Al momento de escribir esta nota, la reforma tributaria -identificada por el gobierno como Ley de Financiamiento- ya habría sido enviada al Congreso de Colombia, proyectando un ingreso fiscal adicional de 6.1 billones de pesos. Con esto no se cubriría el déficit total fiscal que ha indicado el Gobierno para 2019, dado que el monto que se indicó era de 14 billones de pesos como faltantes.
En todo esto, el Gobierno ha cambiado secuencialmente las cifras. En un inicio de habló de 26 billones de pesos (bdp) de déficit, luego de 21 y de 18, para terminar puntualizando la cifra ya mencionada de 14 billones (bdp). Esto da paso a la evidencia de no claridad o consistencia por parte del Gobierno.
Se va teniendo la impresión de que las cifras pueden tener montos más antojadizos, que ser producto de un sereno cálculo fiscal. Además, la Administración Duque y Centro Democrático, ha insistido en que el eje de la política económica en general será la equidad. Esto se reiteró por el mandatario la noche antes de que la población llevara a cabo el paro nacional del 28 de noviembre.
(Lea: Lo que se aprobó en la Ley de Financiamiento)
De nuevo aquí se tiene poca claridad en los planteamientos. Es difícil poder establecer un programa de política económica que busca la equidad, cuando de entrada se proponía llevar el 19 por ciento del impueto del IVA a por lo menos el 80 por ciento de los componentes de la canasta básica. Es cierto que en la última versión entregada al Congreso ese aumento ya no se contempla, pero ello pareciera haber sido resultado de las manifestaciones que se han venido sucediendo tanto en Bogotá como en las principales ciudades de Colombia.
El mandatario Duque hasta ahora –dando un buen margen de beneficio de la duda- debe recobrar la iniciativa política. Hasta ahora se le ve como tratando de no tener conflictos con los diferentes grupos de interés en el país, como actuando en función de crear el mínimo de fricciones con notables grupos de presión, a la vez que las cifras parecen deslizarse casi como efecto del estado de ánimo prevaleciente.
Es loable indicar que la equidad es la finalidad o eje central de un gobierno. En el caso de Colombia es más que necesario, al reconocerse el notable grado relativo de pobreza tanto total como extrema, y los grandes diferenciales de ingreso, las brechas del mismo, entre quienes más poseen y quienes más carecen. Cubrir ese déficit de demanda interna ayudaría a la creación de empleo de manera sostenible, a la vez que las empresas encuentran a partir de ese escenario, un incentivo para su perdurabilidad, rotación de inventarios, proyectos de emprendimiento e iniciativas de innovación.
Es preocupante, de ser cierta la cifra de los 14 billones de pesos de déficit, cómo se completará el monto restante, a partir de considerar que no se logrará el total de fondos requeridos de conformidad con la última versión de la reforma tributaria. En todo esto, de manera propositiva, es importante determinar: (i) controles a la evasión; (ii) control a la corrupción; (iii) identificar cómo se distribuyen las contribuciones; y (iv) las fases en que operarían los incrementos de las tributaciones establecidas.
Giovanni E. Reyes,
Ph.D. University of Pittsburgh/Harvard.
Profesor Titular y Director de la Maestría en Dirección de la Universidad del Rosario.