Todo estaba listo para que ayer arrancara en forma la discusión de la reforma tributaria en el Congreso, sin embargo, un error de trámite aplazó el debate para hoy a las 8 a.m.
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El proyecto debía ser anunciado la semana pasada para el comienzo de la discusión, pero este paso no se cumplió, por lo cual tuvo que realizarse ayer en la mañana, cuando las comisiones económicas conjuntas duraron menos de media hora en debate.
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Así las cosas, desde hoy en la mañana, este grupo de congresistas tendrá tres puntos en el orden del día, todos relacionados con la reforma tributaria: discutir una ponencia de archivo y otra de la oposición y, finalmente, la mayoritaria.
El tiempo apremia y en el Legislativo ya se empieza a hablar de la posibilidad de convocar a sesiones extra. “Yo realmente no he hecho los cálculos, pero quedaría muy apretado hasta el 16 (de diciembre). Es muy posible que se deba convocar a extras, lo que no sé es cuántos días”, aseguró Óscar Darío Pérez, representante a la Cámara.
En cualquier caso, la ponencia mayoritaria, que apoya el Gobierno y sus partidos cercanos, contiene 136 artículos, en los cuales el Ministerio de Hacienda materializó gran parte de la Ley de Financiamiento –incluyendo diversas exenciones y beneficios tributarios–, pero incluyendo nuevos aspectos, que algunos expertos han denominado como el ‘paquete’ social de la iniciativa.
La inclusión de beneficios tributarios viene desde el año pasado y nació como una promesa de campaña del presidente Iván Duque, quien prometió reducirles las cargas impositivas a las empresas.
‘GABELAS’
Reducción del impuesto de renta corporativo, descuentos de IVA en adquisición de bienes de capital y del impuesto de industria y comercio (ICA) y ‘incentivos’ para inversiones en economía naranja y sector agropecuario hacen parte del bastidor de iniciativas que les darán un alivio a las compañías desde el 2020.
La primera consiste es bajar gradualmente la tarifa del Imporrenta, con lo cual quedaría en 32% el próximo año, 31% en el 2021 y 30% en el 2022, cuando se estabilizaría en dicha cifra. Este ‘beneficio’ aplicaría para las empresas de todos los sectores, con excepción del financiero.
A las firmas de este último –que incluye bancos, compañías de financiamiento, fiduciarias, entre otras– se les cobrará una sobretasa de renta, correspondiente a cuatro puntos en el 2020 (quedaría en 36%) y de tres para el 2021 y 2022 (sería de 34% y 33%, respectivamente), aunque con la claridad de que solo les aplicaría a las empresas que tengan una renta gravable de al menos $4.200 millones.
En cuanto al segundo punto, en la reforma tributaria se prevé que las compañías puedan deducir el 50% del gravamen a los movimientos financieros (4x1.000) y descontar el 50% del ICA entre el 2020 y el 2023, y el 100% a partir de ese año.
No obstante, de todos estos, el que mayor impacto fiscal tendrá en las cuentas nacionales será el descuento del IVA pagado por la adquisición, construcción o formación e importación de activos fijos reales productivos, que, en promedio, costará $9 billones anuales de aquí a los próximos 10 años.
De acuerdo con Duque, este cúmulo de nuevos beneficios “hacen hoy de Colombia uno de los lugares más atractivos para esa inversión”, al haber “tomado las decisiones correctas el año pasado”.
NUEVOS INGREDIENTES
Sin embargo, el trámite de la reforma 2.0 y la coyuntura del paro nacional de las últimas semanas trajeron consigo nuevas propuestas, que ya quedaron incluidas en la ponencia que se debatirá y estudiará desde hoy.
Allí están la devolución del IVA al 20% de los hogares más pobres de Colombia, la reducción de los aportes a salud de los pensionados, la fijación de tres días sin IVA y los mayores beneficios para las empresas que generen empleo juvenil en el país.
De estas, la tercera ha sido considerada como populista por diferentes sectores. Por ejemplo, según escribió el economista Roberto Angulo “los días sin IVA me parece una mala propuesta. No solo por su casi segura ineficacia sino por el mensaje populista que transmite”.
En tanto, el senador, Juan Luis Castro, añadió que “esta es una idea populista con altos costos de implementación. Solo podremos comprar 3 unidades de un mismo bien”, mientras que desde el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana indicaron que “el proyecto no ofrece un alivio tributario sustancial (...) y puede que termine siendo, como en otros países, una medida políticamente popular”.
Las cartas están echadas y ahora el Congreso será quien decida si avala o no esta reforma tributaria, so pena de que a partir del 1.° de enero próximo revivan las reglas de juego que vienen desde la reforma del 2016. Sin embargo, en medio del paro nacional, todo podría pasar.