Las políticas públicas en el sector de la salud cumplen un papel trascendental en lo que se refiere a garantizar la salud para toda la sociedad. Y en esta medida, contar con unas políticas eficaces permite que la comunidad viva en entornos que promuevan acceso, calidad en la atención y en los medicamentos para los pacientes.
En la actualidad, hay diferentes programas enmarcados en la construcción de políticas públicas, que posibilitan conocer cuál es nuestro riesgo en algunas patologías, lo que nos ayuda a identificar el mayor o menor riesgo de desarrollar enfermedades sin un diagnóstico temprano. Para no ir muy lejos, el cáncer es una realidad que vivimos las sociedades contemporáneas. Según un informe presentado en el 2017 por The Economist, en América Latina esta enfermedad es la segunda causa de muerte y se estima que 2,8 millones de personas son diagnosticadas cada año. La población con menores ingresos tiene un nivel de atención insuficiente para el tratamiento de esta patología.
Este mismo reporte, dio a conocer que en Colombia el porcentaje de muertes atribuidas al cáncer en 1990 era del 13 por ciento, siendo la tercera causa de fallecimiento. Para el 2015 pasó aumentó a 19 por ciento. La posibilidad de morir por esta enfermedad antes de cumplir los 75 años está en el 9 por ciento en el país.
A pesar de este panorama, la situación actual la debemos transformar dejando atrás la idea de que cáncer es sinónimo de muerte. Y por eso desde el Instituto Nacional de Cancerología (INC), estamos comprometidos en promover estos planes a través de mejores tecnologías en la lucha contra el cáncer y hacer énfasis en la investigación y el desarrollo de pruebas que nos permitan detectar, de manera temprana y eficaz, la enfermedad.
El CPreD, el primer Centro de Prevención y Diagnóstico Temprano en Colombia, es el resultado de una estrategia de salud pública que implica el uso de pruebas en individuos o poblaciones sanas con un determinado riesgo, con síntomas o sin ellos, con el fin de identificar los que tienen mayor probabilidad de presentar la enfermedad para hacer un diagnóstico de forma temprana. Este Centro, que ya está disponible para la atención de pacientes, ofrece servicios avanzados de tamización y fortalece el diagnóstico temprano del cáncer. Adicionalmente, garantiza un tratamiento oportuno e integral para reducir las tasas de mortalidad y mejorar los niveles de supervivencia y calidad de vida, con la ayuda de más de 50 profesionales entre oncólogos, ginecólogos, pediatras, gastroenterólogos, urólogos y dermatólogos.
El INC espera que este modelo de integración mejore la articulación entre la prevención y el tratamiento, y sirva, además, para de mejorar el impacto en salud pública, no solo mediante el énfasis en el tratamiento del cáncer, sino para garantizar mayor eficiencia en los recursos y que toda la sociedad tenga acceso de calidad. El cáncer, como otras enfermedades con mejor pronóstico, al ser detectadas de manera temprana, configuran una responsabilidad para todos: sociedad, instituciones y gobiernos. Entre todos podemos controlar el comportamiento de estas patologías con un impacto tangible en los datos de mortalidad y en los pacientes tratados desde etapas preliminares.
CarolinaWiesner
Directora del Instituto Nacional de Cancerología