Tenemos ya la publicación para este año, del Informe de Competitividad 2017-2018 que publica el Foro Económico Mundial y con ello las noticias, referencias e interpretaciones frescas sobre el estado de la productividad en la región, los países individuales y los principales retos que los mercados deben enfrentar. Se destaca, que de los 12 pilares de la competitividad, la innovación es uno de los factores vitales, que continúa siendo limitante para la consolidación en los mercados latinoamericanos.
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Al analizar los cuatro países que conforman la Alianza del Pacífico, es posible notar que quien sale mejor librado en esta última medición es –como era de esperarlo- Chile, con 3.5 puntos respecto a innovación. Luego aparecen México (3.4 puntos) Colombia con 3.3 puntos y finaliza el grupo Perú con 2.8.
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Es de anotar que en el ámbito mundial, Colombia ocupa el puesto 66, descendiendo de la posición 61 que poseía en la última evaluación. La superan, en el mundo y con especial referencia a América Latina, países como el ya mencionado Chile, Costa Rica y Panamá.
Para Colombia, además de los sistemas y mecanismos de innovación, le hacen retroceder factores como la corrupción –que ha alcanzado niveles por demás alarmantes- y la fragilidad y presencial institucional. De hecho afectan estos aspectos, especialmente cuando se compara con los países más competitivos: Suiza, Singapur, Estados Unidos, Países Bajos, Francia y Alemania.
En este último informe también se destacan problemas comunes que se tienen en toda la región latinoamericana, los que son obstáculos notables que impiden conformar un escenario de mayor competitividad. Uno de ellos muy reconocido, es el de la infraestructura. En este sentido es de subrayar la importancia de la inversión tanto de mantenimiento como de expansión neta. La región en especial atención a su sector agrícola debe fortalecer este renglón.
No obstante no sólo para la producción vegetal o animal de la región, sino al enfrentar los desafíos de las nuevas tecnologías: el acceso a banda ancha y a dispositivos de última generación son aspectos vitales en pro de la infraestructura que puede ir asegurando sostenibles niveles de competitividad.
Otro aspecto de freno es la incertidumbre política que alcanza cotas muy altas en el caso de Venezuela. Pero no dejan de estar ausentes en la Colombia del post-conflicto, donde grupos ultraconservadores no aceptan las nuevas condiciones luego del acuerdo firmado con las FARC. La competitividad también requiere de mayor capacitación del talento humano. Un aspecto totalmente crucial para alcanzar niveles sostenibles de desarrollo.
Giovanni E. Reyes,
Ph.D. University of Pittsburgh/Harvard.
Profesor y Director de la Maestría en Dirección de la Universidad del Rosario.