Automatizar cualquier espacio en las empresas no solo es una tarea de compra de equipos tecnológicos, sino que requiere de un verdadero propósito: ¿para qué y para quiénes se adelantan esas adopciones tecnológicas?
Este es un ejercicio que necesitan hacer las organizaciones antes de si quiera salir al mercado a buscar al proveedor con mayores ventas, las marcas más costosas o las implementaciones más robustas.
Normalmente, alcanzar el equilibrio entre el objetivo que tiene adoptar tecnología en sitio y la infraestructura idónea a implementar, es el principal reto de las compañías cuando se trata de brindar servicios confiables, productivos, eficientes y fáciles de usar”, explica Jorge Rodríguez, Director de Operaciones de Matizzo, emprendimiento colombiano especializado en el diseño y la implementación de proyectos tecnológicos para el hogar y la oficina.
Por eso, cualquier decisión relacionada con la automatización de espacios de trabajo debe responder, primero, a tres aspectos fundamentales que garantizarán que los objetivos se cumplan:
1. ¿Con que propósito se está pensando usar el espacio de trabajo?
Las organizaciones deben definir y tener claro el tipo de uso que se le dará a esa área y qué actividades van a llevarse a cabo allí.
2. ¿Quién es el cliente o usuario?
La empresa debe evaluar muy bien el público para el cual se está diseñando el espacio de trabajo. Este punto se refiere tanto a los trabajadores como a los públicos externos, considerando el tipo de dispositivos que estos usan cada día para que las implementaciones sean las más adecuadas, cómodas de integrar y manejar.
3. El ADN empresarial.
Las soluciones de tecnología seleccionadas deben reflejar la visión, los valores y la estrategia corporativa, garantizando y promoviendo la eficiencia, la productividad y el agrado en sus usuarios.
En particular, Matizzo concibe su accionar sobre una filosofía denominada Activity Based Working, que promueve reinventar las implementaciones dándoles un propósito claro para el desarrollo de las actividades laborales.
Muestra de esto son los proyectos exitosos que ha realizado en equipo con CBRE Colombia Gerencia de Proyectos, en donde ambas empresas se destacan siempre por darle un valor agregado y un factor diferencial a cada proyecto.
Basándose en esto, Luis Durán, su Director Administrativo, asegura que “automatizar un espacio de trabajo no solo se limita a los equipos; también es necesario considerar que se trata de un todo en el que también cobran protagonismo la iluminación, el mobiliario, el confort acústico y la seguridad de la información. La adopción tecnológica debe ofrecer comodidad, bienestar y el máximo aprovechamiento del tiempo de las personas para que la productividad y la eficiencia se conviertan, como es el objetivo final, en el verdadero retorno de la inversión que se haga”.
Otra recomendación que hace Matizzo es considerar incorporar tecnología en espacios diferentes a los limitados por las cuatro paredes y comenzar a ofrecer este tipo de herramientas en áreas abiertas en las que las personas puedan sentirse activas para el desarrollo y la discusión de ideas, las conversaciones creativas y los enlaces con públicos externos.
Incluso, esta empresa ha llevado esos objetivos de la automatización con un propósito a espacios diferentes a los corporativos, como el mejoramiento de la calidad de vida de pacientes médicos en condición de discapacidad o con dependencia de otras personas, y el apoyo de procesos en el sector salud para posibilitar espacios de bienestar y comodidad.
“En este caso, el costo/beneficio supone para las instituciones clínicas el mejorar las condiciones para sus pacientes, con un alto componente de confort y bienestar, que los apoyan en sus procesos de recuperación y calidad de vida”, señala Rodríguez.
También las salas de crisis de las alcaldías municipales son espacios de alto desempeño técnico, ideales para los procesos de automatización, ya que las correctas implementaciones tecnológicas apoyan la labor de los organismos de seguridad, ayuda y socorro.
A su vez, el ambiente educativo en la era de la transformación digital, busca cautivar e incentivar el uso de tecnología para incorporar, de manera natural, un público presencial y remoto de forma simultánea (aulas de clase híbridas), con el objetivo de acercar y facilitar la educación en cualquier momento y lugar.