Las vicisitudes de la política no han afectado los niveles previstos el consumo de los clientes de la empresa estadounidense del sector químico Dow. Según Daniella Sousa Miranda, presidenta de esta compañía para la Región Andina, el año va bien y la perspectiva es que siga así.
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¿Cómo va la empresa?
Empezamos el año muy bien, a pesar de algunas preocupaciones que teníamos por el tema electoral y la incertidumbre política. El primer trimestre cerramos con 12% de crecimiento –igual que en el mismo periodo del año pasado–, en abril nos fue espectacular y vamos por muy buen camino en mayo y junio; el objetivo es incrementar ingresos tres veces lo que crece el país y creo que lo vamos a lograr. La intención es que sea por encima del 10%.
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¿Cuál será el motor?
Vemos una mejora en general en el consumo y muchos de nuestros negocios en alimentación, pinturas y construcción –que el año pasado estuvo un poco castigado–, han mejorado bastante en la primera parte del año. En empaques, que es un mercado para nosotros muy importante, hay un incremento bastante fuerte. Los negocios en general van bastante bien.
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¿Le apuntan a qué facturación?
Desde acá manejamos además Perú, Ecuador, Venezuela, toda América central y a partir de este año tenemos también el Caribe. En el total de la región, queremos llegar a cerca de 600 millones de dólares para el año. De esos, Colombia debe aportar entre un 55 y un 60%.
¿Cómo venían del 2017?
El año pasado crecimos en un 9% en el país.
¿Qué proyectos tienen en marcha?
El primero es el cambio de oficina por una más abierta, en Bogotá, con un nuevo concepto de colaboración, donde vamos a trabajar de manera distinta a la actual y que podamos recibir a nuestros clientes y partners con el fin de que se sientan como en su casa; y con aspectos como sostenibilidad, que es uno de los valores principales de la compañía.
Además, en las plantas seguimos haciendo inversiones para aumentar capacidades. En Cartagena empezamos en el 2017 un proyecto que se cierra este año con aumento de capacidad en alguna medida, pero principalmente en cuanto a posibilidades de manejar distintos materiales que no teníamos y que el mercado empieza a requerir.
Fuera de eso, siempre estamos mirando con nuestros socios cómo hacer algo en conjunto, principalmente en sectores relacionados con infraestructura y la cadena de alimentos, que son nuestras prioridades en el país.
¿En todo esto cuánto invierten?
En los últimos cinco años hemos invertido cerca de 12 millones de dólares en las plantas, incluido también lo destinado a la nueva oficina y lo que hacemos con nuestros partners.
¿Qué materiales antes no podían manejar y ahora sí?
Por ejemplo, en la planta de poliuretano, que es lo que se utiliza para espumas, por mucho tiempo nos enfocamos en espumas flexibles para muebles y colchones, donde somos lideres, pero hemos adaptado la planta con oportunidades de espumas rígidas para refrigeración y cadena de frío, que puede evolucionar bastante con el crecimiento de la agricultura.
¿Qué es lo que más se va a mover este año?
En general, el sector de consumo, pero mucho del crecimiento viene de la parte de empaques, construcción y pinturas.
¿Hoy, cuáles son las líneas de negocio estrella?
Plásticos es una línea que pesa bastante y donde venimos creciendo con aplicaciones muy novedosas e innovaciones que hemos traído a Colombia, en términos de reciclabilidad y de nuevas propiedades para el polietileno; en pinturas también, muy alineados con el tema de sostenibilidad, con productos de bajas emisiones y facilidad de aplicación. Y una línea a la que le apostamos bastante es la de estabilización de suelos, por las grandes necesidades que tiene el país en este aspecto.
¿En qué consiste el pacto por la equidad en que se comprometieron?
Todos los temas de diversidad e inclusión, en general, nos encantan; son valores de la compañía: el respeto a las personas y su inclusión, pero personalmente creo que el ambiente de trabajo tiene que ser un reflejo de lo que es la sociedad y en esa medida debe tener los diferentes estilos, géneros o preferencias sexuales. Eso genera un ambiente más libre, donde las personas pueden ser como son y traer sus ideas sin preocupaciones. Esto permite enriquecer los proyectos con nuevas perspectivas. Cuando tenemos un equipo donde todos piensan parecido, muchas veces vienen de la misma universidad, sale un tipo de proyecto, pero si mezclamos diferentes perspectivas el resultado es muchísimo mejor.
También han apoyado mucho la gestión del posconflicto.
Una de las cosas en la visión de la compañía en Colombia es aportarle al país. Tenemos un proyecto en el programa de Obras por Impuestos. Este ya lo aplicaban en Perú, donde contábamos con experiencia y nos encantó que el Gobierno lo trajera, porque es una muy buena oportunidad de gana-gana. Me parece que somos la primera empresa estadounidense con un proyecto aprobado de Obras por Impuestos, donde podemos aportarle a la educación en una región que lo necesita muchísimo.
¿En qué consiste?
Es un proyecto de aulas verdes a partir de plástico reciclado. Tuvimos la aprobación el 23 de mayo, ya contratamos al constructor y está el diseño. Empezaremos obras este mes y entre octubre y noviembre haríamos la inauguración. El costo son $1.124 millones.
¿En vías terciarias hay otro proyecto en Puerto Asís?
En alianza con Corona, estuvimos en una primera prueba piloto con la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI). Nos dieron dos tramos para desarrollar una solución de estabilización de suelos. Es la mejor forma de acelerar la innovación y la certificación, porque la Universidad de Antioquia hace reportes frecuentes de cómo va cada tramo y esto se compara con los resultados de los demás.
¿El reto es hacer lo más barato o lo más durable?
Somos medidos por costos y durabilidad. Todo es absolutamente transparente, entonces yo puedo ver mis resultados y los de la competencia. Ojalá se pueda utilizar también este modelo en otros sectores.