El juez federal Sergio Moro decretó este jueves la prisión del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, condenado a 12 años de cárcel por corrupción en una causa relacionado con la trama destapada en la petrolera estatal Petrobras.
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El magistrado, emblema de la operación Lava Jato, indicó en su decisión que le concede a Lula, "en consideración de la dignidad del cargo que ocupó, la oportunidad de presentarse voluntariamente ante la Policía Federal de Curitiba antes de mañana viernes a las 17H00 (20H00 GMT).
La corte suprema de Brasil ya había rechazado en la medianoche del miércoles, por una estrecha mayoría de 6 votos a 5 y tras más de 10 horas de debate, un recurso del expresidente Lula da Silva para apelar en libertad ante las máximas instancias judiciales una condena a 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero.
Inicialmente, varios juristas habían señalado que Lula podría ser arrestado la semana próxima, cuando el tribunal de segunda instancia que lo condenó en enero analice las últimas objeciones de su defensa.
RECLUSIÓN ESPECIAL
Lula da Silva será recluido en una celda especial y aislado de otros presos por seguridad. La exigencia fue hecha por el propio juez que condenó al ex jefe de Estado y que ordenó su encarcelamiento.
El juez Moro también determinó que los detalles de la entrega sean acordados por la defensa del expresidente y los responsables de la Policía Federal en Curitiba y que en ninguna hipótesis se utilicen esposas para detenerlo.
Según versiones de prensa, la Policía Federal ya venía preparando la celda en que será recluido Lula, donde se evitará el contacto con el expresidente de la constructora OAS Leo Pinheiro y con su exministro de Hacienda, Antonio Palocci, dos de los condenados que le han salpicado en delitos de corrupción en las delaciones que negociaron con la Fiscalía.
*Con información de EFE, AFP y Reuters.