Durante el gobierno de Andrés Pastrana el llamado a sacar a flote la economía del país fue Juan Camilo Restrepo, quien asumió las riendas del Ministerio de Hacienda con el objetivo de poner en marcha políticas fiscales y monetarias para su reactivación.
Restrepo habló con Portafolio.co sobre cómo encontró las finanzas públicas de Colombia y los logros de su administración. “Las crisis plantean grandes retos y grandes acciones, es mucho más fácil manejar una bonanza que una crisis como la que nos tocó”, dice.
Antes de llegar a la cartera de Hacienda del gobierno Pastrana, ¿cuál era el escenario económico del país?
El panorama no era alentador. La caída del Producto Interno Bruto (PIB) venía acentuándose durante el último año de la administración Samper, el problema de financiamiento era muy agudo, todo esto asociado a los problemas políticos que se estaban presentando en el país con el proceso 8.000.
También hubo otros episodios internacionales que acabaron de complicar las cosas en grado extremo, como fue el decreto de la cesación de pagos de Rusia de 1998. De manera que desde el primer día la administración Pastrana tuvo que hacerle frente a una de las crisis bancarias y financieras probablemente más agudas que haya tenido el país en décadas.
¿Esperaba que la caída fuera a ser de esa magnitud?
Ya teníamos informes de que la cosa estaba muy delicada y complicada, pero naturalmente a medida que fueron pasando los días y las semanas se fue viendo la magnitud de la crisis y de los faltantes en todos los frentes, en el presupuestal, fiscal, de comercio exterior, etc.
¿Cuáles fueron esas circunstancias que llevaron al país a la crisis?
Primero una recesión y una crisis internacional muy profunda, originada en el sudeste asiático. El problema comenzó en Tailandia y en algunos países de oriente, pero rápidamente se transmitió a toda América Latina.
También afectaron los problemas políticos por los que atravesaba el país, que desembocaron en turbulencias y dificultades sobre el financiamiento externo de Colombia, hasta el punto de que cuando se posesiona el presidente Pastrana prácticamente todas las fuentes de financiación estaban cerradas.
Luego está el estallido de una crisis bancaria muy profunda en Colombia, que ya veía gestándose, y que se agudizó también en los primeros meses de la administración Pastrana.
¿Afectaron los diálogos con las Farc a la economía?
Los diálogos con las Farc frente a la crisis económica fueron neutros, no generaron ventajas ni desventajas, no se tomó por los observadores ni por las agencias calificadoras como un rol importante.
¿Fue determinante el clima político con el proceso 8.000 para la crisis?
Fue una de las causas, no podría decir que fue la única. Pero sí, obviamente, a nivel interno fue un actor de complejidad esa falta de gobernabilidad que se gestó durante los dos últimos años de la administración Samper.
¿Cuáles fueron las medidas que se tomaron para sanear la economía del país?
Fueron en muchos frentes. Primero hubo unas medidas orientadas a evitar un colapso generalizado del sistema bancario, que hubiera desembocado en una cesación en el sistema de pagos de toda la economía colombiana.
La estantería del sistema financiero le habría caído encima a cerca de 15 millones de ahorradores, pues de haber tenido una cerrazón generalizada de los bancos habrían perdido sus ahorros como sucedió en otros países.
A eso se le puso mucha atención desde el primer momento y fue muy exitosa la política del manejo de la crisis bancaria, como lo vinieron a dar cuenta las evaluaciones de los organismos internacionales: a un bajo costo fiscal para la magnitud de la crisis.
En segundo lugar hay que recordar que por esa época también se dio el terremoto de la zona cafetera y Armenia, que implicó más gasto público para iniciar la reconstrucción de esa zona inesperadamente destruida.
En tercer lugar se tomaron medidas tendientes a reabrir el crédito externo, que estaba prácticamente cerrado. Tuvimos una muy intensa actividad con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con la CAF, con el Banco Mundial y con el BID, que permitió polarizar un paquete de medidas y de fórmulas financieras que condujeron a reabrir el sistema para el país que estaba asfixiándose.
En cuarto lugar se tomaron medidas para frentear la crisis del Upac, que puso en peligro la viabilidad financiera del ahorro de mucha gente en Colombia.
¿Quedó satisfecho con su labor o cree que le hizo falta algo?
Uno siempre echa de menos algunas cosas. Las crisis plantean grandes retos y grandes acciones, es mucho más fácil manejar una bonanza que una crisis como la que nos tocó. Fue muy satisfactorio cómo desde 1999 el país logró bajar su tasa de inflación a niveles de un dígito, de la cual no nos hemos movido. Eso me deja muy satisfecho.
También hay logros importantes con la política de prudencia fiscal y las leyes que vinieron a conocerse como las de responsabilidad, que siguen siendo unos derroteros de lo presupuestal.
¿Qué lecciones aprendió el país?
Quedaron unas normas financieras mucho más estrictas, de prudencia y de mejor supervisión sobre el gasto. El país ha quedado en cierta forma blindado contra los efectos de las crisis financieras o por lo menos mucho mejor preparado.
Otro logro es haber regularizado el mercado cambiario, desde entonces el país no ha vuelto a tener ningún sobresalto de este carácter. El país volvió a reabrir su crédito externo y dotó a los bancos de unas mejores normas de prudencia y de solvencia, ese es uno de los mejores logros.
Lecciones hay muchas, nos enfrentamos a un Congreso difícil, pero en líneas generales la crisis se manejó bien.
Mirando el estado actual de la economía colombiana, a pesar de los resultados de Ecopetrol, que le da más dinero al Estado, aún se sostiene que el país va a tener una situación fiscal difícil a partir del año entrante. ¿Cómo lo ve usted?
Los dividendos extraordinarios que anunció Ecopetrol son una válvula de oxígeno que le cayó a las finanzas públicas que estaban asfixiadas, pero como lo acaba de ratificar la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), que visitó al país hace unos días, si bien es cierto que el panorama del 2019 está más o menos despejado, los resultados de la reforma tributaria son muy precarios y muy cuestionables.
La misión del FMI echa de menos que no se hayan avocado problemas estructurales de fondo como las pensiones, a las cuales se les ha venido dando largas.
¿Hay peligro de que en un futuro haya una recesión en el país?
No. El peligro solo lo veo en el frente fiscal, donde hay muchos ‘chicharrones’ que no se han solucionado, pero en general el resto de las variables, lo que es la cuenta externa, la inflación y el mismo crecimiento están en una línea favorable.