Muchos factores influyen en los proyectos de producción agropecuaria. Es más, la mayoría de ellos no dependen del agricultor, sino de aspectos ajenos a su responsabilidad. Tasa de cambio, barreras arancelarias y fitosanitarias, dificultades en las relaciones comerciales binacionales y hasta asuntos relacionados con el cuidado del medio ambiente, hacen parte de la larga lista de problemas que enfrentan los empresarios rurales por fuera de su área de producción.
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Esa es una de las causas por las cuales, países emergentes como Colombia tienen dificultades para incrementar la oferta exportadora agropecuaria, lo que hace que el país lleve medio siglo exportando los mismos productos: café, flores, banano y azúcar. Sin embargo, los mismos agricultores reconocen que hay factores internos que impiden competir con la oferta internacional, y que se relacionan con prácticas agrícolas indebidas e inexistencia de los bienes públicos básicos que debe proveer el Estado.
Aún así, la actividad agropecuaria nacional ha comenzado a ganar terrenos en los mercados internacionales con algunos productos. En efecto, el aceite de palma, la carne de res, el filete de tilapia y un variado menú frutícola conformado con productos como piña, uchuva y aguacate hass, están ganando terreno cen la nueva oferta exportadora rural colombiana.
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Las posibilidades de que estos productos sigan creciendo en los mercado externos son muchas. Está claro que la población mundial sigue aumentando y ya se habla de que en el 2030 se podría llegar a 7.000 millones de habitantes, que lo único que nunca dejarán de hacer es consumir alimentos.
Este panorama es el que hace pensar que países como Colombia, que tiene un elevado potencial de territorio para producir alimentos, sea uno de los países llamados a incrementar su oferta exportadora alimentaria.
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CRECIMIENTO CONTINUO
Las cifras sobre exportaciones de los productos promisorios de Colombia confirman su potencial de éxito en los próximos lustros.
El año pasado, los productores de aceite de palma exportaron alrededor de 580 millones de dólares, en tanto que el área ha venido en ascenso y hoy se estiman en unas 520.000 hectáreas en diferentes regiones.
Por su parte, las exportaciones nacionales de carne de res superan los 30 millones de dólares anuales, provenientes principalmente de Antioquia, Córdoba, Casanare, Meta, Cesar y Santander .
Según ProColombia, el país ha dado pasos importantes para conseguir la admisibilidad de carne en Angola, Curazao, Perú, la Unión Económica Euroasiática (compuesta por Rusia, Kazajistán, Bielorrusia, Kirguistán y Armenia), Venezuela, Libia, Chile, Georgia y Egipto. Además, hoy exporta carne de res a Líbano, Jordania y recientemente Emiratos Árabes, en el Medio Oriente. En la actualidad, Rusia es el primer cliente colombiano. En solo cinco años saltó de comprar US$557.061, a unos US$25 millones este año.
Por su parte,la ventas de tilapia ascienden a unos 80 millones de dólares anuales, especialmente a los Estados Unidos.
En frutas, la uchuva ha mantenido un crecimiento anual del 10% en el último lustro, y hoy las ventas externas rondan los 30 millones de dólares anuales.
A su turno, el aguacate, considerado el producto más promisorio de la agricultura colombiana, ya registra exportaciones cercanas a los US$100 millones al año.
Entretanto, la piña también está en la lista de productos colombianos de exportación, con una cifra que se aproxima a los 10 millones de dólares anuales.
EL MERCADO LOCAL
Pero no solo de exportaciones puede vivir la actividad agropecuaria. Colombia es un país autosuficiente en los productos de la dieta básica conformada por carne, arroz y papa. A ello se suma el hecho de que los campesinos nacionales son los grandes proveedores de los alimentos más demandados por la cocina doméstica local, es decir, por los hogares.
En consecuencia, producir para el mercado nacional es igualmente importante, pues aunque no se generen divisas de manera directa, evita gastarlas en importaciones.
Aunque las cifras hacen aparecer a Colombia como un importador de alimentos, la realidad es que los altos volúmenes se concentran en granos, especialmente maíz, trigo, lenteja y soya. Y a pesar de que la lista de alimentos que el país compra en el exterior es larga, buena parte corresponde a productos procesados y no a presentaciones en fresco.
En conclusión, la agricultura Colombiana tiene casi una decena de productos con alto potencial de producción, y con posibilidades de entrar en la lista de la oferta exportable nacional, o en la de los cultivos en los que el país puede dejar de ser un importador neto, para alcanzar el autoabastecimiento. Todo dependerá de la política estatal y de la seguridad jurídica para los inversionistas.
EXPECTATIVA POR LAS ZIDRES
Expertos aseguran que los pasos dados por el país en asuntos como la creación de las Zonas de Interés de Desarrollo Rural Económico y Social (Zidres), pueden constituirse en el punto de partida de Colombia hacia la sustitución de importacio- nes de maíz y soya. Eso significa que las siembras de este tipo de granos pueden reaccionar en zonas, como los Llanos Orientales, que antes hoy son dedicadas exclusivamente a ganadería extensiva, en el futuro puedan aportar al reto de convertir al país en despensa agrícola, dejando atrás las voluminosas compras de granos en el exterior.