De acuerdo con el Dane, lo bueno de la agricultura colombiana es que creció el 6,1 por ciento en el primer semestre del 2017, en claro contraste con la recesión industrial del periodo (-1,5 por ciento), el desplome del sector minero-energético (-7,7 por ciento), el deterioro de la construcción (-0,6 por ciento) y el estancamiento del comercio y el transporte (0,2 por ciento). No sorprende, entonces, que el crecimiento del PIB en los primeros seis meses del año sea un mediocre 1,2 por ciento, el más bajo de la presente década.
Ahora bien, el notable comportamiento del agro se explica por el aumento significativo de la producción de cereales (35,7 por ciento), papa (17,7 por ciento), frutas (8,8 por ciento), aceites y grasas vegetales (47,5 por ciento), flores (4,4 por ciento), sumado al favorable desempeño de la avicultura (4,8 por ciento), porcicultura (1,9 por ciento) y lechería (14,3 por ciento), matizado por el decrecimiento de café (-4,1 por ciento), ganado bovino (-6,1 por ciento) y azúcar (-0,4 por ciento), resultantes de la demora en la floración de los cafetos por el exceso de lluvias y el desestímulo oficial a los ganaderos y azucareros colombianos.
Así, es entendible que el saliente ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Aurelio Iragorri Valencia y sus asesores reclamen como propio el robusto impacto de ‘Colombia Siembra’ en la expansión del agro, sector jalonado por el aumento en el cultivo de 1’159.516 hectáreas, la generación de 307.490 nuevos empleos y la producción adicional de 4’567.835 de toneladas de alimentos.
Lo malo del agro tiene que ver con el irreflexivo recorte del 37 por ciento en el presupuesto sectorial para el 2018, el abultado nivel de importaciones de 6’845.696 toneladas de productos agropecuarios del primer semestre del 2017 y la inversión ociosa no agrícola de 10 billones de pesos en títulos de deuda pública de la Nación por parte del Banco Agrario. Adicionalmente, en opinión de la SAC, “a Colombia Siembra le faltó Colombia Vende” para que los productores no caigan en manos de los intermediarios, como ocurre todos los años en los meses previos a la recolección de cosechas, asunto particularmente agudo en los mercados de arroz y maíz.
Lo feo del agro es la voraz politización del Banco Agrario, Finagro y el ICA –entidades adscritas al silente Ministerio de Agricultura–, que se tradujo, por un lado, en la imputación por parte de la Fiscalía General de delitos de administración desleal a varios funcionarios del Banco Agrario, con motivo del desembolso de crédito por 120 mil millones de pesos a favor de Navelena, filial de la torcida multinacional brasileña Odebrecht; y por el otro, en la suspensión del estatus de país libre de aftosa con vacunación y la pérdida de mercados internacionales, ambas ligadas al contrabando de reses amparadas por la expedición fraudulenta de guías de movilización de animales a cargo del ICA.
Columnista
Lo bueno, lo malo y lo feo del agro
Lo bueno del agro colombiano es que creció el 6,1% en el primer semestre del 2017, lo malo, el irreflexivo recorte del 37%.
POR:
Andrés Espinosa Fenwarth
-
guardar
save_article.message.success_title save_article.message.successsave_article.message.success_updated_title save_article.message.success_updatedHa ocurrido un error al intentar guardar este artículo
- Reportar error
- Seguir economía
Lo más leído
Destacados
Más Portales
Nuestros columnistas
día a día
Lunes
martes
Miércoles
jueves
viernes
Camilo Sánchez
Inconveniente humo constituyente
Nuestra responsabilidad histórica está en evitar que cantos de sirena sigan dividiendo al país.
María Sol Navia V.
¿Ha logrado la mujer superar barreras?
Otros Columnistas
Importancia del agua en agenda empresarial
Gonzalo Gallo González
Shoganai - Gamán
Rafael Herz
Liviandad y crueldad
Camilo Herrera Mora
Fundador de Raddar
Críticos
Victor Muñoz
Emprendedor, investigador, analista
Rumbo al Armagedón en el 2026
Rodrigo Villamizar
Director Electra CDP
Colisión de tarifas e importación de gas: una bola de nieve social
La gente demanda es que bajen los precios de la electricidad que consumen.
Ricardo Santamaría
Analista
Hay María Corina para rato
La historia de estas elecciones en Venezuela es que quizás nunca lleguen a realizarse.
Cristina Vélez
Decana Escuela de Administración, Universidad Eafit