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Empresas de tecnología de Silicon Valley alistan su nuevo acto

Auge de inversiones ayudó a las compañías a crecer, pero incursiones en negocios de los rivales son inevitables en la carrera hacia los US$2 billones.

Wall Street

Mientras que Apple logró superar el récord de un valor de US$1 billón en Wall Street, Facebook perdió en un solo día US$120.000 millones.

Empresas Por: Portafolio

Difícilmente podría haber un mayor contraste en las fortunas de las bolsas de valores. Las acciones de Apple se han reforzado después de un informe de ganancias sólidas, lo que la convierte en la primera compañía con un valor de US$1 billón.

Una semana antes, las acciones de Facebook se habíandesplomado a causa de un pronóstico bastante pesimista, borrando así casi US$120.000 millones de su capitalización en Wall Street, la mayor pérdida de valor diaria para una compañía estadounidense.

(Lea: Las cuatro empresas más valiosas del mundo son de tecnología). 

Los dramáticos titulares fueron parcialmente un recordatorio del enorme impacto que tienen los gigantes tecnológicos sobre el mundo de la inversión. El retroceso de Facebook reflejó el cambio en la percepción que a menudo ocurre cuando las compañías de alto crecimiento entran en un período más incierto.

Solo el enorme tamaño de la compañía –su valor está aún por encima de los US$500.000 millones– hizo que el efecto fuera tan sorprendente. Cuanto más grandes son, más violenta es la caída.

Pero las fortunas divergentes del mercado han puesto de manifiesto cuestiones más profundas. Las grandes compañías tecnológicas se han erguido juntas y han aumentado inexorablemente las ganancias de Wall Street en los últimos cinco años. Entonces, ¿ha cambiado algo fundamental? ¿Y su siguiente fase de crecimiento será diferente de la que vino antes?

Desde una perspectiva, sería un error interpretar demasiado el aparente desacoplamiento de las acciones de las denominadas como las ‘FAANG’, una agrupación de gigantes tecnológicos que también incluye a Amazon, Netflix y la matriz de Google, Alphabet. La designación ha sido una forma útil de resumir un tema popular de inversión en la bolsa, pero ha reunido a un grupo de compañías diferentes en varios mercados y en diferentes etapas de su desarrollo.

Sin embargo, aún existen importantes similitudes. Todas han crecido juntas en las mismas mareas tecnológicas. El auge de los teléfonos inteligentes ha convertido al iPhone en un negocio con ventas anuales de unos US$150.000 millones, mientras que al mismo tiempo les ha dado a Google y a Facebook una forma de llegar a los usuarios que ahora genera más de la mitad de sus anuncios.

(El día negro de Facebook hace historia en Wall Street). 

Y aunque Amazon no revela detalles, eMarketer estima que los minoristas digitales generan casi el 60% de los ingresos de comercio electrónico a partir de los dispositivos móviles.

Algunas partes del mercado móvil están alcanzando su etapa de madurez, por ejemplo, el hardware. Si Apple puede producir otra ronda de crecimiento sólido, no será sólo porque “es el líder de los teléfonos inteligentes y los teléfonos inteligentes están controlando casi todas las ramas de las comunicaciones. Eso ya está hecho”, dice Walter Price, un administrador de cartera de Allianz Global Investors. Los gigantes de la tecnología necesitan nuevos trucos, añade.

“La industria está evolucionando”, indica Jim Tierney, un inversionista de crecimiento de AllianceBernstein. “Si te detienes a defender tu monopolio, probablemente te atropellarán”.

Las actividades principales por las que son más conocidos aún son muy importantes. Google cuenta con la publicidad de bús queda para aproximadamente el 70% de sus ingresos; el iPhone contribuyó con el 62% de las ventas de Apple el año pasado; y las ventas en línea todavía son el 51% de los ingresos de Amazon. Pero su importancia se está desvaneciendo.

“Las tasas de crecimiento seguirán disminuyendo de forma secular”, afirma Price. “Lo que estamos viendo son los límites del crecimiento para todas estas compañías. La pregunta es, ¿tienen otro capítulo?”.

Eso ha dejado a Wall Street en busca de pistas sobre cuán grandes podrían ser estos segundos actos, qué le harán al potencial de ganancias de algunas de las empresas más exitosas y cuáles de los grandes participantes en el sector tecnológico están en mejores condiciones para beneficiarse.

También plantea la posibilidad de una nueva era de competencia directa entre lo que algunos analistas consideran negocios monopólicos, aunque parece que eso tardará más en desarrollarse de lo que les gustaría a los reguladores.

Un mensaje de la divergencia de Facebook y Apple ha sido el aumento de los riesgos –y recompensas– que acompañan a un período de aumento del gasto de capital y de I+D.
Apple, por su parte, está empezando a ver beneficios de las inversiones previas, lo cual ha contribuido a su valuación de US$1 billón. Hace dos años, cuando comenzó a hablar más abiertamente con los inversionistas sobre el potencial de crecimiento en su negocio de servicios, muchos consideraron la jugada poco más que un intento de desviar la atención de la desaceleración del iPhone.

Pero en el último trimestre, servicios como App Store y la venta de suscripciones de música generaron el 17% de los ingresos y crecieron un 31%. Y Wall Street ahora considera esto una de las principales fuentes de crecimiento para Apple.

Por el contrario, Facebook está atascado en una fase previa, en la que enfrenta costos más altos sin poder convencer aún a los inversionistas de los rendimientos que deben esperarse. “Probablemente es donde se encontraba Google hace cinco años”, señaló Tierney, refiriéndose a un periodo en el que al mercado le molestó el aumento del gasto de búsqueda. Para los inversionistas que siguen con Facebook, añade: “Tienen que dar un salto de fe”.

Wall Street está dividido sobre cuánto de la “inversión” de Facebook se enfoca realmente en apuntalar su servicio principal después de los recientes escándalos del uso de datos, por ejemplo, al contratar a 20.000 personas para moderar el contenido. Está “entre oleadas de crecimiento”, mientras arregla y extiende su plataforma, resaltó Price. La pregunta es cuán fuerte emergerá cuando termine este periodo de reorganización.

La incursión en nuevos mercados también tendrá efectos significativos y divergentes en los perfiles de ganancias de los grupos. Por ejemplo, Amazon está experimentando un resurgimiento de las ganancias conforme se diversifica. Casi todo lo nuevo que hace la compañía “va a ser aditivo a su margen”, dada la relativa falta de rentabilidad en la rama tradicional de comercio electrónico, considera Tierney.

Amazon ha estado incursionando en áreas más rentables, como las ventas de terceros –con una participación de un 15% de la venta de productos para otras compañías– y la computación en la nube, donde tiene un margen del 27%.

Los efectos ya son evidentes. Su margen de beneficio operativo alcanzó el 5,6% en el último trimestre, eclipsando el pronóstico de Wall Street del 3,2% y que fue también su nivel más alto en más de una década.

Eso está ayudando a generar dinero para la inversión en nuevos mercados. Si Amazon fue un competidor muy temido durante sus años como minorista en línea con enorme crecimiento de los márgenes de ganancia, es difícil imaginar cuánto más temible se volverá conforme vuelva a generar un excedente de efectivo de sus servicios.

El potencial de una mayor competencia ha complicado el panorama. Después de intentos anteriores de invadir los territorios de sus rivales –como los esfuerzos fallidos de Google para incursionar en las redes sociales– las grandes tecnológicas se han contentado con mantenerse alejadas de los mercados principales de las demás. Pero, según Mary Meeker, socia de la firma de capital de riesgo Kleiner Perkins y exanalista de Wall Street, eso debe cambiar a medida que se vean obligadas a buscar nuevas fuentes de crecimiento.

“Los planes de gestión de sus principales productos, sus estrategias conceptuales, son muy diferentes”, resalta Benedict Evans, socio de Andreessen Horowitz y observador de la industria tecnológica. Pero eso sigue conduciendo inevitablemente a una competencia creciente conforme comienzan a competir más por la atención de los mismos usuarios, añade.

Están surgiendo formas más directas de competencia. Amazon ha estado presionando a las marcas para que gasten más en anuncios para que sus productos aparezcan en la parte superior de los resultados de búsqueda en su sitio, lo cual es un desafío directo a Google. Los vendedores dicen que no tienen más remedio que hacerlo ya que el volumen de artículos vendidos en Amazon aumenta. Y para las grandes marcas que están estudiando cómo sus gastos de mercadotecnia se convierten en ventas reales, Amazon brinda evidencia sólida de un retorno de la inversión.

“Cuando la gente busca productos en Amazon, funciona”, explica Colin Kinsella, CEO para Norteamérica de Havas Media.

Sin embargo, es probable que esto tenga poco impacto en el equilibrio de poder, dada la magnitud de los negocios de publicidad digital que Google y Facebook ya han construido. Los ingresos por publicidad de Amazon alcanzarán los US$25.000 millones en 2020, estima Mark Mahaney de RBC Capital Markets. Es una cifra considerable, pero se proyecta que lo deje en un tercer lugar.

Rich Greenfield, analista de BTIG, dice que los inversionistas están exagerando demasiado esta aparente competencia entre los rivales digitales. Podría parecer que Facebook le está pisando los dedos a YouTube, propiedad de Google, y a Netflix con sus inversiones en contenido de video, pero realmente está buscando una porción de los presupuestos de televisión de los anunciantes. Junto con Google, agrega, “se van a alimentar de los cadáveres de los medios tradicionales durante los próximos años”.

Los observadores creen que lo mismo podría suceder en cuanto al cambio secular hacia la computación en la nube. Negocios por valor de aproximadamente US$50.000 millones del sector de la tecnología de la información (TI), con un valor de US$1 billón, se han trasladado a la nube, estima Price. Google y Microsoft pueden estar persiguiendo de cerca a Amazon Web Services, líder en la nube, pero su principal rival es la tecnología local que venden los proveedores tradicionales de TI.

Nada de esto significa que esté predeterminado otro periodo sostenido de crecimiento. Existen claros riesgos externos. Al preguntárseles sobre la mayor amenaza, los inversionistas apuntan a una posible acción de los reguladores. La confianza inquebrantable de Silicon Valley en la capacidad de las empresas startup innovadoras para encontrar formas de evadir las compañías de tecnología establecidas también permanece intacta, dice Mike Volpi, socio de Index Ventures.

La incursión en nuevos mercados sugiere una próxima fase en el crecimiento de las grandes compañías tecnológicas. La pregunta sobre cuál sería la primera en llegar al US$1 billón ya fue respondida. La carrera hacia los US$2 billones apenas ha comenzado.

Financial Times
Richard Waters, Hannah Kuchler, Shannon Bond y Tim Bradshaw