Hoy se abre al público la feria anual de joyas y relojes más grande del mundo. En Basilea, Suiza, se darán cita los más importantes fabricantes de relojes que mostrarán sus nuevas colecciones revelando los más sofisticados mecanismos de la actualidad y se darán a conocer las tendencias de las marcas en el exclusivo mundo relojero. Igualmente, los más famosos joyeros tienen un destacado lugar en este certamen que se lleva a cabo todos los años al comienzo de la primavera en la ciudad del norte de Suiza que colinda con Alemania y Francia.
La feria de Basilea se inició en 1917 cuando se realizó la primera Muba (sigla de Basel Mustermesse) o feria de comercio, que presentaba, además de relojes, muestras industriales y hasta de ganadería. Luego, en los años 80 se le dio un viraje y se convirtió en una feria más especializada para negocios afines a la joyería y a la relojería.
En esta bella ciudad fundada a orillas del Rin alrededor del año 150 antes de Cristo, se construyeron gigantescos pabellones a comienzos del sigo XX para alojar este tipo de eventos. Famosa por su gran actividad cultural y su universidad que data de 1460, Basilea tiene las ferias en su sangre ya que en 1471 se autorizó, por el emperador Federico II, la realización de las primeras ferias comerciales.
Baselworld es el nombre que recientemente adoptó la feria, que empezó con unos pocos expositores y hoy atrae más de 100.000 visitantes de todo el mundo que son atendidos por casi 2.000 expositores de 45 países, en un recinto ferial que supera los 160.000 metros cuadrados de exhibición. Aquí se reúne también la más grande colección de relojes, joyas y piedras preciosas y cuyo valor es desconocido, pero seguramente supera ampliamente los varios miles de millones de francos suizos.
Optimismo en la industria suiza
En esta feria es donde se congregan todos los joyeros importantes del planeta para comprar y vender sus productos. En un ambiente muy seguro y de lujo absoluto; la corbata es apenas uno de los formalismos tradicionales, la etiqueta es importantísima y la presencia lo es todo. La champaña fluye, los eventos pululan y las modelos más lindas y cotizadas de Europa caminan por los pasillos con tranquilidad. Los artistas más famosos y los reconocidos embajadores de las marcas, se únen a los mejores diseñadores y se juntan hasta con los más controvertidos líderes de la industria durante toda una semana para inyectar el dinamismo que este importante renglón de la economía mundial ha adquirido recientemente. Basel es donde las intrigas, los chismes y las especulaciones aterrizan, se funden y se procesan para materializarse en joyas y relojes de estupenda calidad y una belleza sin igual.
En el 2010, Suiza reportó exportaciones de relojes por más de 16.200 millones de francos suizos, que significó un aumento superior al 20 por ciento sobre el año anterior y demostró que la recuperación de la industria va por buen camino. Según la Federación de Relojería Suiza, el crecimiento más notable fue el de los mercados asiáticos que en la actuaidad consumen más de la mitad de la producción relojera suiza. Estados Unidos sigue siendo un mercado gigante para los relojes y es seguido de cerca por los tradicionales europeos como Alemania, Francia e Italia, que compran relojes todavía en grandes cantidades.
Es evidente que el mercado asiático seguirá conduciendo igualmente la moda de los diseños de relojes pues en el SIHH -Salón de la Alta Relojería de Ginebra- del pasado mes de enero se evidenció una clara tendencia a reducir el tamaño de los relojes. El gran porcentaje de los clientes en el lejano oriente los prefieren más pequeños y planos, por lo que es probable que en Baselworld se aprecie también esa nueva generación de relojes clásicos.
Según expertos, otro de los objetivos más claros de la industria, y como lo advirtió PORTAFOLIO recientemente, es el desarrollo del mercado de lujo en Latinoamérica. Incluso The New York Times destacó el favorable crecimiento de los negocios con esta parte del mundo y ha anotado cómo los ojos de la industria relojera se han volteado nuevamente hacia el extraordinario potencial de nuestro continente.
Colombia no es ajeno a esta nueva realidad y el tratado de libre comercio que se firmó con suiza y que debe entrar en vigencia en la segunda mitad del año, será de mucha importancia para que estos negocios fluyan más armónicamente. Así mismo, destacados medios especializados han visitado nuestro país para estudiar su potencial y comenzar a hacer circular sus publicaciones aquí.
Sin embargo, el panorama es confuso, pues la fuerte valorización del franco suizo, que ahora vale más que el dólar (CHF. 1 =US$1,11) está debilitando cuantiosamente también los mercados americanos para este tipo de relojes de alto nivel. Se presume que los precios seguirán aumentando en el curso del 2011, ya que a las marcas suizas fuertes les costará mucho ‘sostener la caña’ por más tiempo.
Las joyas y las piedras
Las joyas también revelarán su estrategia para aliviar el impacto causado por el desmedido incremento del precio del oro (1.410 dólares), pues es evidente que industriales italianos están golpeados y los orientales, que fueron líderes en años recientes en desarrollar empresas joyeras, también están resentidos. Los diamanteros no paran de sorprenderse cuando cada semana la lista de Rapaport, una especie de índice de precios de la industria, muestra permanentes incrementos en el precio de los diamantes de todos los tamaños.
Se sabe que inversionistas de todo el mundo están buscando refugio en este tipo de productos para almacenar sus capitales ya que las tendencias de las bolsas de valores, la débil economía norteamericana y la fragilidad del euro han causado nerviosismo en los mercados tradicionales.
Así las cosas, los grandes de la industria estarán presentes en Baselworld, con excepción de las marcas de Richemont (Cartier, Mont Blanc, IWC, etc.) que desde hace años salieron a montar su propio evento (SIHH) en Ginebra.
Falta ver cómo transcurre la feria, qué se dice en los corredores y quienes serán las estrellas del 2011, pues, como todos los años, en Basilea surge una nueva que deslumbra a toda la industria.
Grandes movimientos
Con el reciente anuncio de la compra de Bvlgari por parte del grupo LVMH (Louis Vuitton-Möet-Hennessy) se cerró uno de los capítulos de negocios que más tenía intrigado al gremio, dada la evidente crisis que agobiaba a la familia Bulgari desde hace meses, se había pensado inicialmente que la empresa se quedaría en Italia en manos del grupo Gucci. Pero la astronómica cifra (6,000 millones de dólares) que el multimillonario Bernard Arnault, CEO del conglomerado francés ofreció, evidentemente sedujo a la familia que, liderada por Francesco Trapani además quedó a cargo de gran parte de los negocios de joyas y relojes de LVMH. Trapani, conocido por su audacia y falta de modestia también afirmó recientemente que "las marcas de joyeros independientes están destinadas a desaparecer", evidenciando que su empresa sucumbió ante los monstruosos capitales que se mueven hoy en día en el mercado del lujo.
RICARDO KLING
Especial para PORTAFOLIO