Cero y van tres. Así podría resumirse el carácter de las decisiones del Banco de la República, que otra vez volvió a sorprender a los analistas el viernes pasado cuando, en contra de las apuestas, decidió recortar en un cuarto de punto porcentual la tasa de interés que les cobra a las entidades financieras por darles liquidez temporal.
Algo similar pasó en diciembre, cuando la expectativa era de estabilidad y las rebajas comenzaron. Hace un mes se pensó que estas continuarían, pero la determinación fue la de hacer una pausa. Ahora, de nuevo, volvemos a descender un peldaño.
Tras el pronunciamiento, el costo de dichos fondos quedó en 7,25 por ciento anual. Si todo funciona de acuerdo con lo previsto, en unas semanas, los usuarios del crédito en Colombia sentirían el alivio y mejorarían su percepción sobre el estado de cosas en el país.
Y es que el desplome en el Índice de Confianza del Consumidor en enero parece haber sido el factor determinante para que la junta directiva del Emisor optara –con una mayoría de cuatro contra dos– por hacer la rebaja anotada. El anhelo es que, eventualmente, el gasto de los hogares se recupere, algo que no parece evidente por ahora.
Hay otras inquietudes que persisten. Tal vez la más grande es que a pesar de que la inflación ha venido disminuyendo, las expectativas sobre el aumento en los precios al cierre del próximo diciembre volvieron a subir. Mantener la cuerda corta es clave para que esas proyecciones sean menores y la credibilidad en la política adoptada se fortalezca, logrando al mismo tiempo que el animal pueda caminar más rápido.
Conseguir el ritmo ideal no será fácil. Por ahora, el Banco de la República es particularmente cauto con respecto al crecimiento del Producto Interno Bruto, para el cual proyecta un rango que oscilaría entre 0,7 y 2,7 por ciento en el 2017, siendo el 2 por ciento la cifra más probable, de acuerdo con sus cálculos.
Saber si en el futuro habrá más alivios y a qué ritmo, es imposible. Para quienes gustan de leer entre líneas, no pasó desapercibida la afirmación de que los intereses reales están por encima del promedio de los últimos 12 años y son “contractivos”. Bajo ese punto de vista, vendrían rebajas, pero los pronósticos será necesario tomarlos con un grano de sal, ahora que el Emisor se caracteriza por no hacer lo que otros dicen.
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No hagan sus apuestas
El Banco de la República es cauto con respecto al crecimiento del PIB, para el cual proyecta un rango que oscilaría entre 0,7 y 2,7% en 2017.
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Ricardo Ávila
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