El libro de Andrea Wulf sobre Alexander von Humboldt, La invención de la Naturaleza, trae un capítulo que se refiere a las relaciones intelectuales y políticas de Humboldt con Simón Bolívar. Ellos se conocieron en París en 1804 y volvieron a verse en Roma en 1805, cuando Bolívar, en el Monte Sacro, prometió independizar a las colonias españolas en América. Aunque no volvieron a verse, mantuvieron correspondencia a lo largo de sus vidas.
Bolívar reconoció a Humboldt como un hombre con “universalidad de conocimientos”, ideal que él aspiraba a alcanzar, ya que representaba la personificación de la Ilustración, que era entonces la cúspide de la cultura europea. Bolívar era un hombre de acción, pero creía que la palabra escrita tenía el poder de cambiar al mundo. Adelantó la lucha por la independencia inspirado en los escritos de Humboldt, teniendo en cuenta desde sus críticas al colonialismo y a la esclavitud hasta el retrato de la naturaleza y paisajes extraordinarios. Bolívar sostuvo que Humboldt, con su pluma, despertó a Suramérica y demostró porque los suramericanos tenían motivos para estar orgullosos de su continente. Creía que la naturaleza, la política y la sociedad forman parte de un triángulo de conexiones. Una cosa dependía de la otra.
Bolívar escribió en su Carta de Jamaica (1815), que los conocimientos de Humboldt sobre Suramérica eran enciclopédicos, y lo consideraba como la mayor autoridad al respecto. Sostuvo que Humboldt había beneficiado a América más que todos los conquistadores, al presentar a la región como un continente bello y vigoroso, proclive a la libertad y el progreso. Bolívar hizo lo mismo para explicar sus opiniones políticas.Gracias a la influencia de Humboldt, la belleza de América Latina se convirtió en un tema recurrente para Bolívar, que usaba la naturaleza, una y otra vez, para arengar a los revolucionarios. Pero no solo utilizó los trabajos de Humboldt de forma metafórica, ya que, como lo sostiene Wulf, al comienzo de su vida “Bolívar no había visto el resto del continente, así que usó los libros Humboldt para aprender qué estaba sucediendo en otras partes”.
Bolívar usó la emoción que le produjo la naturaleza en un sentido verso en prosa llamado Mi delirio sobre el Chimbotazo, una alegoría sobre la liberación de Latinoamérica. Allí, describe que a medida que ascendía a este volcán, se fue acercando más a la libertad y pudo tener visiones del pasado y el futuro. Era el trono de la naturaleza, invencible, eterno y duradero.
Por otro lado, las advertencias de Humboldt sobre el peligro que representaba la actuación del ser humano para la naturaleza, también influyeron en Bolívar. Fue el primer político en establecer políticas para proteger el desarrollo sostenible, que hoy ha emergido como el principio rector para el desarrollo mundial a largo plazo. Como es sabido, en el 2015 los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad. Cada uno tiene metas específicas que se deben alcanzar en los próximos años, entre ellas sobresalen el agua y saneamiento, energía, cambio climático, bosques, desertificación y diversidad biológica, todas consideradas por Humboldt como una unidad, en donde todo se entrelaza, se comunica y apoya.