El desarrollo del emprendimiento en Colombia durante los últimos cuatro años ha sido notable. Lo que empezó siendo un boom de concursos de creación de empresas se ha ido fortaleciendo gracias al aporte de los diferentes actores del ecosistema y del Gobierno. Hoy, la agenda de actividades enfocadas al emprendimiento está copada y la calidad de los proyectos es cada vez más alta. No hace mucho, teníamos que traer casos de éxito y expertos del exterior para que nos enseñaran cómo hacer un plan de negocios o cómo presentarlo a un inversionista. Ahora, no solo tenemos casos de éxito que están siendo reconocidos afuera, sino que los emprendimientos locales están empezando a escalar a nivel internacional. Como, por ejemplo, Viajala.com.co, un portal para buscar billetes aéreos al mejor precio, sin comisiones, que ha recibido recientemente inversión para iniciar su operación en México.
De esta manera, se está cumpliendo con el objetivo principal del desarrollo del ecosistema emprendedor: generar nuevos negocios que sirvan como motor de desarrollo para el país. Pero hasta ahora, el ecosistema se ha enfocado en identificar a los emprendedores y conseguir inversionistas dispuestos a asumir riesgos. Tenemos un auge de incubadoras, aceleradoras, espacios de coworking y Venture Capitals, que de manera independiente o con el apoyo de la empresa privada, se están creando para este fin. Esto está muy bien, pero si queremos que el sector prospere y se sostenga en el tiempo, el papel de la academia es fundamental.
El reto está en garantizar el desarrollo de nuevos proyectos emprendedores que cuenten con el conocimiento, la asesoría y las herramientas necesarias para garantizar su éxito. Si a los laboratorios de emprendimiento que ya existen en muchas universidades en Colombia y que están produciendo gran talento, se agregan equipos de soporte con mentores que les ayuden a conectarse con inversionistas, y a desarrollar su estrategia de crecimiento e inserción en el ecosistema, tendremos emprendedores más sólidos y preparados a la hora de buscar una incubadora o un Venture Capital.
Hemos logrado mucho, pero todavía queda bastante por aprender. IE Business School (escuela española con una trayectoria reconocida en formación de emprendedores) realizó recientemente una encuesta entre sus más de 1.000 exalumnos en el país. El 73 por ciento ha desarrollado alguna iniciativa emprendedora, pero el 90 por ciento, lo ha hecho con capital propio. Solo el 10 por ciento ha conseguido capital externo, y las razones por las que lo explican son la burocracia y la falta de conocimiento de instrumentos y oportunidades de financiación. Este año, el IE ha participado en diferentes iniciativas que se han enfocado sobre todo en el desarrollo de redes de contactos para los emprendedores. Los venture networks, que se realizan mensualmente en Bogotá y Medellín, así como los venture days, que se llevan a cabo en las mismas ciudades en septiembre y octubre, y finalmente el Colombia Startup & Investor Summit, que se hará en octubre, son algunos ejemplos. Paralelamente, la escuela está integrando una red de mentores entre sus exalumnos que dedican una tarde al mes para asesorar emprendedores.
La invitación es a que las universidades colombianas sigan este ejemplo, y empiecen a crear una relación de largo plazo con sus emprendimientos a través de espacios y mecanismos que les permitan salir, desarrollarse y crecer con su apoyo.
Patricia Salgar
Directora, Centro IE Bogotá