La subida de los precios del petróleo, impulsada por la inestabilidad en el norte de Africa, aportará ganancias para los grandes productores latinoamericanos, pero también tendrá efectos negativos en muchos de ellos, por ser importadores de gasolina y derivados, opinaron expertos.
Venezuela, Brasil, Ecuador y Colombia son países que recaudarán más con sus exportaciones de petróleo, pero también deberán hacer frente a gastos mayores si importan derivados, esenciales para mantener activa la industria, lo cual se traduce inevitablemente en inflación.
A ojos de los expertos, el primer beneficiado por este alza de precios es Venezuela, mayor productor de crudo de la región, que extrae diariamente unos tres millones de barriles según cifras oficiales.
El petróleo es origen del 90 por ciento de las divisas que entran al país y los ingresos subirán notablemente. Las autoridades venezolanas siempre han observado con satisfacción un barril a 100 dólares, precio que el Gobierno del presidente Hugo Chávez considera justo.
En Brasil, las consecuencias del aumento del crudo no son demasiado positivas. El aumento “puede perjudicar el crecimiento económico del país (...) que es exportador de commodities” (materias primas) y necesita derivados de petróleo para producirlas, explicó Adriano Pires, del Centro Brasileño de Infraestructura.
Brasil importa 10 a 15 por ciento de su petróleo porque las refinerías de Petrobras no pueden refinar el crudo pesado que Brasil extrae.
El gigante sudamericano compra en el exterior gasolina y queroseno para la aviación, mientras que el grueso de la producción de Petrobras se destina a consumo interno y no produce grandes beneficios por comercialización en el mercado internacional.
A esto se suma que Petrobras no traslada los aumentos de los precios del barril al consumidor y es la empresa la que tiene que absorber el coste de un aumento en los precios de los derivados o del petróleo liviano que importa.
Según Fernando Santos, ex ministro ecuatoriano de Petróleo y ex secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), un barril más caro traerá consigo más ingresos para la estatal Petroecuador, encargada de exportar la producción, pero el país importará 45 millones de barriles de derivados en 2011 y deberá pagar más caro por ellos, lo cual aumentará el déficit de su balanza comercial.
“Hay un fenómeno especulativo. Cada dólar por encima de los 100 es una especulación. No es bueno para los productores ni para la economía mundial”, dijo José Luis Ziritt, presidente de la Asociación de la Industria Hidrocarburífera del Ecuador (Aihe), recordando que la Opep hizo una reducción de cuatro millones de barriles a finales de 2008, por lo que habría suficiente capacidad para suplir en caso de que Libia deje de producir.
Venezuela y Ecuador son los únicos dos miembros latinoamericanos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).
Colombia aumentaría la inflación
En Colombia, país que produce cerca de 800.000 barriles diarios de crudo, esta alza del petróleo sería positiva para los ingresos en un primer momento, pero traería un impacto inflacionario y alentaría la revaluación del peso, que el Gobierno trata de frenar debido a la pérdida de competitividad que provocaría, dijeron analistas. “Si se asume que el choque petrolero va a ser permanente, se puede prever un impacto negativo sobre el consumo de los hogares”, advirtió Francisco Chaves, analista de la firma Corredores y Asociados.
Caracas/AFP