En los últimos dos meses, el panorama internacional ha estado complicado en varios frentes, lo cual tiene nerviosos a los inversionistas en varias partes del mundo. El hecho de que estén menos dispuestos a asumir riesgos ha provocado que muevan sus capitales, lo que en la práctica se ha visto en una salida de capitales de países emergentes, incluido Colombia.
El aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, el inicio de los retiros de estímulos en economías desarrolladas, temas geopolíticos y la guerra comercial, son algunos de los detonantes de esta situación.
Y recientemente, el tema se ha acentuado. Cifras del Instituto Internacional de Finanzas (IIF) señalan que, después de las reuniones de la Reserva Federal de los Estados Unidos entre el 12 y el 13 de junio, de los mercados emergentes han salido US$5.500 millones, de los cuales US$4.200 millones son de acciones y US$1.300 millones de bonos.
Aunque las salidas se han dado principalmente desde países asiáticos, la realidad es que América Latina no ha sido inmune, menos en momentos en que continúa la incertidumbre política en las dos mayores economías: Brasil y México.
Por todas estas circunstancias, los activos colombianos han visto cómo los fondos extranjeros están cambiando de estrategia.
En términos generales, la inversión de portafolio ha tenido una marcada reducción. Según la balanza cambiaria del Banco de la República, hasta el 8 de junio pasado el ingreso de estos recursos sumaba US$1.843 millones, 36% menos que al mismo corte del 2017. Esto, pese a que hace apenas unos meses había superado los US$ 2.600 millones.
Por el lado de la deuda pública, en mayo los fondos extranjeros le volvieron a ceder el primer puesto en tenedores a los fondos locales de pensiones. Si bien su portafolio siguió creciendo y llegó a $72,9 billones, no subió al mismo ritmo en que lo venía haciendo.
En cuanto a las acciones, los extranjeros dejaron de ser compradores netos y se fueron al otro extremo, pues desde febrero es más lo que han vendido.
Al hablar sobre las expectativas para los próximos meses, hay opiniones encontradas. Mientras que hay analistas que consideran que la volatilidad del precio del dólar y la tensión comercial creciente son razones para alejarse de los emergentes, otros aún están viendo oportunidades.
Goldman Sachs dice que si bien los activos han sido castigados, los fundamentales de la mayoría de economías están bien y por ello sugieren comprar bonos locales. Entre los preferidos están los activos en monedas como el peso colombiano, el chileno y el sol peruano.