Colombia está decidida a retirar su oferta de café de la Bolsa de Nueva York, que se comercializa a través de los llamados Contratos C. Incluso lo haría sin el respaldo de los demás países productores de las variedades suaves o arábigas.
Así lo reiteró el Gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez Vallejo, en diálogo con Portafolio.
(¿Qué pasaría si los productores de café suave salen de Wall Street?).
Dijo que “si no se suman otros países a nuestra propuesta de abandonar el precio de referencia de la Bolsa de Nueva York para los café suaves, nosotros lo haremos solos”. El dirigente gremial señaló que esta es una de las salidas que los productores nacionales están evaluando para hacerle frente a la crisis de los precios del grano, que afecta a 650.000 cultivadores en varias regiones del país.
El gerente de la Federación reiteró que los bajos precios del grano no son un problema exclusivo de Colombia sino de las naciones productoras.
“Todos estamos reventados. He recibido llamadas de los dirigentes gremiales de varios países para decirnos que ellos también están analizando esta posibilidad”.
Este martes el precio internacional del café en Bolsa de Nueva York cerró en 96 centavos de dólar la libra, el más bajo de los últimos seis meses, y uno de los menores desde el 2013. Esta cotización provocó otro descenso del precio interno, al ubicarse en 682.000 pesos la carga de 125 kilos, seco de trilla.
(Gobierno evaluaría nuevo plan de ayuda a cafeteros).
“La semana pasada estuve en Atlanta (EE. UU.) participando en la Convención anual de la Asociación de Tostadores de Café de los Estados Unidos, y nos reunimos con los industriales de ese país. Les explicamos por qué estábamos pensando retirar nuestro café de la bolsa y de hacerlo en conjunto con otros países productores de suaves”, indicó Vélez.
“Lo que yo les dije a los industriales estadounidenses es que todas las opciones solución están abiertas, pero la única que no va a aplicar Colombia es quedarse cruzada de brazos viendo cómo se quiebran sus cafeteros”.
Respecto a las posible consecuencias que esta medida tendrá para la caficultura colombiana, Vélez dijo que lo máximo es que los tostadores de Estados Unidos digan, yo no le compro café a Colombia sino a otros país, como Honduras, por ejemplo. “En ese caso, nuestra respuesta va a ser muy clara: si Honduras quiere quebrar a sus productores pues que lo haga. Nosotros estamos planteando que se haga una cosa coordinada entre las naciones productoras de suaves. Si no nos pagan el costo de producción no les vendemos café”.
El dirigente gremial aseguró que varias naciones cafeteras han expresado su solidaridad con Colombia, pero aún no está decidido a partir de cuándo el país se retiraría de la Bolsa de Nueva York y tampoco hay certeza acerca de qué países acogerían la propuesta.
La crisis cafetera se registra en momentos en que el país está próximo a iniciar la recolección de la cosecha de ‘mitaca’, que estaría entre 5,9 y 6,3 millones de sacos, muy similar a la producción del año pasado en esta temporada en el país, que se origina principalmente en los departamentos de Huila, Cauca, Tolima, Nariño, Caquetá y Putumayo.
El problema grave es que no se prevé una recuperación considerable del precio este año, debido a que el mercado estará bien abastecido, como consecuencia de las buenas cosechas de Brasil y Vietnam.
VOLVERÍA EL SUBSIDIO
El gerente de la Federación dijo que los productores nacionales no han cambiado la estrategia, que está basada en dos puntos: uno es el de la fijación de un precio de referencia internacional para el café de Colombia, y una segunda medida consistente en buscar recursos para otorgar ayudas directas a los productores, en el corto plazo.
Vélez le confirmó a Portafolio que el Gobierno está dispuesto a permitir que los cafeteros usen los $95.000 millones que se destinaron en octubre del año pasado como capital semilla para el Fondo de Estabilización de Precios del Café, a que los usen para su destinación original, es decir, como ayudar directa a los cultivadores.
El funcionario dijo que este miércoles habrá reunión del Comité directivo de la Federación, para determinar el precio piso a partir del cual se activaría la ayuda, al tiempo que se definirá el valor del subsidio que recibirán los productores por cada carga de café que comercializan en las cooperativas de caficultores, en el momento en que la cotización interna se ubique por debajo de los costos de producción.
Directivos de la Federación se reunieron con un grupo de congresistas, con el fin de trabajar en la búsqueda de soluciones rápidas a la crisis de precios generada por la caída de las cotizaciones internacionales del grano.
La producción nacional de café se estima este año en una cifra muy similar a la del 2018, es decir, unos 13,6 millones de sacos. Por ahora, la noticia positiva del sector es que la cosecha que está próxima a ser recolectada no presenta problemas sanitarios, pues los cafetales no está infectados por la roya (hongo) y la broca (insecto), como ha ocurrido en otras épocas, gracias a que el comportamiento de las lluvias ha sido favorable para el cultivo.
En la situación actual, a los productores solo les queda esperar un repunte de la cotización internacional o un aumento del precio del dólar, pues esto es más probable que un repunte del valor externo. Sin embargo, en jornadas como las de este martes, se registró un doble golpe, pues bajaron los precios internacionales del grano (de 97 a 96 centavos de dólar la libra), y la moneda estadounidense de $3.168 el lunes a $3.153.
LOS SUBSIDIOS, UNA MEDIDA DE CHOQUE
Los productores de café volverían a contar en los próximos días con un subsidio directo por cada carga de café. El monto del apoyo en efectivo se podría conocer hoy, al igual que el precio piso que servirá de disparador del subsidio.
En octubre del año pasado, el Gobierno y los productores acordaron un subsidio de hasta $25.000 por la carga desde el momento en que el precio interno se ubicara por deba- jo de los $700.000.
Para ello, fueron asignados $100.000 millones de pesos, de los cuales apenas se usaron alrededor de $2.500 millones, debido a que las cotizaciones volvieron a subir por encima del piso fijado.
La idea es que los recursos sobrantes, que pasaron como capital semilla del Fondo de Estabilización Cafetera, regresen a formar parte de la política de subsidios.