El modelo triple hélice ha cobrado valor en los últimos años en las economías emergentes y juega un papel fundamental en la generación de soluciones que resuelven problemas sociales, mejoran calidad de vida de la población, lo cual se refleja en índices de desarrollo humano en cuartiles superiores en los países que han logrado una aplicación óptima de este modelo.
Desde la perspectiva de la triple hélice, es posible identificar y comparar los incentivos y políticas que genera el gobierno para garantizar relaciones contractuales estables entre los diferentes grupos de interés (universidades, sector productivo y sociedad); tipos y fuentes de inversión por parte de la industria como centro de producción y desarrollo de productos y servicios acorde a los requerimientos del entorno y los nuevos programas y conocimientos que producen las universidades para garantizar la transferencia de tecnología, innovación y conocimiento, donde cada agente juega su rol y debe integrarse de forma efectiva en los sistemas de innovación teniendo en cuenta los requerimientos y necesidades de cada uno y la sociedad. La interrelación de estos agentes debe ser dinámica, responder a las problemáticas actuales y adecuarse a las condiciones del entorno.
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Es así como la implementación efectiva de la triple hélice implica un cambio cultural entre las tres instituciones y la sociedad, compartir fondos para lograr soluciones pertinentes para cada uno de los participantes, cada una de las organizaciones debe adoptar nuevos roles que son la fuente principal de la innovación dentro de la propia innovación, la habilidad para interactuar y entender los requerimientos de los grupos de interés que participan en la triple hélice, innovación abierta que implica flexibilidad en las diferentes interacciones, relaciones de confianza y credibilidad del proceso, lo cual permite generar sistemas de innovación y transferencia tecnológica efectiva que genere claridad en las inversiones, independencia y se produzcan acciones ágiles y dinámicas basadas en ciencia, tecnología e innovación (CTI).
(Lea: El reto de invertir en ciencia, tecnología e innovación en Colombia)
La gestión exitosa de los proyectos de triple hélice implican una direccionamiento estratégico efectivo a largo plazo teniendo en cuenta el papel que ejerce cada institución, un análisis integral de la cadena de valor en cada una de las etapas a ejecutar, que el gobierno promueva este tipo de iniciativas y pueda actuar como coordinador donde se favorezcan espacios para la interacción e intercambio a través del diseño y aplicación de instrumentos que permitan que las alianzas se conviertan en realidad con resultados óptimos. El sector productivo, las universidades y la sociedad deben buscar la interacción a manera de red generando alertas frente a las problemáticas a resolver, se facilite una interacción efectiva, la universidad genere soluciones basadas en conocimiento, el sector productivo utilice estos resultados para mejorar competitividad y eficiencia y la sociedad en general se favorezca de manera integral de estos avances.
En Colombia, la principales barreras para lograr consolidar un modelo triple hélice efectivo se dan en la falta de persistencia de cada una de las instituciones participantes, el no contar con recursos o fuentes de financiación constantes para desarrollar los diferentes proyectos, el no lograr un lenguaje común entre las instituciones participantes que permita contar con un equilibrio frente a los intereses individuales y colectivos, no comprender y ejercer de forma efectiva el rol de cada institución a través de modelos de cooperación, aprovechar de mejor manera las victorias tempranas y aprender de las lecciones aprendidas en los procesos y priorizar sectores que permitan una alianza a largo plazo y con resultados efectivos.
El país requiere fortalecer el modelo triple hélice y para ello se debe proveer desde lo público una gobernanza con condiciones favorables para los grupos de interés en términos de incentivos y un marco regulatorio estable y coherente, que permita que las universidades participen de forma activa en la generación de conocimiento y transferencia a la industria a partir de modelos colaborativos gana-gana.
Así mismo, las universidades deben contar con mecanismos y condiciones beneficiosas para sus investigadores y profesores que permitan una colaboración efectiva con sus socios industriales desde una visión integral que minimice los riesgos que se puedan dar en la alianza.
El sector productivo debería promover procesos de innovación flexibles a partir estrategias de cooperación con los diferentes grupos de interés que permita fortalecer sus procesos productivos y ser más competitivos a través de nuevo conocimiento y tecnologías con instrumentos acordes a la organización, que permitan una implementación efectiva de estos modelos que emergen de un sistema pertinente de ciencia, tecnología e innovación con recursos priorizados y orientados de acuerdo con los requerimientos y necesidades propias de los sectores y basados en la generación de conocimiento, tecnologías y desarrollos productivos y de servicios, lo cual favorecería que Colombia logre migrar a una sociedad de conocimiento que valore la importancia de estas temáticas como base del desarrollo económico y bienestar de la población.
Clara Inés Pardo Martínez,
PhD. Profesora de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario