“Nos vamos a bajar de las graderías y tendremos participación en el partido”. Así le respondió Rubén Echeverría, director del Centro Internacional de Agricultura Tropical (Ciat) al presidente Juan Manuel Santos, tras la petición del primer mandatario a esa entidad de que se hiciera parte activa del posconflicto.
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Al mismo tiempo, el Gobierno anunció un desembolso por 10.000 millones de pesos para la construcción del nuevo edificio donde el Ciat alojará un nuevo banco de semillas, inventario que será totalmente remodelado; este, sin duda, es uno de los más grandes patrimonios con los que cuenta el centro de investigación.
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Además, el presidente Santos indicó que dicho banco de germoplasma tendrá el apoyo de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica).
En todos sus años de existencia, el banco ha distribuido más de 440.000 muestras de variedades de fríjol, 43.458 de yuca y más de 90.000 muestras de forrajes tropicales. El material se ha entregado con fines de investigación o como semillas de reposición tras las catástrofes naturales, que fue el caso del huracán Mitch, que afectó a varios países centroamericanos en 1998.
A esa zona, tras la evaluación de los daños se repusieron todas las variedades de fríjol que sembraban los cultivadores.
En las cuentas del Gobierno se estima que el Ciat, que esta semana celebró sus bodas de oro de haberse fundado, ha ejecutado proyectos de investigación agrícola por más de 6,3 billones de pesos durante los últimos 50 años.
Como resultado de esos proyectos de investigación, la agricultura colombiana y de otros 160 países han recibido más de 1.000 variedades mejoradas de frijol, arroz y forrajes (pastos) para consumo animal.
Entre los principales logros del Ciat, su director destacó el desarrollo de una yuca rica en provitamina A, con el fin de combatir la deficiencia de este elemento en la dieta de varios países con bajos indicadores de desarrollo.
También, otras variedades de fríjol enriquecidas (biofortificadas) con hierro, con el fin de combatir la anemia de las familias de escasos recursos económicos y con serios problemas de carencia de ese elemento.
Los desarrollos agrícolas han llegado a tal punto que se han entregado nuevas variedades que requieren menos tiempo de cocción, con el fin de que las familias campesinas ahorren combustibles en las cocinas.
En cuanto a la yuca, por ejemplo, en los laboratorios del Ciat se han desarrollado materiales de siembra para todos los países que la cultivan, como Brasil, Colombia y el sureste asiático.
Nombres como KU 50 y KM140 han sido reconocidos por los agricultores para materiales de yuca de menores tiempos de cultivo, mayor cantidad de almidones, mientras que los materiales para consumo humano tienen cada vez menores cantidades de ácido cianúrico y por lo tanto, son más ‘dulces’.
La investigación en yuca la completará totalmente el Ciat con la definición completa del mapa genético de esta especie, que será materia prima para agilizar las labores de mejoramiento y obtención de nuevas variedades con mayores o menores grados de almidones, aumentar los contenidos de proteínas o hacerla mucho más palatable para los humanos que la consumen.
Otra herramienta que hace parte del patrimonio científico del Ciat es una base de datos que se integró, en su momento, a la de datos WorldClim, que ha ayudado, con las simulaciones que permite hacer, prever si será o no prudente hacer siembras en ciertos periodos de tiempo. Por ejemplo, en el 2014, se salvaron al menos 1.500 hectáreas de arroz que pretendían sembrarse en el departamento de Córdoba, tras recibir la alerta, por parte de Fedearroz, de abstenerse de sembrar ante una inminente sequía, que WorldClim simulaba para esa zona del país.
Por último, tanto el presidente Santos, como el director del Ciat llamaron la atención por los impactos económicos de los resultados de la investigación agrícola de la entidad.
Así las cosas, se estableció que por cada dólar invertido en los diferentes programas se han generado, en fríjol, beneficios por 3,32 dólares; 2,28 en todo el mundo por yuca; 1,86 dólares en forrajes tropicales solo en Latinoamérica; y 3,06 dólares en beneficios en arroz.
También, se estima que la adopción de variedades relacionadas con el Ciat han generado beneficios económicos por 17.400 millones de dólares a los cultivadores de fríjol, 9.200 millones a los de yuca, 1.580 millones a los ganaderos (por forrajes tropicales) y 10.800 millones de dólares a los arroceros.