Al año se producen 250.000 toneladas de basura tecnológica en el país. De estas, 140.000 toneladas corresponden únicamente a computadores y sus componentes, como teclados, unidades de lectura y escritura de disco, discos duros, etcétera.
(Lea: Abierta licitación para el nuevo esquema de aseo en Bogotá por $4,8 billones)
Un estudio elaborado por la Universidad de las Naciones Unidas en 2014, reveló que América Latina generó el 9 por ciento de toda la basura electrónica del mundo, incluyendo teléfonos móviles, monitores de televisión, computadores y pequeños electrodomésticos. El mismo estudio reveló que estos residuos, conocidos como ‘e-waste’ (en inglés), crecen entre 5 y 7 por ciento cada año en la región. Para el caso de Colombia, en promedio cada colombiano produjo 5.3 kilogramos de residuos electrónicos al año, y de estos 3.7 kilos son residuos tecnológicos asociados a la computación.
(Lea: Las oportunidades en el aprovechamiento de residuos sólidos)
En la región, Colombia es el cuarto mayor productos de estos residuos. En primer lugar está Brasil, seguido por México y Argentina. Sin embargo, en cuanto a prácticas para la correcta gestión y disposición final de los mismos, Colombia está en el primer lugar.
De acuerdo con Edgar Erazo, director ejecutivo de la Corporación EcoCómputo, son muchos los riesgos del inadecuado manejo de estos residuos.
“Por ejemplo las lámparas que muchos de estos equipos contienen en su interior contienen mercurio, y en la medida que ese mercurio se libere se generan riesgos a la salud y al ambiente. Otro ejemplo es la soldadura, que puede contener plomo, y otros metales pesados, cromo el cadmio, cuando son mal manipulados generan riesgos, por eso es importante que la recolección y disposición se haga de forma correcta”, explica Erazo.
A pesar de ser responsables de esa alta producción de residuos, las personas y empresas en muchos casos no sabes cómo hacer una correcta disposición de la basura electrónica.
La legislación vigente prohíbe disponer de estos residuos de la misma forma como se manejan los residuos ordinarios, por lo que se estableció la Política Nacional de Gestión Integral de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (Raee).
¿QUÉ HACER CON LOS RAEE?
Con base en esta política, la Corporación EcoCómputo, entidad sin ánimo de lucro, montó sus canales de recolección de los Raee; uno para la disposición residencial y otro para la empresarial.
En el primer caso, el residencial, los residuos pueden llevarse a los contenedores permanentes dispuestos por EcoCómputo, y cuya ubicación se puede consultar en la página de la corporación, o se pueden entregar durante las campañas que periódicamente se realizan en las diferentes zonas.
Para el caso de los residuos electrónicos producidos en las empresas, que son significativamente mayores a los que se producen en un hogar, por dimensión y peso, se habla de dos canales de disposición. El primero, llamar a EcoCómputo y solicitar el servicio gratuito de recolección al consumidor institucional, siempre y cuando el peso de los residuos supere los 350 kilogramos y la empresa se encuentre en las ciudades con cubrimiento. De lo contrario, puede llevarlo a un centro de acopio. En ambos casos la compañía recibirá un certificado de disposición final adecuada de los residuos.
¿QUÉ PASA CON LOS RAEE?
Los residuos tecnológicos per se no son dañinos, esto sólo pasa cuando no se hace el manejo correcto.
Entidades como EcoCómputo tienen acuerdos comerciales con diferentes gestores ambientales, que se encargan de, a través de procesos certificado, disponen finalmente de los residuos, rescatando lo que se pueda reutilizar. Aquí entra a jugar el concepto de ‘minería urbana’.
“Un PC estándar tiene el 36% de hierro. Para extraer de la naturaleza una tonelada de hierro se utilizan cuatro toneladas de otro tipo de materiales. Si se hace minería urbana, es decir que de los residuos se extraen minerales para su reutilización, se requieren muchos menos recursos adicionales para su extracción”, explicó Erazo.