A medio camino de ser aprobada, la reforma constitucional que buscaba modificar el Sistema General de Participaciones (SGP) ‘vio la luz al final del túnel’.
Lo curioso –según los congresistas ponentes– fue que a pesar de recibir una votación unánime por parte del Senado, la Cámara de Representantes archivó el proyecto de acto legislativo, que buscaba evitar que siguieran cayendo las transferencias a las regiones.
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La idea del articulado era que las partidas aumentaran por lo menos en el mismo porcentaje de la inflación del año inmediatamente anterior, llevando a que dichos giros, en lugar de caer, crecieran.
MENOS CIFRA HISTÓRICA
La iniciativa, que alcanzó a pasar tres de los ocho ‘exámenes’ que debe surtir una reforma constitucional, nació a principios de año, luego de conocerse que la cifra de giros a las regiones de este año fue la más baja en la historia.
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Así lo explicó Antonio Navarro Wolff, senador ponente de dicho proyecto, que aseguró: “No acabo de entender por qué la Cámara, que es más cercana a las regiones, archivó el proyecto, que pretendía ponerle un piso a las transferencias y proteger la descentralización, sobre todo en tiempos en que el SGP ha llegado a su mínimo histórico”.
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Y agregó que los giros pasaron de ser el 40,6% de los ingresos corrientes de la Nación (en el 2003) a ser el 26,2% este año. “La cifra bajó tanto este año, que el porcentaje del SGP para educación no alcanzó siquiera para pagar salarios de maestros, y se tuvo que recurrir al Fonpet (Fondo Nacional de Pensiones de las Entidades Territoriales) por esta urgencia”.
REFORMA URGENTE
Por lo anterior, enfatizó que es clave que el nuevo Gobierno asuma esta tarea.
En este misma línea opinó Gilberto Toro, director de la Federación Colombiana de Municipios: “Seguramente el nuevo Gobierno retomará el tema en los próximos meses, ya que es vital, pues el SGP es la columna vertebral de la inversión social del país; son los recursos que nos llevan a tener con cobertura y calidad de educación, de salud, acueducto y alcantarillado, entre otros”.
En su concepto, la reforma debe tener en cuenta tres pilares: primero, que se garanticen los recursos suficientes para atender todos los temas relativos al desarrollo humano; segundo, que las competencias entre departamentos y municipios queden claras.
Y, tercero, “que se entienda que hay municipios muy pobres, donde es vital reducir brechas sociales y tecnológicas y, por ende, se reduzcan los altos índices de pobreza del país”.
PROPUESTA TÉCNICA
Para el centro de estudios económicos Anif, “es clave que el rubro del Sistema General de Participaciones crezca (en términos reales) a ritmos cercanos al 2% para poder honrarle a los territorios sus obligaciones con los gastos en salud y educación”. Esto, no obstante, tiene un panorama gris, si se tiene en cuenta que actualmente hay un freno del recaudo tributario del Gobierno. Además, otro de desafío es la elevada disparidad en los giros. “Por ejemplo, la Contraloría encontró que, a los ritmos actuales (...) cerrar las brechas regiona- les en educación tomaría entre 30-48 años y las brechas en salud unos 16-18 años”, indicó Anif.
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