Raúl Gallegos, director asociado de la consultora de riesgos Control Risks y uno de los analistas que más conoce la situación en Venezuela, asegura que las circunstancias actuales indican que lo más posible es que Nicolás Maduro no sea desalojado del poder y que, por el contrario, termine su mandato presidencial en el 2025, como lo tiene estipulado por el momento.
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Se percibe que la situación se estancó en Venezuela, Guaidó no pudo sacar a Maduro del poder y este último parece más fuerte. ¿Qué opina?
Siempre hemos dicho que es muy difícil sacar a Maduro con las herramientas de las sanciones únicamente. Es muy difícil para la oposición, que es débil porque no tiene control sobre ninguna institución más allá del Congreso, el cual ha sido básicamente anulado por la Corte Suprema, controlada por Maduro.
Es una oposición que es pacífica, que cree en la democracia y que se está enfrentando a un Gobierno que no es pacífico y no cree en la democracia. Por ese lado, consideramos que la salida de Maduro va a ser muy difícil y, si hay un cambio, va a ser uno en el cual se daría dentro del mismo chavismo para darle relevo a Maduro, pero no sacando al chavismo del poder.
Se daría con el chavismo incorporando a ciertos elementos de la oposición para crear la ilusión de inclusión, pero elementos de la oposición que le han hecho el juego al chavismo por mucho tiempo. Un cambio de régimen radical con la salida absoluta del chavismo y la entrada de una oposición totalmente democrática, transparente y amigable con los negocios, va a ser muy difícil.
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Eso que usted llama difícil, suena casi que a imposible...
Creemos que incluso este año, si se mantiene la tendencia de la oposición actual con este mismo cuadro de líderes y con el gobierno de Estados Unidos básicamente enfocándose en sanciones, el Gobierno de Maduro, que va a llevar a cabo una serie de elecciones legislativas que a todas luces serán hechas a la medida del chavismo para sacar a la oposición de la mayoría que tiene en el Congreso y recuperarlo, el poder que tiene la oposición en estos momentos en el Congreso termine este año y que Maduro y su gente se van a apalancar más en el poder.
Precisamente, parte de la intención de Maduro es utilizar el Congreso de nuevo para crear una ilusión de legalidad a toda una serie de medidas que quiere adoptar, incluidas darle mayor participación a empresas internacionales en proyectos petroleros, lo que va a ser crucial para que petroleras chinas y rusas se sientan más confiadas de invertir en el sector petrolero venezolano.
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Al quedar el legislativo en manos del chavismo otra vez, ¿la salida de Maduro del poder va a ser casi que imposible?
Si nada distinto ocurre sí.
¿Ante este escenario qué puede hacer tanto la oposición como la comunidad internacional para que haya un cambio de régimen en Venezuela?
Es la gran pregunta que es muy difícil responder. Lo único que puedo decir es que es muy difícil llevar a cabo un cambio de manera pacífica cuando tienes un Gobierno que no es pacífico, ni democrático y que tiene toda la intención de meter en prisión a miembros de la oposición y asesinar a personas. Bajo esas circunstancias no hay un balance entre ambas fuerzas.
Lo que tendría que ocurrir es un cambio de liderazgo en la oposición, que sean más radicales en respuesta al hecho de que esta versión de la oposición no ha logrado el éxito. Ya hemos visto algunos incidentes de exmiembros de la guardia y de las fuerzas armadas realizando ataques a algunas bases militares para robar material. Ese tipo de actividad indica que sí hay algunos elementos que se oponen a Maduro que están dispuestos a hacerlo por la fuerza.
Si hubiese en realidad una organización estructurada y estable, un tipo de insurgencia, que no es deseable para nadie, ni lo estoy recomendando, ni mucho menos, pero si eso surgiera cambiaría un poco las reglas del juego porque tendrías a alguien que se opone a Maduro, que sería tanto a más peligroso que el Gobierno, entonces estarías equiparando los poderes que se oponen.
De lo contrario, bajo la actual estrategia de la oposición y Estado Unidos me parece que este es un Gobierno que no está asustado y que no tiene intenciones de ceder poder de ninguna manera porque no se ve realmente amenazada su estabilidad.
¿Entonces la única opción es que la oposición se radicalice y trate de tomarse el poder por la fuerza?
Lo que pasa es que hasta el momento no hemos visto a nadie que tenga ese discurso ni esa intencionalidad, y yo creo que hay que darle crédito a la oposición también porque es gente que cree en las reglas, en la alternatividad en el poder por la vía democrática y eso tiene mucho valor.
Pero el gobierno de Maduro reta tanto al gobierno de Estados Unidos como a la oposición a que hagan algo más, precisamente porque no creen que lo van a hacer.
Y en este escenario, si las sanciones no funcionan como ya se sabía que no iban a funcionar, ¿qué otra estrategia podría adoptar Estados Unidos para presionar la salida de Maduro?
Las opciones siempre han sido las mismas: opción democrática y gradual vía sanciones o una opción mucho más dura que implica cierto nivel de intervención y de actividad bélica. Lo que ocurre es que por el momento no estamos viendo a un gobierno estadounidense que esté dispuesto a intervenir en Venezuela, particularmente durante las elecciones presidenciales de este año. Para tratar de intervenir en un país como Venezuela hay muchas cosas que podrían salir mal y eso tendría un impacto grave para Trump en las elecciones.
No vemos que tenga la intencionalidad de hacerlo antes de las elecciones o después. No son esas las señales que está enviando el gobierno de Trump.
Habrá que ver si después de las elecciones y si es reelecto, en realidad está tan comprometido con llevar algún tipo de cambio en Venezuela que empiece a buscar nuevas alternativas para sacar a Maduro del poder. Pero dudo que tenga la intención que haya algún cambio real y creo que como todo buen político ha calculado que apretarle las tuercas a Maduro es algo que él quiere hacer como política exterior, si no que además tiene beneficios políticos domésticos también. Eso implica que pueda lograr más votos en Florida, que es un Estado muy importante para las elecciones.
Falló la estrategia que los militares se pusieran en contra de Maduro, ¿eso todavía se puede intentar?
Falló porque es muy difícil hacer que los altos y mandos medios de las Fuerzas Armadas se volteen contra Maduro porque toda esta gente está comprometida con el Gobierno por miedo a represalias o porque están involucrados en corrupción y violaciones de derechos humanos, por ejemplo. Entonces tienen que seguir a la fuerza apegados al madurismo. Son personas supremamente comprometidas por diversos motivos, diferentes a las ideas.
¿La dolarización de la economía ha oxigenado a Maduro?
La dolarización se iba a dar por naturaleza. Cuando la población no confía en su moneda busca alternativas y es inevitable para el Gobierno tratar de evitar que se dolarice cuando el bolívar es inservible.
Lo que hace el Gobierno por su lado es ser mucho más pragmático entregándole incluso algunas empresas del Estado a privados que son amigos para que las manejen. Está también optando por no ejercer mayor control en cuanto a regulación de precios y otra serie de medidas que por muchos años han dañado al sector privado, precisamente para darle más oxígeno. El Gobierno está siendo pragmático y flexible porque lo que se quiere en este momento es sobrevivir en el poder y uno de los objetivos es bajarle la presión al sector privado.
No se ve una salida del poder en los próximos años si el statu quo continúa, ¿entonces lo más seguro es que Maduro esté en el poder hasta el 2025, que es cuando termina el periodo presidencial?
Es muy probable que como van las cosas logre terminar el periodo.
Lo que implica que aumente la crisis humanitaria…
Ese va a ser el gran impacto en Colombia. El tema del flujo de Venezolanos entrando al país no va a cesar, vamos a ver más venezolanos en el país. Va a ser muy difícil frenar ese fenómeno. Es una realidad con la que Colombia va a tener que tomar medidas para manejarla de la mejor manera. Nos vamos a tener que acostumbrar.
Pedro Vargas Núñez
Editor Portafolio.co