‘Políticamente incorrecto’ es la manera fácil de descalificar la crítica a las ideologías dominantes. Si a usted lo tacharon de tener comportamientos que se puedan asimilar a esta expresión, puede estar completamente seguro de que no será bienvenido en ciertas esferas sociales, o, cuando lo inviten, será objeto de exclusión respetuosa, mientras usted no exprese lo que piensa. Si decide hacerlo, se acabará la politesse.
Por ejemplo, ¿sería ‘políticamente incorrecto’ afirmar que la manera de afrontar la migración venezolana o el retorno de los colombianos que hicieron vida en ese maravilloso país, se caracterizó desde el inicio como un problema y no como una oportunidad? Poco se tiene en cuenta la llegada de importantes capitales venezolanos en sectores que han demostrado eficiencia, eficacia, versatilidad y compromiso social, como alimentos y salud. Y, la capacidad científica y técnica de los profesionales de PDVSA o la petroquímica que sirvieron a empresas multinacionales o a Ecopetrol, y que contribuyeron sustancialmente a la mejora de la productividad empresarial y al bienestar nacional.
O, ¿cómo a los profesionales y especialistas de la salud que llegaron al país con la intención de homologar títulos y experiencias, se les vetó en su mayoría la entrada simplemente porque atentaban contra los intereses económicos de los oligopolios o de ciertas asociaciones privilegiadas de prestadores de servicios? O, de otra parte, ¿será que se considera perjudicial la multitud de emprendimientos que se han creado en sectores que van desde la gastronomía hasta las tecnologías de la información con capital de colombianos retornados o migrantes venezolanos y que no están registrados como inversión extranjera directa?
¿Será incorrecto solicitar que se estudie, para mejorar la caracterización que se haga de la migración, la hipótesis de que son mucho mayores los ingresos para Colombia por parte de los ciudadanos venezolanos y los repatriados que los costos que se generan por respetar los derechos humanos fundamentales de nuestros hermanos en salud, alimentación, vivienda o educación? ¿Será que no es verdad afirmar que la más efectiva manera como se están mitigando todas las formas de escasez provocadas por la desidia gubernamental en Venezuela, es producto de la llegada de remesas enviadas por los ciudadanos que partieron desesperadamente de su país y que generan por este concepto cerca de la mitad del monto de las exportaciones petroleras? O, de otra parte: ¿será incorrecto solicitar transparencia y conocimiento sobre los recursos que se han recibido en Colombia de la cooperación internacional y los indicadores de gestión sobre su eficiencia?
Los ciudadanos venezolanos no necesitan limosnas, necesitan trabajo y derechos, por eso se llaman humanos. La verdad es que el enfoque en un país que como el nuestro tiene aproximadamente la cuarta parte de su población diseminada por el mundo y, antes, mayoritariamente en Venezuela, debería ser de integración ordenada y justa de los migrantes. Para muchos de nosotros el enfoque ‘asistencialista’, ‘perdonavidas’, violatorio de los derechos humanos, xenófobo y, en muchos casos, oportunista, es políticamente incorrecto y producto del ‘mamertismo’ de individuos que hasta soluciones violentas y de intervención militar proponen, cuando la verdad es que la solución la encontrarán y la impondrán, en democracia, los propios venezolanos.