Casi suena como una súplica, el gerente general de Uber en Colombia, Nicolás Pardo, le pide al gobierno Nacional, encabezado por la ministra de Transporte, que los invite a las reuniones para hablar de la regularización del servicio de Uber, y en general de las plataformas, en el país.
"Estamos esperando que nos inviten a las discusiones que la ministra de Transporte dijo que se iban a abrir este mes de agosto. En estos momentos, Colombia es el único país de Suramérica que no tiene una regulación o conversación regulatoria abierta con nosotros", aseguró Pardo.
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¿Cómo avanza el tema de la regulación para Uber en el país?
Estamos con expectativa a los anuncios de la ministra de Transporte en torno a que en el mes de agosto se iban a citar unas mesas de trabajo con el Gobierno, taxis y plataformas para avanzar en esa regulación que tanto estamos pidiendo y tanto queremos. Llevamos casi seis años en el mercado en Colombia y con nuestra experiencia ya se han logrado regulaciones en 150 jurisdicciones en 60 países en el mundo.
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¿Y por qué no los han llamado a esas mesas?
Todavía no y estamos esperando para aportar nuestra experiencia que hemos adquirido en otros lugares para tener en Colombia una regulación justa, centrada en el usuario y que sea progresista. No hemos tenido reuniones formales con la Ministra de Transporte y estamos a la expectativa para que se citen porque tenemos conocimiento de otros mercados. Creemos que no hay que inventar la rueda y en cambio hay que abrazar la innovación y tecnología.
¿Qué es para ustedes una regulación progresista?
Una que entienda que el transporte privado, intermediado por plataformas, es diferente del transporte público. Las reglas del sector del transporte público fueron dictadas hace más de dos décadas y obviamente no contemplaban la innovación de las plataformas como Uber.
La regulación tiene que entender que no somos transporte público, que somos transporte privado intermediado por plataformas que a nuestro entender es una categoría que se debe crear, como ha ocurrido en otros países. Todas las plataformas queremos que el Gobierno nos normatice y vigile.
¿Y si no son una empresa de transporte público, entonces qué son?
Somos una empresa de red de transporte: no somos una compañía de transporte porque no tenemos vehículos y no prestamos servicios de transporte. Prestamos servicios relacionados o que tienen que ver con el transporte, o por personas que quieren prestar en servicios y eso no nos convierte en una empresa de transporte público.
¿Qué propuestas le pueden hacer ustedes al Gobierno para regularlos, hasta dónde están dispuestos a llegar?
Primero, que las plataformas somos una categoría distinta y nueva.
Se puede crear un fondo de compensación para el transporte público, como pasó por ejemplo en México, que se paga a nivel local o nacional por los viajes que se realizan. Ese fondo sirve para la modernización del transporte público: desde semáforos, seguridad vial, apoyar el proceso de compra de tabletas, modernización del servicio de taxi en general o lo que el gobierno quiera.
También creemos que al mismo tiempo que se deben regular las plataformas de un lado, hay que desregularizar el taxi del otro. El servicio de taxi tiene unas normas de hace 30 años que no le permiten prestar un servicio de calidad ni mejorar en su servicio. Debe ser un proceso paralelo para que todos convivan, haya un ambiente de coexistencia y de normas claras para todos con el fin de disminuir el número y el mal uso que se hace del vehículo privado.
Hay que dejar clara la diferencia que una cosa son las plataformas y otra los taxis.
¿Modernizar el servicio de taxi para ustedes es que estos puedan entrar a las plataformas como Uber?
Es una alternativa, en el mundo existe esa posibilidad, en Colombia hoy en día no está, pero se puede abrir y nosotros estamos abiertos a eso. El tema es cómo agregar valor a los distintos actores de la cadena y cómo en realidad se vuelva más eficiente y se optimicen las ganancias que los distintos actores tienen por la utilización de las plataformas. Estamos totalmente abiertos a revisar todo.
¿Ustedes están dispuestos a pagar la seguridad social a los conductores?
La relación de Uber con los conductores no es de índole laboral, no trabajan con Uber, son contratistas independientes que lo hacen a su discreción y con autonomía.
Las reglas de la seguridad social en Colombia se hicieron en los 90 del siglo pasado y no contemplaban la economía colaborativa. Apalancados por nuestra experiencia en otras partes en donde ya se ha regulado este tema, estamos dispuestos a ver cómo generar unas normas que no contemplan las normas actuales, para lograr cerrar ese círculo.
Creemos que hay que evolucionar en materia de transporte y laboral con unas reglas equitativas pero diferentes. Tenemos una disposición total de sentarnos a construir de nuevo esa normativa progresista con las propuestas que se hagan.
¿Cómo va la regulación en otros países de América Latina?
En este momento no hay norma específica en América Latina, lo que hay son discusiones abiertas en Paraguay, Bolivia, Ecuador, Chile, Brasil, México pero en Colombia ni siquiera se han empezado a dar. En estos momentos Colombia es el único país de Suramérica que no tiene una regulación o conversación regulatoria abierta con nosotros. Colombia está rezagada en ese sentido.
¿Cómo va el negocio de Uber en el país?
Ya llevamos seis años en Colombia, tenemos más de 88.000 socios conductores y más de dos millones de usuarios mensuales. Además generamos más de 200 empleos directos. Y estamos comprometidos con el país pues vamos a abrir un centro de excelencia con una inversión de 40 millones de dólares en los próximos cinco años, con el que crearemos más de 600 trabajos adicionales.
En el segundo semestre del año pasado pagamos de IVA cerca de 35.000 millones de pesos.
Cuéntenos un poco más de ese centro de excelencia...
Bogotá fue escogida como sede del tercer Centro de Excelencia de Uber en Latinoamérica y el décimosegundo en el mundo, el cual estará ubicado en la zona franca de la ciudad.
La operación estará diseñada para brindar soporte especializado en materia de servicio y seguridad a usuarios, socios conductores y socios repartidores de las aplicaciones Uber y Uber Eats en Latinoamérica.
ALGUNOS CASOS DE REGULACIÓN DE UBER EN LATINOAMÉRICA
- Ciudad de México se convirtió en el 2015 en la primera ciudad de Latinoamérica en regular Uber en 2015. Se creó un fondo para el Taxi, la Movilidad y el peatón, que establece un pago del 1.5% de cada viaje, asumido por la compañía, cuya función es contribuir a la mejora del Taxi y a mejorar las condiciones de la infraestructura vial a diferentes niveles, entre otras medidas.
- En el 2016 La Paz, capital de Bolivia, dio libertad para usar alternativas de transporte privado con la creación del Reglamento Municipal de Servicio Privado de Transporte de Pasajeros contratado mediante Plataformas Tecnológicas, el cual busca optimizar la calidad, la eficiencia y la seguridad del servicio.
- En Brasil se logró la regulación del servicio de transporte privado intermediado por plataformas (TPIP) en 2018 luego de dos años de discusiones. Algunas de las condiciones de esta normativa es que los vehículos cumplan con ciertas características de seguridad exigidas por las autoridades y que los socios conductores indiquen que ejercen su función bajo remuneración.
- En Perú se dio la creación de una categoría diferente conocida como ‘Taxi por Aplicativo’, que reconoce la existencia de los taxis de calle y los vehículos privados y sus diferencias.
- En Paraguay se propuso la creación de un Registro de Empresas de Contratación Digital de Transporte Alternativo de Personas (RECDTAP), donde se identifiquen las empresas y una lista completa de sus conductores inscritos. Al mismo tiempo, se propone puntos específicos como la condición de que los conductores cuenten con seguros de responsabilidad civil contra daños ocasionados a terceros o pasajeros, y el derecho a exigir el pago de impuestos y demás requisitos como la inspección técnica vehicular (ITV) entre otras condiciones.
Pedro Vargas Núñez
Editor Portafolio.co