Un remolino de reacciones y comentarios a favor y en contra se generó desde el anuncio del alcalde Enrique Peñalosa de pedirle autorización al Concejo de la capital para vender el 20% de las acciones de la Empresa de Energía de Bogotá (EEB) (Lea también: ¿Dónde está el detrimento?).
Más allá de los tintes políticos que aparecen en la discusión, es necesario revisar los antecedentes financieros y de mercado. Por tratarse de una empresa de capital distrital, la EEB está indefectiblemente sometida al vaivén de las elecciones políticas, lo cual hace que sus planes de largo plazo puedan verse alterados con cada cambio de administración.
De esta manera, aumentar la participación de privados en su esquema accionario y por consiguiente en su Junta Directiva, le dará mayores niveles de independencia para la toma de decisiones y garantizar la visión de largo plazo. Es decir, fortalecer su Gobierno Corporativo, una de las variables que los inversionistas analizan en los emisores.
En el caso de la EEB, sus negocios se basan en ingresos que no responden a ciclos de la economía, son regulados por el Gobierno y, por ende, no sufren de variaciones por especulación o fluctuación del mercado. Además, es la única empresa distrital que en los últimos 20 años ha registrado utilidades.
De acuerdo con la presidenta de la empresa, Astrid Álvarez, el objetivo de la venta de las acciones es darle a la ciudad recursos líquidos en el presente para financiar obras de infraestructura, y hacerlo mediante una democratización en la que puedan participar ciudadanos de todos los estratos.
Con esta operación, el Distrito pasaría de tener el 76,28% de las acciones de la EEB, al 56,28%, con lo cual seguirá siendo el accionista mayoritario.
Por mandato del Concejo de la ciudad, la participación de privados en la empresa no puede pasar del 49%, con lo que se asegura su mayoría pública.
Precisamente, el Concejo fijó las fechas de sus sesiones extraordinarias entre el 30 de septiembre y el 31 de octubre para discutir y votar el proyecto, por lo cual quedan dos semanas para su aprobación, que no tendría mayor inconveniente teniendo en cuenta la mayoría gobiernista en el cabildo local.
Este miércoles, el título cerró en $1.845 pesos. Tomando algunos posibles escenarios de precio al que se realice la operación, el resultado es que con un precio de venta inferior al de ahora ($1.750 pesos por acción), ese 20% de enajenación representaría 3,21 billones de pesos. En tanto, si se hace a $2.000 pesos, se recibirían 3,76 billones de pesos.
Camilo Silva
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opinión
Blindarse con Gobierno Corporativo
La EEB está sometida al vaivén de las elecciones políticas, lo cual hace que planes de largo plazo se vean alterados con cambios de administración.
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