Felipe Buitrago es uno de los creadores de lo que hoy se conoce como el concepto de la ‘economía naranja’, el paraguas bajo el cual se agruparon las actividades económicas derivadas de la cultura, las artes y la creatividad simbólica para darle una identidad frente a la sociedad y a los gobiernos, como es el caso de la economía verde, referente a economía ambiental, para que sea más tenida en cuenta dentro de la formulación de políticas económicas y se pueda explotar plenamente su potencial.
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De este tipo de concepto, en el que la producción se hace más con la mente que con las manos, se pasó del término manufactura a la denominada ‘mentefactura’.
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Ahora el nuevo planteamiento que surge del análisis académico de un entorno en el que la revolución digital toma cada vez más protagonismo, fue denominado por Buitrago como la economía ‘no collar’.
“La economía ‘no collar’ es referente a la economía digital y a los retos que estamos enfrentando ante, si se quiere, la entrada avasalladora de tecnologías como puede ser el análisis del big data, el internet de las cosas, la conexión móvil de quinta generación, la robótica la impresión 3D” explica Buitrago, autor del libro 'The No Collar Economy'.
“Uno de los temas que conversamos mucho con Samuel George, el coautor del libro, era cómo muchos de los que están liderando estos procesos de adaptación tecnológica y de los que están creando las nuevas empresas, son personas que usan camiseta y jeans y no los clásicos vestido con corbata en generaciones anteriores. De ahí viene el tema de ‘no collar´, porque estamos hablando de personas sin corbata, que no usan camisas sino camisetas”, agregó.
GENERACIÓN DE EMPLEOS
Si bien para la producción de ‘mentefacturas’ el conocimiento es el insumo principal, también es necesario un entorno en el que su producción se facilite y se enfoque hacia usos prácticos. Estas creaciones así como pueden ser carácter, simbólico, creativo y cultural, también pueden ser carácter científico, de servicios logísticos, de servicios personalizados para mejorar la calidad de vida, entre otros.
“Hay una relación muy fuerte entre los productos generados en el contexto de la economía naranja articulada con nuevas tecnologías y las oportunidades dentro de la economía ‘no collar’ para, precisamente, transformar la manera en la que los jóvenes se van a vincular a la fuerza laboral, en la forma en la que ellos van a ejercer su rol productivo en el siglo XXI”, indica Buitrago, quien se desempeña como director del TicTac, el Tanque de Análisis y Creatividad TIC de la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones (CCIT).
Por eso mismo destaca el potencial de generación de empleo que representa la revolución digital y la necesaria adaptación de la sociedad al cambio en la forma en la que se hacen muchas cosas.
“Tenemos que migrar nuestro acervo de competencias y habilidades laborales hacia las actividades del conocimiento, actividades técnicas de programación, actividades creativas para que en estas plataformas los jóvenes tengan más oportunidades”.
De acuerdo con Buitrago, este tipo de plataformas son las que van a generar la mayor cantidad de empleos en el corto plazo, pues son el reflejo del reacomodamiento de las ocupaciones productivas.
Al respecto señaló Buitrago que “en el mundo hay más o menos 1.100 millones de jóvenes entre los 15 y los 24 años, por lo que globalmente hay que crear cerca de 110 o 120 millones de empleos o de oportunidades anuales para que estos jóvenes no se queden de brazos cruzados, como los llamados ‘ninis’, que ni estudian ni trabajan. En Colombia estamos hablando casi de nueve millones de jóvenes en este rango de edad, por lo que debemos generar un millón de oportunidades anuales. Hoy ni las manufacturas ni el campo están generando todos esos empleos. Si acaso se logran mantener los niveles de empleo actual”.
De acuerdo con Buitrago, varios estudios a nivel mundial que señalan que entre el 75 y 80% de la riqueza que se genera se da por la aplicación y usos locales de las nuevas tecnologías. En otras palabras, no necesariamente hay que tener la idea del millón de dólares para generar valor, sino que con el uso que se le da a esa tecnología o de esa idea se puede generar todavía más valor.
“La idea con la economía no collar era poner en contexto el momento que estamos viviendo, esencialmente con el mensaje de “no es una era de cambios, es un cambio de era”, es mucho más profundo de lo que puede parecer para muchos, y por eso tenemos que estar muy atentos a los retos para poder adaptarnos y a las oportunidades para poder aprovecharlas”, finaliza Buitrago.
Julián Calderón H.
julcal@eltiempo.com