En las últimas semanas han disminuido los temores con respecto a una debacle en el comercio mundial. La sensación de que Donald Trump ladra, pero no muerde cuando se trata de poner en marcha medidas proteccionistas, viene en aumento. Gestos como el encuentro de este fin de semana en la Florida entre el mandatario estadounidense y su homólogo chino Xi Jinping, sirven para tranquilizar a la opinión global.
Pero aun si el peor escenario no llega a concretarse, eso no quiere decir que las cosas estén bien, sobre todo en América Latina. Así lo señala un informe del BID, dado a conocer el domingo pasado y cuyo título es ‘Caminos para crecer en un nuevo mundo comercial’. El trabajo contiene interesantes reflexiones sobre el papel de la integración regional a la hora de promover el crecimiento de esta parte del mundo a través de un mayor intercambio.
Que las cosas son distintas ahora, es algo difícil de controvertir. El planeta está cada vez menos regulado por las normas multilaterales emanadas de la Organización Mundial de Comercio y depende mucho más de múltiples acuerdos comerciales, ya sea bilaterales o regionales.
En el estudio mencionado se analizan las diferentes iniciativas comerciales vigentes en el hemisferio. Si bien se destaca que estas, en su mayoría, han promovido el intercambio en la zona, su impacto ha sido marginal en los números generales y sobre todo en lograr el crecimiento de las exportaciones fuera del hemisferio. Así mismo, reitera que los esquemas ensayados no facilitan la creación de eslabones de proveedores, necesarios para la competitividad sostenible de las ventas externas, con lo cual es muy difícil acariciar la posibilidad de integrarse en las cadenas globales de valor.
'Las negociaciones más difíciles serían entre Brasil y México, que son los de mayor sofisticación en oferta de bienes'
COMPARTIR EN TWITTERPor ello, la recomendación central es que se cree un área de libre comercio que comprenda a todos los países de América Latina y el Caribe. La consecuencia de acabar con las barreras que actualmente existen sería un salto en exportaciones e importaciones intrarregionales que hoy representan apenas el 16 por ciento del total. Eliminar obstáculos dispararía el volumen de negocios, impulsaría las tasas de crecimiento y serviría para combatir la desigualdad, asegura el BID.
Aunque semejante propósito suena irreal, el documento muestra que la región, con sus múltiples acuerdos bilaterales, está más cerca del libre comercio de lo que se cree. Actualmente, el 80 por ciento de los bienes no tienen aranceles, aunque quedan obstáculos importantes.
Posiblemente, las negociaciones más difíciles sean entre Brasil y México, que son los de mayor sofisticación en oferta de bienes. Aparte de esos resquemores, está el caso extremo de Venezuela, o limitaciones como las que impone Ecuador.
Para que las cosas funcionen, la sugerencia es evitar la tentación de crear secretarías permanentes, pesadas y burocráticas. La administración de un andamiaje de esta naturaleza debe ser ligera como pasa en la Alianza del Pacífico, con un mecanismo expedito para solucionar controversias.
Otras recomendaciones también valen la pena. Una trata sobre la acumulación de reglas de origen, que hoy en día tienen 47 tipologías, y que son necesarias para facilitar el desarrollo de cadenas de valor. Por ejemplo, deberían considerarse domésticos todos los insumos producidos en la región. De otro lado, es clave la mejora en la infraestructura. Las aduanas son engorrosas y a veces es más fácil movilizar mercancía a otros continentes que al país vecino. Finalmente, es importante facilitar el tránsito de gente, especialmente de personal especializado.
La idea es audaz, así sea evidente que no resuelve los problemas de crecimiento de la región y tampoco le permite evitar a América Latina los rigores de una guerra comercial entre los colosos del mundo. No obstante, un mayor intercambio intrarregional sería un paso en la dirección correcta, al cual le falta más voluntad política que lógica económica.
Ricardo Ávila Pinto
Director de Portafolio
ricavi@portafolio.co
Twitter: @ravilapinto