El déficit comercial de Estados Unidos aumentó a máximos de más de nueve años en enero, y la brecha con China se amplió marcadamente, lo que sugiere que es poco probable que las políticas del presidente Donald Trump tengan un impacto concreto en la brecha de la actividad comercial.
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El hueco en este campo continúa ampliándose un año después desde que Trump asumió el poder. El presidente, que dice que Estados Unidos no se beneficia lo suficiente de acuerdos con socios comerciales, ha impuesto aranceles sobre importaciones de algunos bienes para proteger a las industrias del país, avivando el temor a que se desate una guerra comercial.
El Departamento del Comercio dijo ayer que el déficit comercial saltó un 5 por ciento, a 56.600 millones de dólares, en el primer mes del año. Fue el mayor nivel desde octubre del 2008 y se produjo después una lectura negativa revisada levemente al alza de 53.900 millones de dólares en diciembre.
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Economistas encuestados por Reuters habían previsto que el déficit comercial se ampliaría a 55.100 millones de dólares en enero. Parte del ascenso en la brecha ocurrió por un aumento en los precios de las materias primas.
El déficit comercial con China, un dato políticamente sensible, se incrementó un 16,7 por ciento a 36.000 millones de dólares, el mayor nivel desde septiembre del 2015. La brecha con Canadá escaló un 65 por ciento a un máximo de tres años de 3.600 millones de dólares.
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A fines de enero, Trump impuso fuertes aranceles sobre los paneles solares importados y las grandes lavadoras de ropa, y la semana pasada anunció aranceles del 25 por ciento sobre el acero importado, y de un 10 por ciento sobre las compras estadounidenses de aluminio, a fin de proteger a los productores locales.
Sin embargo, en los últimos días abrió la puerta a exenciones a México y Canadá en caso de que se firme el nuevo TLCAN.
Una de las primeras reacciones a esta medida fue la dimisión de Gary Cohn, el principal consejero económico de Trump y ahora expresidente del Consejo Económico Nacional (NEC por su sigla en inglés).
Cohn se había posicionado fuertemente contra la decisión del presidente de imponer severas tarifas a la importación de acero y aluminio, lo que ha desatado temores ante una posible guerra comercial. “Cada vez que hay un gran cambio, un cambio inesperado, tienes que esperar algún tipo de reacción negativa; veremos cómo puede salir a largo plazo”, señaló el secretario de Comercio, Wilbur Ross, en una entrevista con la cadena CNBC. Además, abrió la puerta a exenciones a otros países en estos aranceles anunciados por Trump al asegurar que “no es inconcebible” que otras naciones queden exentas de esos gravámenes si alcanzan acuerdos con EE. UU.
Si bien estas medidas podrían ser sumamente populares entre la clase trabajadora y la base política de Trump en estados de alta actividad manufacturera, los analistas han advertido que podrían impactar la economía nacional.
EMPLEO PLENO
Las políticas de Trump basadas en el lema “Estados Unidos primero” son parte de un intento por impulsar el crecimiento económico anualizado al 3 por ciento en base sostenible.
En enero, el Gobierno redujo los impuestos a las compañías y personas. Pero en vista de que la economía ya se encuentra en una situación de empleo pleno, el aumento de la demanda exacerbado por las exenciones tributarias de 1,5 billones de dólares probablemente producirá un alza de las importaciones, lo que impactará más en el déficit comercial.
En un segundo reporte emitido el miércoles, el instituto ADP dijo que los empleadores privados estadounidenses crearon 235.000 plazas en febrero, por encima de las expectativas de los analistas. El dato fue publicado antes de la divulgación de la lectura nacional sobre nóminas no agrícolas prevista para mañana.
El tercer dato sobre economía publicado por el Departamento del Trabajo indicó que la productividad de los empleados se mantuvo estable en el cuarto trimestre, en lugar de declinar a un ritmo de 0,1 por ciento, tal como se reportó el mes pasado.
En la comparación con el último trimestre del 2016, la productividad creció 1,1 por ciento. Ese índice aumentó 2,6 por ciento en el tercer trimestre y un avance demasiado débil podría complicar los esfuerzos del gobierno de Trump por alcanzar su meta de crecimiento de la economía de 3 por ciento para este año.
El Gobierno cerró sin grandes avances esta semana la séptima ronda de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en vigor desde 1994, con México y Canadá, y en su primer día en el cargo Trump retiró al país del Tratado Transpacífico (TPP), en el que participaba junto otras once naciones de la cuenca del Pacífico.