Las misiones de sabios o los consejos asesores científicos con que cuentan muchos países y de lo que se ha venido hablando nuevamente en el país es un tema que implica que las diferentes instancias del gobierno desarrollen capacidades para integrar los temas científicos y tecnológicos en los procesos de formulación e implementación de la política pública y en la toma de decisiones a partir de diferentes enfoques y la diversidad regional con la que cuenta el país.
Es así, y dados los diferentes retos y desafíos que se enfrentan actualmente requieren para su solución efectiva el conocimiento científico que garantiza relevancia, oportunidad y accesibilidad para los hacedores de política y público en general permitiendo ser más asertivos y veraces en las soluciones que demanda la sociedad.
En este punto, es fundamental el quehacer de las misiones de sabios o consejos asesores cuando estos cuentan con científicos reconocidos a nivel mundial que se encuentran en la frontera del conocimiento en sus diferentes áreas, han sido artífices o manejan tecnologías y software de última generación para producir sus resultados y están a la vanguardia de los nuevos planteamientos e ideas que exige el mundo actual como se evidencia en los diferentes asesores que cumplen esta función en los países desarrollados.
En general, los países que han optado por estos consejos científicos cuentan con diferencias marcadas en la forma de operar, por ejemplo en el Reino Unido se distingue una jerarquía clara y es la de mayor nivel, mientras que en Estados Unidos es crucial a nivel de asesoría presidencial pero opera de manera descentralizada.
Sin embargo, los retos y su conformación es similar en los países que han optado por esta figura, allí se destaca la independencia y la seguridad de ser escuchados, garantizar confianza entre los científicos y los hacedores de política manteniendo de forma simultanea la transparencia y la rendición de cuentas ante la sociedad y la comunidad científica.
Se puede igualmente evidenciar un trabajo de calidad ya que estos consejeros cuentan con las más altas competencias al ser científicos activos, demostrando con indicadores de producción e impacto, su reconocimiento a nivel mundial (por su número de publicaciones, índices citacionales altos y solución a problemas de forma efectiva) el ser los referentes en los temas científicos que manejan.
Otro punto importante para los consejos científicos o misión de sabios es que se cuente con unos principios generales entre los participantes y el gobierno que garanticen de forma clara roles y responsabilidades, independencia, transparencia y apertura. Además, los científicos que participen deben seguir algunas de estas recomendaciones de acuerdo al Consejo Internacional para la Ciencia:
i. Ser responsables al garantizar la calidad de los conocimientos especializados y las competencias que ellos mismos crean, y de utilizar sus conocimientos expertos, habilidades y experiencia para contribuir a la salud y el bienestar de la humanidad, la seguridad de la sociedad y el sostenibilidad del medio ambiente global;
ii. Reconocer que su solidez científica está respaldada por la confianza pública y el mandato de la sociedad, al emitir juicios y actuar con honestidad e integridad al demostrar científicamente y objetivamente la exactitud y validez de los conocimientos que crean a través de la investigación científica, su participación activa en la garantía de calidad mutua, como las revisiones por pares de la comunidad científica y especialmente en sus respectivos campos de especialización deben garantizar juicios acordes con su responsabilidad.
iii. Se deben esforzar en mantener y mejorar sus propios conocimientos, capacidades y competencias, lo cual se refleja en un esfuerzo constante por comprender las relaciones entre la ciencia, la tecnología, la sociedad y el medio ambiente desde una perspectiva amplia, y demostrar los mejores juicios y actitudes en todo su desempeño como científicos;
iv. Deben generar, establecer y mantener entornos de investigación justos donde se pueda realizar una investigación responsable y deben participar activamente en los esfuerzos para mejorar la calidad de los entornos de investigación en la comunidad científica y sus propias instituciones. Además, también deben buscar la comprensión y la cooperación de los diferentes grupos de interés para lograr estos objetivos.
La evidencia reciente muestra que algunos perfiles como el de los científicos William D. Nordhaus y Paul M. Romer ganadores del premio nobel de economía 2018 evidencian con sus trabajos de investigación la importancia de la ciencia, la tecnología y la innovación en la política pública, el crecimiento económico y el desarrollo de los países que están directamente relacionados con temas del crecimiento verde y el cambio climático, elementos en el que Colombia cuenta con grandes posibilidades de trabajar como una oportunidad de negocio y mejoras en la calidad de vida especialmente en zonas aisladas y con altos niveles de pobreza, lo cual indica que el perfil de los consejeros debería ser de investigadores activos de alto nivel que permiten aplicar sus descubrimientos en pro de la sociedad y esta debe ser la consigna del gobierno actual al seleccionar de manera objetiva a estos consejeros teniendo en cuenta su reconocimiento internacional e impacto y aportes de sus trabajos científicos.
Clara Inés Pardo Martínez, PhD.
Profesora de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario. Directora Ejecutiva del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología (OCyT).
Especial para Portafolio.co