El Banco de la República, el Fondo Monetario, Fedesarrollo y los candidatos a la presidencia se expresan sobre el crecimiento de la economía. La junta directiva del Emisor, en su sesión de la semana pasada, reconoció que la actividad económica ha logrado cierta recuperación y pronostica que la tasa de crecimiento en el 2018 será del 2,7 por ciento. Con el objeto de dar un impulso mayor a la demanda agregada, decidió reducir la tasa de interés de intervención y situarla en 4,25 por ciento. Así las cosas, dada la recuperación de los indicadores económicos internos, los estímulos monetarios y la recuperación de la demanda externa, la junta pronostica que la tasa de crecimiento del PIB posiblemente alcance 3,7 por ciento en el 2019.
En su informe, publicado recientemente, el Fondo Monetario Internacional pronostica que la actividad económica tendrá una recuperación significativa este año (para el cual también prevé una tasa de crecimiento del 2,7 por ciento), lo que atribuye a las reformas estructurales en marcha, las cuales, a su juicio, redundarán en incrementos en la inversión y en las exportaciones. Juzga que el impacto combinado de la reforma tributaria estructural del 2016, las mejores perspectivas de los precios internacionales del petróleo y la estrategia de infraestructura vial de cuarta generación estimularán la inversión. A la vez, contempla que de adelantarse un esfuerzo por reducir las barreras al comercio y lograr mayor recuperación de la economía mundial, se contribuirá, en el mediano plazo, a consolidar el crecimiento de las exportaciones. De igual manera, juzga que la puesta en marcha del acuerdo de paz será un factor clave para promover el desarrollo regional para reducir la inequidad.
El tema de las políticas para lograr tasas de crecimiento económico superiores al 4 por ciento anual también fue materia de discusión entre los candidatos a la presidencia en estos últimos días.
En un Cuaderno de Fedesarrollo, que se les presentó como referencia para sus debates, se destaca que de mantenerse las políticas vigentes la tasa de crecimiento potencial de la economía sería, en el mejor de los casos, del orden del 3,5 por ciento anual, y plantea una serie de políticas para estimular mayor uso de mano de obra mediante la formalización laboral; destaca la importancia de canalizar mayores flujos de inversión extranjera directa y reducir la tasa de tributación de las empresas a menos del 33 por ciento, lo que plantea también el reto que se tendría que enfrentar para elevar el recaudo de otros impuestos.
En el frente de las rigideces de los mercados, el estudio sugiere la conveniencia de profundizar la apertura comercial para estimular el desarrollo de productos con valor agregado y de exportación. Las estrategias de los candidatos para acelerar el crecimiento han sido muy variadas: Duque tiende a dar principal énfasis a la confianza inversionista, a la conveniencia de dar estímulos fiscales a la inversión y a la rebaja de la tasa de tributación de las empresas; Vargas, además de lo anterior, sugiere acentuar el énfasis en la construcción de vivienda y el reforzamiento de la infraestructura vial; Fajardo pone el ojo en la educación; De la Calle confía en el impacto positivo del proceso de paz, en tanto que Petro hace hincapié a la producción de la economía campesina.