Hay dos maneras de analizar la cifra de crecimiento de la economía en el 2016, que el Dane –un mes antes de lo que había sido tradicional– dio a conocer el miércoles pasado.
Como es sabido, la entidad sostuvo que el aumento en el Producto Interno Bruto llegó a ser del 2 por ciento, una cifra que es inferior al promedio histórico de Colombia.
En respuesta, no faltaron las voces que se fueron lanza en ristre contra el Gobierno por el mediocre desempeño observado. De acuerdo con esa postura, los errores de la política económica hicieron más fuerte la desaceleración, comenzando por la reforma tributaria que afectó las expectativas de los consumidores. Hasta el acuerdo de paz con las Farc fue citado como causa del deterioro de la ‘confianza inversionista’.
Por su parte, un grupo de analistas trató de ver la foto de manera más positiva. Según esta postura, las cosas no salieron tan mal a la luz de la compleja realidad internacional de carácter adverso, la misma que llevó a América Latina a mostrar números en rojo.
Pero, sobre todo, resultó destacable que el desempeño de las actividades productivas superara las apuestas de los expertos, a pesar de tres hechos: los bajos precios del petróleo, el fenómeno climático de ‘El Niño’ y el paro de transportadores de seis semanas de duración. El primero, golpeó las finanzas públicas y la disponibilidad de divisas; el segundo, afectó al sector agropecuario, y el tercero, trastornó, de manera fundamental, la marcha de la industria y el comercio.
Ahora que ninguno de esos factores está presente, la esperanza es que en el 2017 venga una recuperación. A la fecha, las apuestas son tímidas, pues el crecimiento apenas llegaría al 2,5 por ciento en el presente año.
Las proyecciones no son más altas, debido al comportamiento de la demanda privada. Los datos de enero sugieren que el aumento en el IVA se sintió en los bolsillos de la gente. Y hasta que el golpe no se asimile, es mejor tener cautela.
Ricardo Ávila Pinto
ricavi@portafolio.co
@ravilapinto
retrospectiva
Dos visiones, una realidad
La esperanza es que en el 2017 venga una recuperación. A la fecha, las apuestas son tímidas.
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Ricardo Ávila
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