocidas internacionalmente y utilizando una metodología que se aplica de manera uniforme en todos los países. En el informe no se relevaron algunos de los componentes de la riqueza natural, como el agua, los recursos pesqueros y las fuentes de energía renovables.