A pesar de que para muchos esta semana está marcada en rojo como una fecha clave en la guerra comercial, en estos momentos no hay grandes expectativas respecto a la cumbre entre Donald Trump y Xi Jinping en el marco del G20.
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Como se anunció semanas atrás, los presidentes de Estados Unidos y de China llegaron al acuerdo de encontrarse en la cumbre de las principales economías mundiales, que se desarrollará entre el viernes y sábado de esta semana. Sin embargo, ambas partes han sido hasta el momento cautas a la hora de mostrar optimismo.
Incluso Trump, ya en campaña electoral, aseguró en su discurso de lanzamiento que “no firmarían cualquier tipo de pacto”.
Es por esto que los expertos en el tema creen que, aunque podrían anunciarse avances, la probabilidad de que se alcance un acuerdo que ponga fin al conflicto es reducida.
“Mi expectativa de la reunión es baja. Cada lado sigue manteniendo sus posiciones, las cuales siguen muy separadas, y ha habido poco o ningún progreso en las negociaciones previas. Trump se encuentra en una posición fuerte, con respaldo bipartidista, mientras que Xi está tratando de acomodar a quienes ven cualquier concesión como una repetición de la humillación de la era colonial. El mejor resultado posible sería un compromiso de las conversaciones, postergando la imposición de las tarifas. El peor resultado sería la imposición de esos aranceles y su represalia”, señala Raj Bhala, profesor distinguido de derecho internacional de la Universidad de Kansas.
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Este veredicto también lo comparte Derek Scissors, investigador del American Enterprise Institute de Washington, quien deja claro que su pronóstico es que tan solo “Estados Unidos suspenderá la imposición de los aranceles por US$300.000 millones y, tras eso, se reiniciarán las conversaciones”.
De igual forma, el analista político Robert Valencia, asegura que las tendencias nacionalistas de ambos países dificultan que se logre algo más. “Realmente no creo que en esta cumbre se llegue a ningún acuerdo, pues ya se han visto otras ocasiones respecto a cómo son las reconciliaciones entre ambos países. Más bien, creo que se aprovechará esta oportunidad simplemente para que se reactive la conversación. El problema es que hay mucho orgullo nacional; Trump sigue con su mantra de ‘Make America Great Again’ y Xi con el gran rejuvenecimiento de China. Es decir, ambos son muy nacionalistas, y realmente ahí es donde está el principal problema, pues está en juego ese orgullo de cada país”.
Este menor optimismo porque se alcance un acuerdo comercial que ponga fin al conflicto llega en un momento en el que cada vez son más las voces que alertan sobre el impacto que tendrá la tensión entre ambas potencias si no se alcanza algún pacto.
Esta misma semana, la OMC publicó un informe en el que muestra que tan solo entre los países del G20, se han aplicado restricciones a las importaciones que afectarán a US$335.900 millones. Asimismo, resaltó que durante los últimos meses se han impuesto al menos 20 nuevas barreras al comercio, al tiempo que los intercambios siguen desacelerándose.
Cabe recordar que el presidente estadounidense amenazó con imponer aranceles a la totalidad de las importaciones provenientes desde China si no se alcanzaba un acuerdo en el G20, lo que según los expertos, afectaría a ambos países.