Todos los días antes del amanecer, una larga fila de personas se forma afuera del consulado español en la Plaza la Castellana en Caracas. Los venezolanos, muchos de ascendencia española, están desesperados por conseguir visas o pasaportes para poder huir a Europa.
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También hay colas en los supermercados, pero parecen más cortas, posiblemente porque muchas personas ya han abandonado Venezuela o, probablemente, porque saben que habrá poco en venta adentro de las tiendas.
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El jueves, Nicolás Maduro tomó posesión para un segundo mandato como presidente después haber presidido un éxodo de venezolanos intentando escapar de la crisis económica durante su primer término.
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La ONU sostiene que más de 3 millones de personas han huido de Venezuela desde 2014, alrededor de 10 por ciento de la población, mientras que el FMI espera que los precios aumenten en un asombroso 10 millones por ciento en 2019.
“El mejor regalo de Año Nuevo que Maduro podría darnos sería si se retirara”, dijo Oscar Ospina, un trabajador del deteriorado sistema de transporte público de Caracas, mientras esperaba fuera de un supermercado con subsidio estatal el vecindario de Chacao. “Nos está llevando a un callejón de aislamiento sin salida”.
Nicolás Maduro fue confirmado por seis años más después de su victoria en la desacreditada elección de mayo de 2018. Si completa su mandato, extenderá el control del poder del Partido Socialista Unido de Venezuela a un cuarto de siglo.
Los países vecinos, especialmente Brasil y Colombia, han rechazado lo que consideran una dictadura ilegítima, aunque México, bajo un gobierno de izquierda desde octubre, ha advertido contra “medidas que intenten interferir en los asuntos internos”.
Por su parte Estados Unidos y Europa, y en menor medida otros países latinoamericanos, han emitido sanciones. El martes pasado, Lima prohibió que funcionarios venezolanos visitaran Perú, mientras que Washington emitió otra ronda de sanciones contra funcionarios corruptos. Aun así, ya que Maduro sigue contando con el apoyo de los militares venezolanos, hay pocos indicios de que renuncie.
Una encuesta reciente realizada por Datanálisis, el encuestador más confiable de Venezuela, encontró que cerca de 72 por ciento de las personas deseaban que Maduro renunciara en lugar de embarcarse en su segundo mandato y más de un tercio favorecía la intervención militar externa. Alrededor de 42 por ciento quería un golpe militar para derrocar al presidente. Su índice de apoyo fue de 19 por ciento, el más bajo en más de un año.
El mayor desafío que ha surgido de la crisis venezolana para la región y el mundo, es la inundación de personas que están abandonando el país.
El número de personas que han huido de Venezuela supera a la cantidad de refugiados que han llegado a Europa desde Medio Oriente y África en los últimos cuatro años, y tres veces más de los que se escapan Varios opositores pidieron desde España a los gobiernos democráticos que apoyen a la Asamblea Nacional (AN) y al Tribunal Supremo como “únicos poderes legítimos” de Venezuela y que la Unión Europea (UE) y Latinoamérica presionen a la “dictadura” de Nicolás Maduro, sobre todo con “más sanciones” a sus representantes. Partidos y organizaciones civiles instaron a la comunidad internacional a que no reconozca a Maduro, pues consideran que los comicios de mayo pasado fueron un “turbio proceso electoral”.
"Esta usurpación de la Presidencia traerá efectos trágicos tanto para la paz interna de la República, como para el equilibrio democrático y económico en todo el continente y, por tal, debe ser repudiado enérgicamente”, según un comunicado conjunto, leído por el exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma.
Ante lo que denominan “vacío de poder” porque “no hay presidente electo”, plantearon que el presidente de la Asamblea asuma provisionalmente el poder, según las previsiones constitucionales, convoque elecciones libres en el plazo de 30 días y que el gobierno de transición sea respaldado por las instancias internacionales.
Además de Ledezma, particiaparon en l comunicado el diputado de la AN, Ramón López, el expreso “político” Sergio Contreras: el exsecretario de la AN, José Ignacio Guédez; y representantes de los partidos opositores españoles PP (centroderecha) y Ciudadanos (liberales).
Ledezma repasó todos los “atropellos, desmanes y violaciones de derechos humanos y constitucionales” de Maduro y señaló que el jueves cerró, a su juicio, un “oscuro período dictatorial y se inicia el camino a la transición”.
Pidió a la comunidad internacional que ratifique el reconocimiento de la AN y del Tribunal Supremo, “mantenga vigentes sanciones y se incrementen” no solo en EE.UU., Suiza y la UE, sino en toda Latinoamérica. Debe pasarse de “simples resoluciones declaratorias a sanciones financieras personalizadas en toda Latinoamérica”, instó.
La obligación moral de un dirigente democrático, según Ledezma, es “no coquetear con dictaduras o mirar para los lados cuando lo de Venezuela es una catástrofe humanitaria”. A su vez, Ramón López insistió en que Venezuela “no tiene presidente desde ayer”, así que es “obligación” de la AN convocar comicios.
Pero no se pueden dejar en manos del Consejo Electoral Nacional “corrupto”, sino proveer todos los mecanismos para restituir el orden constitucional. Esto es también un objetivo no solo venezolano, sino internacional en favor de la democracia y derechos humanos - argumentó - pues es el momento de la verdad, de la caída del gobierno de Maduro”.
Ignacio Guédez resaltó que, por primer vez, la comunidad internacional “desconoce la legitimidad de origen de Maduro”, quien “impuso” una Asamblea Constituyente como “soviet de su propio partido” para "anular" a la AN.
Valoró el paro cívico y las calles vacías y en silencio de Caracas ayer como forma de protesta y denunció la “represión indiscriminada” y los “allanamientos preventivos” porque Maduro sabe que su poder “se basa en la pólvora”. Los opositores pidieron “suspender inmediatamente todo tipo de cooperación militar” con Venezuela.
Contreras llamó a que se reconozca a la AN como “único” órgano representativo de la soberanía nacional y pidió que ni un solo embajador, cónsul u otra autoridad que represente a la “dictadura” sea reconocido internacionalmente.
El diputado de Ciudadanos,Fernando Maura resumió la toma de posesión de Maduro como la de “un dictador, acompañado de otros dictadores”, en alusión a los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Nicaragua, Daniel Ortega; y Cuba, Miguel Díaz-Canel. “La respuesta de la comunidad internacional, de la UE y España debe ser la lucha contra estos dictadores”, añadió.
El Gobierno español no envió ninguna representación a la investidura de Maduro, pero Maura lo acusó de haberlo intentado de una “manera velada, sin transparencia”. El PP urgió el miércoles al Ejecutivo a que retire y llame inmediatamente a consultas al embajador de España en Venezuela.
La Organización de Estados Americanos (OEA), el Grupo de Lima, la Unión Europea y EEUU negaron legitimidad al nuevo mandato del gobernante venezolano al no reconocer el resultado de los comicios presidenciales. Maduro fue reelegido con cerca del 70 % de los votos.
Gideon Long