Desde que Alberto Fernández asumió la Presidencia argentina el pasado 10 de diciembre, el nuevo Ejecutivo ha demostrado tener iniciativa a la hora de adoptar un sinnúmero de medidas de claro corte heterodoxo, orientadas a intentar sacar a la economía del país austral de su letargo.
La agenda económica ha sido predominante este mes: en tiempo récord el Gobierno logró que el Parlamento aprobara una ley de ‘emergencia económica’ que concede amplias atribuciones al Ejecutivo. “Este primer mes a mí me deja contento porque básicamente he cumplido con la palabra: esta vez ordenamos las cuentas del Estado y los que pagaron el orden no son los que menos tienen”, dijo Fernández.
(Argentina habla con acreedores).
“Hemos logrado tranquilizar la economía, empezamos a poner en marcha algunos proyectos que garantizan la recuperación del trabajo y la inversión”, aseguró el mandatario.
Para Patricio Giusto, director de la consultora Diagnóstico Político, la figura preponderante de la nueva política económica es el ministro del área, Martín Guzmán, experto en deuda soberana de perfil heterodoxo y “un académico con mucho prestigio, sin experiencia en el sector público, pero que pareciera tener bastante claro qué es lo que quiere hacer, aunque se desconoce el detalle de su plan integral”.
En materia de deuda pública, uno de los talones de Aquiles de Argentina, el Tesoro ha acudido al mercado doméstico y al Banco Central para hacerse de fondos con los que afrontar los vencimientos de estas semanas.
La estrategia es no caer en cese de pagos mientras busca negociar con sus acreedores privados y con el Fondo Monetario Internacional una extensión de los plazos de pagos de la deuda.
(Las duras medidas económicas del gobierno argentino).
Para intentar componer el frente fiscal, lo que será clave para lograr un acuerdo con los acreedores y también sumar recursos para aplicar políticas orientadas a reactivar la economía, el Ejecutivo decidió aumentar y crear impuestos, como el denominado tributo ‘solidario’ que grava con un 30 % la compra de divisas extranjeras y los gastos en el exterior o el alza en los derechos de exportación, que afectan particularmente al sector agropecuario.
Por otra parte, ante un escenario de alta inflación, cercana al 55% en 2019, congeló tarifas y reactivó un plan de ‘precios cuidados’ para productos de consumo masivo.
(Los temas clave en el discurso del nuevo presidente de Argentina).
Además, en medidas orientadas a intentar recomponer los ingresos golpeados por la alta inflación, a reactivar el consumo y a apuntalar los sectores más vulnerables, el Gobierno decretó el pago de bonos a jubilados y trabajadores del sector privado y del público y creó una tarjeta para la adquisición de alimentos. La idea es inyectar dinero en los sectores con mayores urgencias.
EFE