En momentos en que Venezuela enfrenta un posible default de bonos y la economía se sume aún más en la depresión, podría pensarse que la oposición plantearía un fuerte desafío al socialismo gobernante en las elecciones presidenciales del año próximo.
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En lugar de ello, los opositores están desmoralizados y en desbandada. La coalición de 11 partidos está profundamente dividida esta semana luego de que cuatro gobernadores electos del partido Acción Democrática reconocieran la autoridad del régimen represivo del presidente Nicolás Maduro, lo que indignó a los aliados, que dijeron que hubo fraude en las elecciones regionales del 15 de octubre.
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Los enfrentamientos internos se producen en momentos en que la coalición pasa por el peor momento en años. Maduro ha usado el control sobre las instituciones y los fondos públicos para hacer frente a la oposición apenas tres meses después de que protestas callejeras amenazaron su presidencia. Ahora los opositores deben decidir si buscan adaptarse o encontrar una nueva forma de resistencia.
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"Me parece inapropiado e inconveniente que en medio de esta crisis política empecemos a enfrentarnos entre nosotros", dijo el martes Henry Ramos Allup, el máximo dirigente de Acción Democrática.
El lunes, los candidatos victoriosos del partido de Allup, que gobernó Venezuela varias veces en el transcurso de décadas, aceptaron prestar juramento ante la todopoderosa asamblea constituyente de Maduro. El gesto de sumisión generó la indignación de otros miembros de la coalición opositora.
"Mientras Ramos Allup esté en el movimiento de unidad, no me sentaré a la mesa", dijo el martes el ex candidato presidencial Henrique Capriles Radonski. "Lo que vimos ayer no tiene justificación. Acción Democrática es un partido histórico, pero les pregunto a sus miembros cómo se sienten y si van a seguir apoyándolo".
Muchos miembros de la oposición dijeron que el gobierno había robado las elecciones luego de que 18 de 23 estados quedaran en manos de personas leales a Maduro a pesar de que las encuestas habían pronosticado una abrumadora victoria de la coalición.
La oposición pareció no estar preparada para los resultados y no logró presentar una respuesta unificada hasta última hora del día siguiente. El martes persistió la falta de coordinación: tres políticos opositores convocaron conferencias de prensa por separado y hasta superpuestas, y todos hicieron diferentes llamamientos a la acción.
El analista político Edgard Gutiérrez dijo que la oposición a Maduro se encuentra en una encrucijada. "Es el fin de la oposición tal como la conocemos", dijo. "Ahora enfrentaremos meses de crisis, reacomodamientos, acusaciones y renovaciones. La crisis de la oposición transcurrirá en el contexto de un vehemente debate sobre si participar o no en las próximas elecciones".
El presidente, por su parte, dijo el martes que el país tiene ante sí un nuevo comienzo. "Hoy me reuní con los gobernadores de la oposición. Fue una reunión cordial y positiva", dijo Maduro. "Les dije a los gobernadores opositores que pueden contar con todo mi apoyo para sus estados. Ha comenzado una nueva era de coexistencia".