El triunfo del populismo de Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha inducido a que en Colombia los candidatos de la derecha quieran imitar sus estrategias y copiar sus propuestas, con la esperanza de tener el mismo éxito en sus campañas. En economía, por ejemplo, también proponen bajar los impuestos a los más ricos. Allá eso produjo un repunte transitorio del mercado accionario con mucha volatilidad, mientras que acá la simple posibilidad de que ese populismo se haga realidad ha llevado a que las calificadoras de riesgo bajen la nota del país y corramos el riesgo de perder el grado de inversión.
El caso más patético de ‘trumpismo’ es la propuesta del candidato uribista a la Cámara en el Valle Christian Garcés, quién aprovechando la preocupación ciudadana por la inseguridad, está proponiendo acabar con la prohibición de porte de armas, es decir, que los ciudadanos puedan salir con estas a las calles.
El problema es real. La delincuencia común, los robos de celulares y los asaltos están aumentando en todas las ciudades del país. Pero es delirante atribuir su causa a la prohibición del porte de armas, dizque porque “desarmó en Cali a la gente de bien, que es robada y extorsionada todos los días, mientras los criminales están armados”.
Proponer “facilitar la protección de la ciudadanía con polarizados vehículos de alto blindaje y porte de armas” es querer apagar un incendio con gasolina. Igual a la propuesta de Trump, de acabar con las matanzas de niños en las escuelas con fusiles de combate en poder de cualquiera, no limitando la venta de armas, sino incrementándola para dotar con los mismos fusiles a los profesores, que cambiarán su oficio de maestros por el de vigilantes privados.
Además, la propuesta es elitista e inútil. ¿Fuera de los amigos del candidato, quién tiene dinero para blindar su carro? ¿De qué le sirve tener un revólver a una persona de bien, extorsionada por una banda de sicarios profesionales? ¿Alcanza a sacar su pistola del bolso la señora a la que le están robando el celular en un semáforo, o solo consigue que le peguen un tiro o se arme una balacera en plena calle? Frente a la propuesta derechista de tomar la justicia por la propia mano y convertir la sociedad en una selva en la que impere la ley del más fuerte, la única alternativa válida y eficaz es mantener el monopolio estatal de las armas de fuego y fortalecer los organismos oficiales de control y vigilancia. Es lo que ha planteado el candidato liberal a la Cámara por el Valle Juan Fernando Reyes Kuri, al respaldar el ‘Plan Fortaleza’ lanzado este semana por el alcalde Cali, Maurice Armitage.
La estrategia del mandatario caleño para reducir los hurtos callejeros y atracos es incrementar el pie de fuerza policial para controlar los puntos calientes de la ciudad, con el apoyo de tecnología de cámaras de seguridad y un helicóptero de vigilancia, junto con operativos de inteligencia para desarticular bandas criminales y frenar la comercialización de celulares robados.
Queda pendiente, eso sí, corregir la inoperancia de la justicia, que libera a más del 90% de los delincuentes capturados y les permite volver a las andanzas con la garantía de la impunidad. Pero el populismo de derecha tampoco es la solución.