Todos los días, el agobio de los ciudadanos es mayor como consecuencia de las prácticas de corrupción, lo cual produce una mezcla de sentimientos que van desde la impotencia hasta la rabia, en particular, por el descaro de algunos de los acusados, y así la paranoia y desconfianza se haya extendido de una manera aterradora, el juicio social es implacable, con o sin razón. La mancha queda y es difícil de borrar. Para consuelo, nos quedamos con ese premio menor de castigo.
No es del caso hacer una enumeración de hechos. El de última hora, el Sena, una institución cuya orientación y filosofía no se pueden desconocer, además de las sensaciones reseñadas, genera tristeza. El principal error es haberla entregado como parte de cuotas burocráticas para pagar favores a los políticos, en particular las últimas administraciones, pues, por mucho tiempo fue ajena a esos esquemas de negociación de los recursos públicos, gracias a que en su junta directiva los voceros del sector privado pusieron talanqueras para impedir que esto ocurriera. Ahora, es muy diciente que los miembros del consejo directivo, en el que están tres ministros (Trabajo, Comercio y Educación), los voceros privados (Andi, Fenalco, SAC y Acopi) y las centrales obreras (2) y cooperativas (Confecoop), ni siquiera se hayan pronunciado sobre lo que está pasando en la entidad, lo que deja un mal sabor del papel que están cumpliendo las juntas directivas en las empresas públicas, que no puede reducirse a ir a reuniones, a almuerzos y viajes. Cada vez que ocurre esto, nos hace recordar lo que pasó en Reficar con la junta de su dueño, Ecopetrol.
Hay que reconocer la valentía y coraje de la directora que fue, inexplicablemente, declarada insubsistente, luego de las denuncias sobre manejos de su antecesor –nada más y nada menos que el hoy Secretario General de la Presidencia de la República–, que se asimila a un ministerio, el más grande de todos, con un gran poder administrativo y muchos recursos para su manejo. Sin duda, los organismos de control, en particular la Procuraduría y la Contraloría, son, por ahora, los encargados de hacer la auditoría sobre el tema, cosa en la que la entidad fiscal ya lo hizo en buena parte, no dejando bien parada a la administración del señor Prada.
La argumentación de la Ministra de Trabajo, de que la salida de la directora del Sena se debió a que el gobierno le perdió la confianza es para deprimirse, y no resiste análisis alguno, pues se supone que la titular de la cartera de Trabajo y miembro principal del Consejo del Sena debería sentirse orgullosa con esa actitud y apoyarla. Hay que recordarle, que el Sena maneja recursos públicos, de propiedad de todos los colombianos, y nosotros tampoco sentimos confianza en la Ministra, ni en su junta, y menos en el Secretario General de la Presidencia de la República.
P. D. Once príncipes, cuatro ministros activos y varias decenas de antiguos ministros y militares fueron detenidos en Arabia Saudí el sábado pasado, acusados de corrupción, según informó la cadena Al Arabiya. La purga no tiene precedentes en ese reino. Un comité anticorrupción tiene atribuciones de investigar, detener, prohibir viajar, congelar haberes, rastrear fondos y bienes de individuos implicados en prácticas corruptas, según lo establece un decreto real. No se sabe que está pasando en Arabia Saudí, pero es un ejemplo de cómo manejar el cáncer de la corrupción.