La publicación británica de ocio 'Time Out' ha seleccionado al barrio Nueva Villa de Aburrá, en Medellín, entre los tres lugares 'más cool' del mundo para visitar en el 2018.
La revista dice que es una plaza - en forma de herradura- en donde se reúnen los roqueros, punkeros y metaleros todos los días y que la convierten de un paseo majestuoso a una multitud de jóvenes amantes de la música.
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La publicación dice que "Con el paso de los años, este barrio se ha establecido como un lugar que celebra nuevas tradiciones: festivales anuales de salsa picante y de música electrónica o el centro comercial Los Molinos, donde se exhiben mensualmente espectáculos (parques de atracciones de dinosaurios, concursos de gladiadores de temática de superhéroes, cuento de hadas paseos en cisne) y agréguele a todo eso un toque de fantasía a la vida comunitaria".
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Este barrio está por detrás de Lavapiés de Madrid como el "más cool" del mundo para visitar en 2018, seguido por el de Euljiro en Seúl. El barrio madrileño, cuyo nombre oficial es Embajadores, se coloca a la cabeza de una lista de 50 vecindarios como el más "colorido" de Madrid, que es la capital más "emocionante" en la actualidad, según destaca la publicación Time Out en base a las respuestas de 15.000 encuestados de países de todo el mundo.
De Lavapiés, la publicación cultural Time Out destaca que es un lugar donde conviven personas "de cerca y de lejos" que generan una vida cultural "bulliciosa", en alusión a los inmigrantes que se han establecido en el lugar. Entre sus espacios distingue la plaza Tirso de Molina, con floristas de día y jóvenes que esperan de noche para entrar a la discoteca de moda Medias Puri, definida como "el club del momento".
La publicación habla de los centros culturales Tabacalera y la Casa Encendida o los locales de cocina india y marroquí que se pueden encontrar en sus calles. Además, recomienda tomar sardinas en el bar Santurce los domingos de Rastro (un gran mercado de todo tipo de objetos al aire libre), beber en la recientemente reabierta Sala Equis, que antes era un cine de películas pornográficas, acudir al teatro Pavón-Kamikaze o admirar las vistas desde el hotel Reina Victoria, en la plaza de Santa Ana.
