El capítulo XIV del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 (PND), discute la condición de desigualdad de las mujeres en Colombia y expone los objetivos y mecanismos que el actual gobierno pretende impulsar para alcanzar la igualdad de género en el país. Esta es la primera vez que un PND plantea el problema de la desigualdad de las mujeres desde una perspectiva global dedicando un capítulo entero a su discusión y a la proposición de objetivos y mecanismos concretos para alcanzar la igualdad de las mujeres. Así, el mensaje general que deja este capítulo es que el actual gobierno pretende otorgar un lugar privilegiado en la agenda política nacional a la igualdad de las mujeres, mensaje que debe ser celebrado.
Sin embargo, aún queda un largo camino no solo para alcanzar este objetivo, sino sobre todo para darle un mayor alcance a las políticas relativas a la igualdad de género entendido en un sentido más amplio. Así, la crítica más importante que se hace es que, tal como está planteado, el PND no logrará consolidar la igualdad de género como un asunto prioritario en la agenda política de Colombia, ya que éste presenta una visión restringida en la que se utiliza la categoría de género solamente para referirse a la mujer. Esta visión restringida lleva al PND a desconocer las realidades de los individuos que pertenecen a otros grupos minoritarios, tales como la comunidad LGBTI.
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FORTALECIMIENTO DE LA CONSEJERÍA PRESIDENCIAL PARA LA IGUALDAD DE LA MUJER: UN ASPECTO POSITIVO PERO INSUFICIENTE
El actual PND presenta algunas propuestas que, de realizarse, podrían tener efectos importantes sobre la situación de desigualdad de las mujeres en algunas áreas específicas. La primera propuesta recogida en el objetivo 1, por ejemplo, propone “consolidar la institucionalidad de la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer (CPEM)”. En particular, se deben resaltar los mecanismos específicos planteados en el PND que proponen consolidar la CPEM como la entidad rectora de la política pública en materia de igualdad de género, aumentando su capacidad técnica, administrativa y financiera (PND, 834).
En la misma línea, la meta que busca consolidar el Observatorio de Asuntos de Género (OAG) de la CPEM como la entidad encargada de recoger y compilar la información oficial sobre la equidad de género es un paso importante para que otras entidades gubernamentales puedan formular políticas públicas relacionadas con la igualdad de género de manera más rigurosa y para que organizaciones políticas, civiles, académicas e internacionales tengan un referente para la búsqueda de información oficial relacionada con este tema.
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"GÉNERO" NO ES IGUAL A "MUJER"
Sin embargo, el PND adopta una concepción de género restringida, en la que se equipara “género” con “mujer”, y que puede tener consecuencias negativas para garantizar los derechos tanto de las mujeres, como de las personas que pertenecen a la comunidad LGBTI e incluso de los hombres.
Primero, esta visión restringida del género puede reforzar los estereotipos de los roles sociales de las mujeres y de los hombres, consolidando la idea de que las diferencias de género serían diferencias esenciales (o naturales) en lugar de relaciones sociales (Viveros Vigoya y Gregorio Gil 2014, 10). Segundo, una visión restringida del género puede dejar por fuera de esta categoría a los hombres, como si lo “masculino” no fuera una representación social que tiene consecuencias importantes en la manera de actuar, pensar y sentir de los individuos dentro de la sociedad (Jordanova 1993, p. 476), corriendo el riesgo de “liberar” a los hombres que ejercen unas masculinidades específicas de sus responsabilidades en las prácticas de discriminación contra las mujeres y otras minorías. Tercero, esta visión restringida del género deja por fuera una proporción importante de la población que hace parte de la comunidad LGBTI y que se encuentra en una alarmante situación de vulnerabilidad en Colombia (ver Colombia Diversa y Caribe Afirmativo 2017). Cuarto, esta visión restringida de género puede crear un imaginario en el que la situación de todas las mujeres es considerada similar; como, si por el solo hecho de ser mujer, todas tuvieran una experiencia común en el mundo, independientemente de su situación social, económica, étnica, etc. En ese sentido, se hace necesario adoptar una perspectiva interseccional del género en la que se tenga en cuenta “la simultaneidad y la consustancialidad” del género y la sexualidad con “otras relaciones de dominación como la raza y la etnicidad” (Viveros Vigoya y Gregorio Gil 2014, 10) que nos ayude a entender las distintas maneras en que las mujeres experimentan su situación en nuestro país.
HACIA UNA POLÍTICA DE ESTADO POR LA PROMOCIÓN Y DEFENSA DE LOS DDHH
En resumen, se celebra la voluntad del gobierno de poner la igualdad de las mujeres en un lugar importante de la agenda política nacional y se reconoce que el PND plantea estrategias y mecanismos que podrían mejorar la situación de algunas mujeres en el país. Sin embargo, es preocupante que la visión restringida adoptada en el PND y que equipara “género” con “mujer”, genere una mayor invisibilización tanto de algunas mujeres que pertenecen a grupos sociales y étnicos particulares, como de otras minorías de género como la comunidad LGBTI. Es importante insistir en que lo que plantea el PND es la promoción de la igualdad de las mujeres en algunos aspectos, pero no la igualdad de género. En este sentido, hace falta crear mecanismos estatales que busquen—más allá de lo que pueda proponer un gobierno particular—que la política de igualdad de género en un sentido amplio se convierta en una política de Estado que haga parte fundamental de la promoción y defensa de los Derechos Humanos en Colombia.
Erich Pinzón-Fuchs
Universidad Nacional de Colombia
Centro de Investigaciones para el Desarrollo