El director General de la OMC, Roberto Azevêdo, descarta el peligro inminente de una guerra comercial por el proteccionismo que impulsan algunos países, aunque admite que “puede venir” y advierte de un efecto dominó difícil de parar en el caso de un aumento de medidas unilaterales y respuestas recíprocas.
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“Yo he dicho muchas veces que una guerra comercial sería un escenario catastrófico para todos. Yo no veo en este momento una en curso, pero puede venir y esta empieza, sobre todo, cuando se comienza con la adopción de medidas unilaterales”, dijo Azevêdo.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha descartado una guerra comercial en represalia a su decisión de imponer aranceles sobre importaciones de placas y celdas solares, entre otros productos procedentes de Asia, pero ya hay voces, incluso en las filas republicanas, que alertan de esta posibilidad y piden cautela.
Azevêdo recalcó que las medidas de salvaguarda no son unilaterales, sino que hay “una investigación y un proceso que puede ser cuestionado ante la Organización Mundial del Comercio existen todo el tiempo”.
Además, como agregó, “el problema está en si vamos a ver una aceleración de medidas restrictivas, una cantidad de medidas unilaterales, voluntarias, arbitrarias que pueden ser cuestionadas acá también, pero que pueden estimular a otros países a hacer lo mismo. Ese es el riesgo”, recalcó el funcionario.
A su juicio, “eso sí puede llevar a una situación de efecto dominó que va a ser difícil de parar”. Además, aseguró que, “a pesar de toda esta discusión, el comercio va bien” y que desde 2008 todas las medidas restrictivas que se han impuesto hasta hoy afectan solo al 5% de los intercambios mundiales.
Mientras que en 2016 el crecimiento del comercio mundial fue solo del 1,3%, la OMC espera confirmar pronto para 2017 una expansión de alrededor del 3,6%, y Azevêdo confía en un dato similar para 2018.
Ante la defensa de Trump un comercio justo con beneficios recíprocos y en el que se cumplan las reglas, Azevêdo resaltó que “todos quieren un comercio justo y un comercio que sea equilibrado. El problema está en que la justicia, el equilibrio, depende de la visión de cada uno”, señaló.
De igual forma, ante el debate de reformar o revitalizar la OMC, Azevêdo indicó que la actualización de la organización “es una meta que tiene objetivos distintos de país a país” y que “lo que uno ve como un avance, otro lo ve como un retroceso. Encontrar una uniformidad de visión con respecto a los temas que necesitan ser actualizados, perfeccionados, es un desafío muy grande”, declaró el titular de la OMC.
Azevêdo, quien admitió su preocupación por el bloqueo de EE. UU. al nombramiento de candidatos para cubrir las vacantes en el órgano de apelación de la OMC, enfatizó que se está “reformando la organización a cada minuto”. “En 2013 y 2015 la reformamos. El libro que teníamos desde 1995 que no se cambiaba ya se cambió”.
Ginebra/EFE