A propósito de las nuevas coaliciones entre partidos políticos por la puja presidencial que se dará el 27 de mayo del 2018, en el cual las ‘alianzas’ son las acciones claras para buscar la legitimación del poder sobre los votantes, y en el que los aspirantes muestran sus planes económicos, de educación e infraestructura. Veamos cómo fue una de las uniones más importantes entre el sultán Muhammad V y el rey Pedro I de Castilla, bastante advenedizo para la misma historia. Todo comienza en el año de 1362, en el que Muhammad V, rey musulmán del reino de Granada, recupera su trono después de estar en el exilio, con el apoyo de su amigo y rey cristiano Pedro I de Castilla, ambos, de iguales ambiciones y similar edad.
Según Cristóbal Rivas, investigador de la Escuela de Estudios Árabes de Granada, el declive del feudalismo y la decadencia de las relaciones entre el vasallaje y las coronas, darían pie a una de las alianzas más importantes de la historia hispano-musulmán.
Pedro I, estando en Sevilla, tenía que centrarse en problemas como el hambre y la muerte de miles de personas por la peste, más que enfocarse en la reconquista, mientras que Muhammad V, considerado como un funambulista del poder, se hacía a la lucha deliberada por mantener su sultanato granadino, asediado por sus propios familiares.
Muhammad V. al enterarse de que sus propios familiares le tendían una trampa para asesinarlo, huiría a Fez, donde encontraría resguardo con el sultán de los benimerines, Abu Salim. Así, el nuevo rey Muhammad VI, familiar de Muhammad V, se haría con el poder de Granada.
Cuando Pedro I se entera de esto, en una lucha por ayudarle a su amigo musulmán a recuperar el poder, decapita a Muhammad VI y le entrega la cabeza a su amigo como parte de agradecimiento por su amistad. Muhammad V sería un nuevo sultán el 16 de marzo de 1362.
Más tarde, Pedro I huye de Sevilla a Portugal asediado por Enrique de Trastámara, rey de Castilla, pidiendo a Inglaterra el apoyo para recuperar su trono. Al enterarse de esto, Muhammad V, decide ayudar a su amigo cristiano a recuperar su trono apoyado por los ejércitos de los sultanes de Fez, El Cairo y Tremecen. Así, Pedro I recuperaría su trono. Esta amistad se enaltecería tanto, que en sus construcciones palaciegas de parte y parte se harían sellos caligráficos de agradecimiento mutuo, y que hoy en día permanecen como en la Alhambra. Debido a esta relación, Pedro I sería excomulgado por el papa Inocencio VI y decapitado por un familiar, lo que llevaría finalmente a la pérdida de una de las alianzas económico-políticas más interesantes de los tiempos.
La historia muestra que alianzas entre élites aristocráticas, enemigos o amigos partidistas y reyes de diferentes cultos, pueden resultar en debacles políticas, exilios y deshonras, que, por un lado, no suplen las necesidades del pueblo, y, por otro, solo constituyen extensos libros literarios ajenos a la necesidad de un territorio.
En estas elecciones para presidente de Colombia del 2018, ¿quienes serían Pedro I y Muhammad V? ¿quiénes serían los exiliados? Y sobre todo, ¿quiénes los traicionados? ¡Ya veremos!
Luis Felipe Chávez
Historiador