Cuando hace unos años Colombia llegó a ilusionarse con la idea de que su economía había superado en tamaño a la de Argentina, no faltaron las expresiones de júbilo en los círculos oficiales. Para los más entusiastas, el país finalmente había alcanzado el tercer lugar en América Latina, el mismo que ocupa en población, apenas por debajo de Brasil y México, los dos gigantes regionales.
El entusiasmo probó ser efímero, tras quedar en claro que la variación puntual de las tasas de cambio explicó el sobrepaso referido, pues la revaluación del peso se combinó durante un corto periodo con una caída de la moneda argentina. Y después de que a partir de mediados del 2014 el dólar empezó a encarecerse en forma, quedamos, como reza la expresión popular, ‘en nuestra plata’.
¿Qué quiere decir eso en concreto? La respuesta la entrega el Fondo Monetario Internacional, que viene de actualizar la base de datos de las estadísticas que lleva para más de 190 economías. Más que valores absolutos, tal vez el ejercicio más interesante surge de las comparaciones, tanto a escala mundial como en el ámbito latinoamericano.
A este respecto vale la pena recordar que los números se presentan en precios corrientes o ajustados a la paridad del poder adquisitivo (PPA). Sin entrar en honduras técnicas, la segunda opción es una manera de hacer homogénea la información, eliminando la ilusión monetaria ligada a la variación de los tipos de cambio. En su momento, esta última nos habría evitado sacar pecho sin tener motivos para hacerlo.
La diferencia entre uno y otro dato es considerable. En términos nominales, el Producto Interno Bruto de Colombia llegó a 309.197 millones de dólares el año pasado, lo cual nos ubica en el lugar 40 en el planeta, entre Filipinas y Paquistán. Cuando se usa el criterio del PPA, el valor de los bienes y servicios generados el año pasado sube a 714.004 millones de dólares, una cuenta que nos sube a la posición 31 en el mundo, entre Suráfrica y Bangladesh. Teniendo en cuenta que, en habitantes, somos 28 en el globo –con más de 49 millones de personas–, podría decirse que estamos cerca de nuestra ubicación natural.
En la región nos posicionamos lejos de Brasil, cuyo PIB es 3,2 billones de dólares, o de México, que se acerca a los 2,5 billones. La economía argentina es 29 por ciento más grande, con lo cual queda claro que seguimos a una prudente distancia. Para subir al anhelado tercer lugar tendríamos que alcanzar tasas de crecimiento consistentemente superiores durante al menos una década, algo que no ocurre por esta época.
No obstante, tal vez deberíamos preocuparnos más por otra clasificación. Y es que en lo que atañe al ingreso por habitante, expresado en PPA, ocupamos el puesto 90 en los listados internacionales, con 14.485 dólares, ubicados entre Surinam y Santa Lucía, dos países caribeños que no se destacan precisamente por su pujanza.
En lugar de ser una potencia regional a la hora de hablar de PIB per cápita, nos encontramos bien atrás. Puede ser que el recuerdo de la separación de Panamá todavía duela, aunque no hay duda de que al istmo le ha ido mejor, pues es el primero del área con 25.351 dólares, descontando a cuatro islas del Caribe inglés que están todavía más adelante. Chile se encuentra ligeramente abajo y después vienen Uruguay, Argentina, México, República Dominicana, Costa Rica y Brasil.
Así las cosas, somos novenos en América Latina, que es una ubicación modesta. Hemos mejorado algo, si bien hay causas como la debacle de Venezuela que explican por qué subimos en el ránking. Pero el mensaje de fondo es que no hay realmente motivos para hacer ferias y fiestas, ya que necesitamos resultados mejores para poder hablar con orgullo del tamaño de la economía colombiana.