La presión internacional aumenta sobre el régimen del presidente venezolano Nicolás Maduro: desde Estados Unidos, pasando por la Unión Europea hasta la mayoría de los países más importantes de América Latina han impuesto sanciones financieras, comerciales y diplomáticas contra los altos dirigentes del régimen chavista y Venezuela.
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Y se escucha decir a los presidentes y líderes de los diferentes países que hay que presionar aún más para que Maduro por fin acepte unas elecciones libres y limpias en el país y haya un cambio de régimen que saque a Venezuela de la crisis económica, política, social y humanitaria en que se encuentra.
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¿Pero qué tan efectivas son las sanciones internacionales para que cause un cambio de presidente o de régimen en Venezuela?
Portafolio.co conversó con varios analistas para determinar si el camino que están tomando estos países es el indicado.
Francisco Rodríguez, economista venezolano y jefe de Torino Capital LLC con sede en Nueva York, opina que “lamentablemente las sanciones no son efectivas, hay mucha evidencia y trabajo comparativo respecto a la efectividad de estas a nivel internacional”.
“En realidad en la mayoría de los casos las sanciones no son un instrumento efectivo para lograr un cambio de régimen”, prosigue Rodríguez, “pero pueden servir para dibujar una línea moral: no estamos de acuerdo, vamos a condenar, lo que es muy distinto a que pueda generar un cambio de régimen”.
El jefe de Torino Capital aclara que el problema de las sanciones para sacar a alguien del poder es que estas no generan una alternativa para que se vaya voluntariamente, “más bien generan la reacción de tratar de afincarse y consolidarse más en el poder porque tienen más temor al enjuiciamiento internacional cuando deje del poder”.
En el mismo sentido se expresa Marco Aponte Moreno, profesor venezolano de negocios internacionales del Instituto Saint Mary's de California, quien asegura que la presión diplomática no es suficiente para sacar a Maduro del poder.
Pone como evidencia que la dictadura de Maduro sigue en pie a pesar de que ya van varios meses de comunicados y sanciones por parte de distintos países incluyendo Estados Unidos, Canadá y los miembros de la Unión Europea. Rodríguez complementa esta idea al asegurar que por lo que ha sido la experiencia del último año, desde cuando Estados Unidos impuso las sanciones financieras, “al contrario, Maduro se ha consolidado más”.
Aponte añade que otro de los factores que favorece al régimen de Maduro es que todavía goza de apoyo internacional por parte de varios gobiernos incluyendo el de Rusia y el de China, los cuales tienen intereses económicos y geopolíticos en Venezuela. En la región la dictadura tiene el apoyo de Cuba, Bolivia y Nicaragua, “por otra parte, es poco probable que México, bajo el gobierno de López Obrador, favorezca políticas y sanciones para sacar a Maduro. Lo mismo se puede decir del gobierno de Pedro Sánchez en España”.
De la misma manera, José Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente del gobierno español y quien ha sido mediador en las negociaciones entre el gobierno de Maduro y la oposición, planteó la semana pasada que la política de presión y sanciones impuesta a Venezuela "no va a ir a ninguna parte", y consideró que "antes o después" se pasará al "escenario de recuperación del diálogo".
Rodríguez asevera que las sanciones generan otro problema y es que sin son impopulares, como las impuestas por Estados Unidos al sector financiero venezolano, se les pueden culpar del mal momento económico del país, tal como lo ha hecho Maduro en repetidas ocasiones y todavía hay gente que le cree. “Se sabe que en Venezuela la gente apoya las sanciones contra los individuos pero desaprueban las que van dirigidas contra el país”, explica.
Contrario a estas opiniones está Peter Schechter, estratega político, experto en relaciones internacionales y jefe de Altamar, quien destaca que la presión internacional sí funciona para que estos regímenes autocráticos salgan del poder y cita como ejemplos a la Sudáfrica del Apartheid y a la Unión soviética a finales del siglo pasado.
“Los que dicen que las sanciones no sirven, no están mirando la historia. En el caso de Sudáfrica las sanciones diplomáticas y económicas forzaron para que se liberara a Nelson Mandela de la cárcel, se hicieran unas elecciones libres y se eligiera un gobierno democrático y pluralista”, enfatiza Schechter.
El jefe de Altavista, consultora de análisis internacional, argumenta que es un proceso de años, de sanciones complementarias en diferentes aspectos que vaya erosionando al régimen poco a poco para que haya un cambio dentro de él y se crea la necesidad de la llegada de personas más conciliadoras, como fue el caso de Mijaíl Gorbachov en la Unión Soviética o de Frederik Willem de Klerk en Sudáfrica, al mismo tiempo que los radicales se van apartando y van perdiendo influencia.
“La historia demuestra que primero se requiere un cambio dentro del régimen y que esas personas que lleguen sean los que negocien la salida del régimen. Esas son las lecciones que enseña la historia en los casos que enuncié anteriormente”, finaliza Schechter.
Pedro Vargas Núñez
Editor Portafolio.co