El 2016 fue un año especialmente complicado para las autoridades económicas del país. La inflación hizo estragos en todos los frentes. Durante más de medio año los precios de los alimentos se encarecieron sustancialmente, la trepada de este indicador obligó a la junta del Banco de la República a incrementar sus tasas de interés hasta casi el 8% con lo que el crecimiento también se mermó. Ahora el Dane revela que por cuenta del aumento significativo del IPC, la pobreza monetaria durante el año pasado (cuando el ingreso mensual per cápita de un hogar se sitúa por debajo de la línea de pobreza) tuvo un ligero incremento, pasó del 27,8% al 28% del total de la población.
(Lea: Un internet para ricos, otro para pobres)
La pobreza en las cabeceras pasó de 24,1% en 2015 a 24,9% en 2016, cambio equivalente a 0,8 puntos porcentuales, mientras que la pobreza en los centros poblados y rural disperso disminuyó 1,7 puntos porcentuales, ubicándose en 38,6% en 2016. En las trece ciudades y áreas metropolitanas el nivel de incidencia para el 2016 fue 15,9%, es decir, 0,5 puntos porcentuales por encima del presentado en 2015; mientras que para las otras cabeceras el nivel de incidencia en 2016 se ubicó en 37,8%.
Ahora falta más dinero
La brecha o intensidad de la pobreza es un indicador que mide la cantidad de dinero que le falta a una persona pobre para dejar de estar en esa situación, es decir, para que alcance la línea de pobreza. Esta diferencia se presenta con respecto al ingreso per cápita de la persona y se pondera por el número de pobres.
Para el 2016, la brecha de la pobreza monetaria alcanzó un valor de 12,4%. Frente al año 2015, la brecha de la pobreza fue 10,3%. Para las cabeceras la brecha registró un valor de 10,7% y en los centros poblados y rural disperso de 18,0%. Durante 2015 estas tasas fueron de 8,7% y 15,7% respectivamente.
Los más pobres, fueron los más afectados
En el 2016, el porcentaje de personas clasificadas en pobreza extrema (cuando el ingreso mensual per cápita de un hogar se sitúa por debajo de la línea de indigencia) con respecto a la población total nacional fue del 8,5%, es decir, aumentó en 0,6 puntos porcentuales con respecto a 2015. En las cabeceras esta proporción fue del 5,6%, 0,7 puntos porcentuales superior al valor registrado en 2015 (4,9%).
En los centros poblados y rural disperso la incidencia de la pobreza extrema fue de 18,1%. En el 2015 representaba 3,7 veces la incidencia en las cabeceras (18,0% frente a 4,9%); en 2016 esta relación pasó a 3,2 veces (18,1% frente a 5,6%).
En las trece áreas, el porcentaje de población en pobreza extrema pasó de 2,7% en 2015 a 2,9% en 2016. En las otras cabeceras, la incidencia de la pobreza extrema pasó de 8,1% a 9,4%, registrando un aumento de 1,3 puntos porcentuales.
El año pasado, la pobreza extrema nacional registró una brecha del 3,9%, indicando que en promedio el ingreso de la población en situación de pobreza extrema se ubicó un 3,9%por debajo de la línea de pobreza extrema. Para las cabeceras, la brecha registró un valor de 2,6% y para los centros poblados y rural disperso de 8,2%.
De otro lado, la pobreza multidimensional, que evalúa los resultados de satisfacción (o no privación) que tiene un individuo respecto a ciertas características que se consideran vitales como salud, educación, empleo, entre otras, fue en el 2016 del 17,8%, mientras que un año atrás se ubicó en el 20,2%.
En las cabeceras fue del 12,1% y en los centros poblados y rural disperso de 37,6%. En 2016, el porcentaje de personas en situación de pobreza multidimensional en los centros poblados y rural disperso fue 3,1 veces el de las cabeceras.
Entre 2015 y 2016 en la tasa de incidencia de la pobreza multidimensional los cambios presentados fueron de -2,4 puntos porcentuales a nivel nacional, -2,3 puntos porcentuales en las cabeceras y -2,4 puntos porcentuales en los centros poblados y rural disperso. Los cambios entre 2015 y 2016 fueron estadísticamente significativos para todos los dominios.
Para 2016, las tasas de incidencia de pobreza multidimensional más altas se presentaron en las regiones Pacífica y Caribe, la primera con 33,2% y la segunda con 26,4%. En tercer lugar está la región Central con 18,0%. La menor incidencia de pobreza multidimensional se presentó en Bogotá con 5,9%, seguida de Valle del Cauca con 12,0%, Antioquia con 15,1% y la región Oriental con 16,8%.
Entre 2010 y 2016, la reducción de la pobreza multidimensional para el total nacional fue de 12,6 puntos porcentuales, en las cabeceras fue de 11,4 puntos porcentuales y en los centros poblados y rural disperso de 15,5 puntos porcentuales.
Se reduce la desigualdad
La distribución del ingreso logra un año más de mejora. Entre 2015 y 2016 el coeficiente de Gini pasó de 0,522 en a 0,517 en el total nacional, completando 3 años con reducciones consecutivas.
El Gini de cabeceras municipales se redujo de 0,498 en 2015 a 0,495 en 2016, mientras que en los centros poblados y zonas rurales dispersas pasó 0,454 en 2015 a 0,458 en 2016.
Este indicador es una medida de desigualdad. Se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos, dentro de un país. El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno).
Economía
22 mar 2017 - 10:23 p. m.
La inflación le pasó factura al índice de pobreza en 2016
Por cuenta del incremento de los precios por fuera del rango del Banrepública, se desajustaron las cuentas del Gobierno en varios frentes.
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